mientrastanto.e Num. 58 del 05-2008

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No hay tiempo para más dilaciones
Por Julio Anguita González 

La izquierda
Por José Manuel Barreal San Martín

Seguimos en crisis
Por Albert Recio

La arrogancia del embajador
Por Higinio Polo

Una nueva ley de educación: ¿y la cohesión social?
Por Joan M. Girona. Barcelona, abril de 2008

Zapatero encomienda la ciencia y las universidades a una representante de las privadas y de la patronal
Por Albert Corominas
y Vera Sacristán. 20 de abril de 2008

Así funciona la derecha
Aguirre anula un curso sobre memoria histórica
Por Pilar Álvarez. Madrid,
1 de abril de 2008

La biblioteca de Babel
· Michael T. Klare, Sangre y petróleo. Peligros y consecuencias de la dependencia del crudo

· Eduard Rodriguez Farré y Salvador López Arnal, Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente

Devedeando, que es gerundio
· El 68 (francés) en DVD

- Jean-Luc Godard, La chinoise
- Louis Malle, Milou en mayo
-
Bernardo Bertolucci, Soñadores 
-
Philippe Garrel, Les amants réguliers
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Les Groupes Medvedkine
-
William Klein, Grands soir et petits matins
-
Hervé Le Roux, Reprise

Páginas amigas
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Centre de Treball i Documentació (CTD)
· Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas
· El Viejo Topo
· La Insignia
· Sin permiso
 

 

Revista mientras tanto
· Contenido del nº 103
· Avance del nº doble 104-105

 


Número 58
Mayo de 2008
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No hay tiempo para más dilaciones

Por Julio Anguita González 

He esperado a la reunión de este Comité Federal para manifestar ante mis camaradas las valoraciones, opiniones y sobre todo las consecuencias que a mi entender tienen sobre IU y el PCE los últimos resultados electorales. Ningún medio de comunicación ha conseguido de mí una sola palabra. Pero estas líneas no son sólo juicios, son fundamentalmente, propuestas de acción que someto en primera instancia al conocimiento de este órgano.  

He sido durante más de diez años Secretario General del PCE y casi con total simultaneidad he ejercido también de Coordinador General de IU. Ahora presido la Comisión Redactora del Manifiesto-Programa. La experiencia y los conocimientos adquiridos en el ejercicio de estas responsabilidades me obligan por conciencia y lealtad a la organización pero también por necesidad anímica y política personales, a expresarme con total claridad sobre la situación por la que atravesamos. 

He sopesado la posibilidad de elevar previamente este escrito a otros órganos de dirección más restringidos pero se ha impuesto en mi ánimo la convicción de que era preferible que el documento llegase aquí tal cual, sin matizaciones, enmiendas o consensos que pudieran inducir al Comité Federal de que estaba ante una propuesta ya canalizada y por tanto con pies forzados que dificultaran el libre análisis del mismo. 

No pretendo que el documento se debata en esta sesión del Comité Federal; sería sorpresivo y por tanto carente de las garantías necesarias para una discusión. Solamente pretendo que sirva para estimular el debate que desde la Comisión Redactora lanzaremos con el método acordado en el encuentro que mantuvimos los integrantes de la misma con el Secretario General y otros miembros de la Permanente. Pero también pretendo que ante la inminencia de la convocatoria de la Asamblea Federal de IU podamos discutir y tener al menos una opinión como Partido, el cual decidirá si puede servir para abrir la discusión con los plazos, ritmos y métodos que se acuerden. 

Antes de entrar en materia quiero hacer cuatro precisiones que sirvan para disipar dudas, apriorismos o procesos de intención que nunca ayudan a la serenidad de pensamiento: 

1. Nuestro Secretario General fue informado por mí sobre la redacción del documento y se lo envié con bastante antelación a la celebración de este Comité Federal. 

2. Es mi intención más firme seguir militando en el PCE  y en aquellas otras instancias y organizaciones políticas que él apoye. 

3. El documento es en parte deudor de otros que han ido apareciendo en el curso de los días. En otra parte es una síntesis apretada de materiales producidos por IU y por el PCE y desde luego también contiene el producto de mis reflexiones en torno a una cuestión que me obsesiona: Un proyecto como el que IU quiso ser, sigue siendo un clamor desde la necesidad de cambiar la realidad y desde la también necesaria rebeldía contra ella. Nunca una necesidad tuvo tan menguados referentes para satisfacerla. En cuanto a los otros documentos que han ido apareciendo firmados por otros camaradas y compañeros creo que deberían también ser conocidos oficialmente por este Comité Federal a los efectos del debate oportunos. 

4. Como dirigente que fui de IU y actualmente del PCE asumo en lo que a mí me corresponde la responsabilidad en los procesos que han desembocado a esta situación. Quisiera con esta sincera salvedad que, sin huir de las críticas a las direcciones pasadas y presentes, no transformásemos el debate en imputaciones exclusivamente personales. Nos perderíamos en una madeja laberíntica. Las responsabilidades existen, pero en el marco de los procesos colectivos. 

IU: un proyecto político en vías de extinción 

Los resultados electorales del 9 M no han hecho otra cosa que evidenciar lo que ya era un hecho; IU no tiene más entidad política que sus siglas; una marca devaluada en el mercado electoral y mediático sin incidencia alguna en ningún sector social. La casi total pérdida de representación en el Parlamento no es otra cosa que un ajuste con la realidad. 

El naufragio de IU comenzó a acentuarse cuando fue evidente para la opinión pública que estaba ante una organización carente de identidad específica y propia y por ello incapaz de fijar siquiera un mínimo estable de respaldo y apoyo. 

Muchas cosas han cambiado en España y en el mundo desde que fue fundada el 27 de Abril de 1986, pero hay dos fundamentales: las consecuencias de la desaparición de la URSS y el giro de CCOO hacia un sindicato de servicios que comparte con UGT los favores de la administración. Y al hablar de las consecuencias quiero remarcar que me refiero a cómo estos hechos han sido vividos, cómo han sido introyectados en lo personal y en lo colectivo y cómo terminaron derivando hacia posiciones del borrón, cuenta nueva y superación de la fractura de 1920. En unos meses se borraron de la memoria la historia más inmediata y  las evidencias del día a día político y sindical. 

Precisamente su aparición como fuerza política venía a resituar un espacio político en torno a dos ejes alternativos: El Programa como referencia para las relaciones con los demás y las otras formas de hacer política como el sello de una nueva alianza con la sociedad y especialmente con los sectores más dinámicos y avanzados de la misma. Estas dos características hacían del nuevo proyecto una entidad que pretendía crear instrumentos de intervención social en la política y en la actividad social desde posiciones orientadas a lo que vino en denominarse la Construcción de la Alternativa.  

Desde fuera vinieron pronto las operaciones dirigidas a insertar a la nueva fuerza dentro de la dinámica que el nuevo orden mundial preconizaba. El harakiri del PCI, la deriva hacia ese ejemplo de Iniciativa per Catalunya junto con las andanadas mediáticas en torno a las diversas denominaciones de la Casa Común las cuales contaban con grandes y sucesivas cabezas de puente en el interno de IU, marcaron con el estigma de la crisis permanente a la nueva organización. Desde entonces IU ha estado debatiéndose entre la consolidación de su manera específica de ser y la llamada hacia lo inerte: la homologación con el status político buscando en él la legitimidad y la normalización. 

A pesar de las dificultades IU se desarrolló y avanzó electoralmente. Eran los tiempos del 14 de Diciembre, la Propuesta Sindical Prioritaria y la Iniciativa Sindical de Progreso. También eran los tiempos de un PSOE que evidenciaba la corrupción, el crimen de Estado, las privatizaciones, las desregulaciones y la beautiful people. El hecho de que a pesar de estos escándalos el PSOE mantuviera un suelo electoral muy alto debió servir de advertencia acerca de que el trabajo preferente de IU debiera hacerse en el seno de la sociedad, de las organizaciones obreras, de los colectivos alternativos y culturales. Era aquí donde el Movimiento Político y Social mostraba su necesidad de ser y trabajar. 

Las alianzas y acuerdos con CGT y USO en torno a las 35 horas reiteraban la lección; IU no debía tener más referente sindical que el marcado por las luchas de cada día, los programas y las alternativas. IU sólo podía avanzar a partir de entonces si ella misma creaba y ampliaba el terreno sobre el cual su rareza política podía enraizarse, crecer y hacer cambiar el entorno. Instalarse en la lógica de cualquier fuerza parlamentaria y desde luego en la del PSOE y su discurso bifocal, era la muerte anunciada. 

Dudando entre qué camino escoger o lo que es peor, picoteando de unos y otros, las características de IU comenzaron a difuminarse y la confrontación interna entre visiones parciales e interesadas del proyecto se multiplicó, se transformó en una serie de luchas endogámicas por razones más cercanas a las listas electorales que a otra cosa.. Y puestos en ese camino, optando por la vía de la lucha exclusivamente institucional los Estatutos, la democracia interna, la ética y la honestidad política que hacía tiempo venían degradándose empezaron a gozar de unas largas vacaciones. Recordemos las diferencias en cuanto a contenidos, alianzas estables, rigor y claridad entre el debate sobre Mäastricht y los otros muchos que le han seguido. 

En el seno de IU comenzó a abrirse paso de nuevo la vieja idea de ser diferentes y diferenciados sin abandonar tampoco el rol que el PSOE y sus influencias habían montado en torno al bipartidismo; IU quiso ser la otra cosa pero dentro de un orden. En función de ello el viejo lema del discurso rojo, verde y violeta pasó a ser la denominación de una nueva entidad, el proyecto eco-socialista. Y de nuevo el viejo proyecto confederal de las Izquierdas Periféricas como posibilidad de frenar la caída electoral y crear una confusión calculada que sirviera las diferentes y a veces contrapuestas clientelas electorales. 

En los últimos años, y ya en plena pendiente, los síntomas de muerte se han multiplicado: la supuesta federalidad ha sido sustituida por taifatos y cuotas de poder (aunque este problema venía de muy lejos), los grupos enfrentados nunca han constituido alianzas estables sino aleatorias y en función de las mejores tajadas en cada lista electoral. 

Quiero decir que nuestro proyecto de Estado Federal Solidario no ha sido aplicado en nuestra organización. Creo también que su existencia es tan ignorada como la Alternativa Energética, los 11 puntos o los análisis (y propuestas consiguientes) hechos sobre la UE. 

Y lo que desde luego constituye un dogal para la asfixia total es la deuda que sin ingresos  medianamente importantes, puede ser la puntilla que acelere la agonía. 

¿Hay solución? 

Desde hace varios años vengo diciendo que el proyecto de IU tal y como se está desarrollando, estaba muerto y que debíamos prepararnos para ese acontecimiento. No creo que con asambleas ordinarias, métodos clásicos y prácticas rutinarias se salga de esta, al menos como una fuerza política mínimamente estructurada, con una cierta solidez y como proyecto para el Estado Español. Las siglas podrán continuar durante algún tiempo en las CCAA y en las Administraciones Locales, pero irán siendo sustituidas paulatinamente por alianzas electorales de creciente color localista sin más aspiración que ser una bisagra recompensada con cicatería por el PSOE. 

No, no hay razones ni siquiera indicios de una recuperación o de una posibilidad de remontar la deblacle, en ningún sitio. No nos engañemos con las lecturas de males menores, de avances sobre el mismo ladrillo o de pruritos en dar lecciones magistrales. Los resultados han sido malos, pero si además se presentan como victorias siguen siendo malos y además acompañados de la ceguera. Aquí y por ahora, no valen las comparaciones entre el ciego y el tuerto. 

El pesimismo con el que vemos la situación está más que fundamentado; no sólo por la curva decreciente de los procesos electorales sino por algo mucho más grave que eso: la degradación de la vida política, orgánica e incluso de relaciones personales en el seno de la organización. 

Creo que confiar en que la Asamblea venidera sirva para solucionar el problema es un ejercicio de candor. Hay un proyecto o si queréis una aspiración, a hacer de IU un trasunto confederal de una formación eco-socialista de viejísimo cuño en cuanto las relaciones de la misma con la sociedad y la opinión publicada. Las llamadas desde los medios de comunicación a la renovación, la apertura a la sociedad y a la izquierda plural  acompañadas de la satanización de las siglas PCE (como si los almuédanos de este mensaje no fueran en su mayoría también del PCE) forman parte de una técnica que hemos sufrido demasiadas veces en IU y en esta casa. Frente a esto no hay proyecto alternativo; hay cenáculos, movidas, alianzas que flor de un día, han durado lo que han tardado la confección de las listas. Es más, las invocaciones a palo seco a conceptos y expresiones como Movimiento Político y Social, Elaboración Colectiva o Democracia han sido manidos incumplidos cuando no prostituidos y será difícil limpiarlos de tantas excrecencias e impurezas. 

Y sin embargo 

Sobre esta tierra yerma parece casi imposible cultivar nada viable, serio y con pretensiones de durabilidad y muchísimo menos de ser instrumento de liberación social. Sólo hay un punto de posible regeneración que viene dado por la constatación de dos realidades: 

1. El campo de acción para una fuerza política como la que pretendió ser IU es tan vasto como un océano. En él se inscriben movimientos de todo tipo que pretenden con sus luchas y sus actividades hacer bueno aquello de que “Otro mundo es posible”. Pero hace falta una organización política que respetando esos movimientos y trabajando lealmente con ellos realice una labor que demuestre cómo la intervención política no es otra cosa que la intervención de la sociedad para hacer de la Política sinónimo de Transformación social. 

2. SOBRE LOS TRABAJADORES Y ASALARIADOS SE CIERNE, SO PRETEXTO DE LA CRISIS, UNA DE LAS MAYORES AMENAZAS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS. LA RECESIÓN ES UN HECHO. EL PARO AUMENTA. LOS GOBIERNOS EUROPEOS CLAMAN POR REBAJAS SALARIALES Y LA FLEXI-SEGURIDAD ES YA UN PROYECTO CUYA APLICACIÓN SE PRESENTA COMO INEXORABLE. MILLONES DE HOMBRES Y MUJERES VAN A SOPORTAR UNA AGRESIÓN QUE LOS CONDENARÁ A SITUACIONES DE PRECARIEDAD, EXCLUSIÓN Y MARGINACIÓN EXTRAORDINARIAS. AHÍ ESTÁ LA DERECHA; NO NOS CONFUNDAMOS POR LAS SIGLAS. 

Esta situación a la que los trabajadores y asalariados se van a ver avocados y dentro de ella los colectivos más débiles (mujeres, jóvenes, pensionistas, etc.) nos exige, nos clama y nos obliga so pena de traición a nuestra historia y al legado de tantos luchadores, a cambiar radicalmente. Y esta coyuntura que se avecina puede y debe ser el agente externo que provoque lo que aún pueda quedar de vivo y nos convoque para sellar una alianza de compromisos en torno a la REFUNDACIÓN de IU. 

Y esta Refundación sólo es posible desde un previo acto personal, intransferible y de compromiso a comenzar de cero que se condense en una atmósfera colectiva de voluntad interventora con los mecanismos políticos y las actitudes de una nueva práctica militante. Sin esto, que debe ser preceptivo, no se podrá poner en marcha el resto. Estoy llamando a la responsabilidad y a la aceptación sin límites de unas reglas de juego democráticas y del resultado que del debate surja. 
 

La propuesta 

La Asamblea federal próxima debe hacerse en dos fases.  

Primera fase. Desde el acuerdo en la necesidad de volver a empezar a causa de la excepcionalidad del momento, se imponen los siguientes pasos o fases: 

1.   La Refundación de IU no puede hacerse en clave endogámica, sería un comienzo estéril. Es preceptivo hacer una Convocatoria abierta a colectivos, personas, ex- militantes, etc. para comenzar un proceso (que puede tener varias denominaciones) por el cual se debatirán y fijarán los ejes, compromisos y características de la nueva IU. 

2.   Y ello implica, como prenda de cambio y de nuevo comienzo, la renovación de al menos el 50% de todos los órganos de dirección, desde la Federal hasta la agrupación básica con las condiciones y plazos que se fijen, pero antes de la primera parte de la Asamblea. Aquellos que hemos ejercido responsabilidades durante años deberíamos pasar a una segunda fila y desde allí dar el rendimiento, el apoyo y la lealtad a las nuevas direcciones. 

3.  Desde este momento, la primera parte de la Asamblea debate y desarrolla los puntos y ejes que estructurarán a IU. A mi juicio son los siguientes:

3.1. IU, Movimiento Político y Social Organizado que fija su objetivo en la permanente Construcción de la Alternativa a la sociedad, el Estado, la cultura existente y los valores dominantes. La superación del Capitalismo tendría como proyecto inmediato de trabajo la consecución de los objetivos que ya marcamos en IU: Una sociedad de Pleno Empleo de calidad. Una Economía desde la óptica del Desarrollo ecológicamente sostenible. Una Protección Social plena. Reparto del Trabajo. Y junto a ello las acciones de política económico-fiscal necesarias para ello. 

3.2. Democracia Radical en IU. Publicidad permanente de los censos de militancia y libre acceso para quien quiera consultarlos. Reglamentos que fijen con precisión la publicidad de los acuerdos orgánicos hacia la militancia, que regulen el régimen de sesiones, deliberaciones y acuerdos así como la información previa y documentada en cada sesión. Revocación de los cargos públicos por las asambleas competentes u órganos competentes que los eligieron como candidatos en las elecciones. Elección de direcciones tras la presentación de un programa del que rendirán cuenta en las sesiones habilitadas para ello. Finanzas claras, transparentes y co-responsables. Militancia efectiva según posibilidades. 

3.3.  Elaboración Colectiva. Esta seña de identidad no es sino la aplicación en el marco de lo concreto de la alianza social en torno a objetivos, métodos y valores. Sin que los ciudadanos participen en la elaboración de las soluciones para sus problemas no habrá nunca conciencia de la realidad, sus límites y el papel que la Democracia tiene en el cambio social. Pero la elaboración colectiva no es la creación de un gabinete de asesores que elaboran papeles para los cargos públicos, es —básicamente— un mecanismo de participación democrática en las decisiones de IU, es un mecanismo de aportación e intervención en las líneas de actuación  de la actividad política y social y también en las políticas a realizar en las instituciones. Las Áreas como un mecanismo de elaboración (puede haber otros más) deben ser organizadas de tal manera que los militantes y dirigentes participen en ellas habitualmente. En las elaboraciones que sobre ellas hemos hecho en IU hay material suficiente para concretar su organización, funciones y participación política. 

3.4.  IU es una fuerza política de carácter federal. Y esta apuesta proviene de nuestra concepción del Estado Federal, que no es sino otra forma de concebir el acuerdo sobre un Estado unitario que busca su cohesión desde el consenso, el acuerdo, la atribución clara de competencias, funciones y responsabilidades. La federalidad es incompatible con los taifatos. Una idea debe quedar clara: la federalidad es un reconocimiento a la diversidad pero en el marco de una visión común de la Transformación social. La transitoriedad de Estados, nacionalidades y entes territoriales ante la concepción de un mundo nuevo, solidario y sin fronteras debe estar siempre presente. 

3.5. Escrupulosa legalidad. Una fuerza política que se pretenda democrática debe guiar sus actuaciones internas y su funcionamiento por el respeto y ejercicio de la legalidad. Estatutos, reglamentos, régimen de sesiones y toma de acuerdos deben ajustarse totalmente a las reglas de juego estatuidas libre y soberanamente por el colectivo. Las comisiones de Garantías no pueden ser concebidas como órganos para salir del paso cuando no como cementerio de elefantes. Es inadmisible que los Estatutos sufran cambios para legalizar acciones o situaciones que contradicen abiertamente los principios éticos y políticos de IU. 

3.6. IU no puede definirse por una serie interminable de adjetivos. La aceptación y desarrollo de los DDHH en sus tres generaciones, la asunción en la teoría y en la práctica de otras aportaciones a la causa de la plena emancipación humana es una seña de identidad irrenunciable para cualquier organización que pretenda ser revolucionaria o transformadora. Desde hace muchos años explicitamos que nuestro discurso es rojo, verde y violeta. No sigamos añadiendo adjetivaciones al sustantivo fundamental. Asumamos la historia del movimiento obrero y los nuevos proyectos de liberación. IU es un proyecto de Izquierda, sin más. 

3.7. IU no tiene más referencias sindicales que las derivadas de las alianzas, coincidencias y movilizaciones que en cada momento puedan producirse El Programa estratégico, la coincidencia táctica, la acción puntual o la coyuntura favorable para una movilización acorde con los intereses de los que aspiramos a representar, es la única pauta para cualquier tipo de relación política y sindical. 

3.8. IU se define como una organización republicana. La condición republicana de IU no es una mera adjetivación para la galería. La organización debe fijar en sus Estatutos, discurso y práctica política su decidida voluntad de que la III República española sea una realidad mediante el acuerdo activo, la participación democrática y la divulgación ciudadana de los valores, ética y contenidos de la Constitución de la III República. Nuestro republicanismo no está hecho de nostalgias sino de proyectos para hoy. El desarrollo de esta decisión implica una serie de actuaciones, formas de trabajo y expresiones públicas que sin caer en estridencias gratuitas manifiesten firme, serena e inequívocamente nuestra entidad y nuestra propuesta a la ciudadanía. En consecuencia uno de los trabajos de IU debe ser colaborar y aportar en la puesta en marcha del proceso constituyente de la III República.

Una vez que estos puntos hayan sido discutidos, asumidos y sistematizados en una única Tesis político-organizativa, la primera parte de la Asamblea los aprueba y pone en marcha el desarrollo de los mismos.

 Segunda fase. Una vez que la primera fase haya sido culminada se procederá a la convocatoria de la segunda. En ella se ratificará lo hecho como desarrollo de la primera y se aprobará una Tesis político-organizativa para los años siguientes hasta la próxima Asamblea. Pretendo con esta distinción separar lo que para mí constituye una invariante, los principios de IU que no pueden estar siempre al albur de cualquier Asamblea, de las líneas políticas y programas que constituyen el mandato para cada Asamblea específica.

En esta segunda fase las direcciones deben, con el mismo método que la anterior, proceder a su renovación en un 25% de lo que anteriormente no se renovó y al porcentaje o casos particulares que se estimen conveniente de los anteriormente renovados. Los Estatutos deberán fijar los años de duración de los mandatos.

 

La izquierda

Por José Manuel Barreal San Martín

Al hilo del  artículo, “¿Desaparece  la  izquierda real?” de Alejandro Álvarez, compañero y amigo, publicado en La Nueva España el mes de marzo, quisiera abundar no tanto en los problemas de su organización IU, como en los que a mi entender puede tener la izquierda (utilizo conscientemente el término ambiguo de izquierda) en este país. 

Brevemente, con respecto a IU, decir que siendo, como soy, defensor del derecho a una  muerte digna, no me queda más remedio que respetar la “eutanasia política” que Izquierda Unida se aplica voluntariamente. No obstante, sería bueno un repaso al libro Hablando de IU (1997), de Carlos Taibo; tal vez ayudase a discernir algunas claves de la actual  crisis. 

Lo manifestado por el Nobel José Saramago: “antes nos gustaba decir que la derecha era estúpida, pero hoy día no conozco nada más estúpido que la izquierda” (larepublica.es, 14.06.07), no sé si obedece a la realidad o es una apreciación subjetiva. Sin embargo, que  no sólo Izquierda Unida —¿la izquierda real?—, sino la izquierda de este país está en una situación  precaria e irrelevante es un hecho que no necesita  mucho análisis marxista. 

Las elecciones del pasado 9 de marzo tendrían que marcar un antes y un después en el ámbito de la izquierda, y no sólo de IU. Se hace necesario un debate en clave actual. Una reflexión que huya de devaneos intelectuales y que las viejas glorias, muy respetables, así como los dinosaurios políticos, dejen a otros y a otras que impregnen con nueva savia a una izquierda que, más que real, parece virtual y deshuesada. 

El escenario social y político en el que nos movemos deja poco espacio para la lírica “revolucionaria” y el análisis de las “condiciones objetivas”. La película que se nos pasa del mismo, en sesión continua, tiene unos protagonistas y un argumento que no puede quedar en la periferia de un análisis sereno y reflexivo. Así, la creciente derechización del panorama político: miles de trabajadores y trabajadoras votan a los partidos de derechas en Europa y aquí, al PP; las políticas neoliberales, defendidas tanto por la derecha como por la socialdemocracia, subordinando la política a la economía y propiciando unos estados y gobiernos sometidos a las multinacionales, especuladores bursátiles y toda clase de grupos de presión capitalista; los problemas medioambientales, que nos conciernes a todos; la desigualdad real de género en el trabajo y, mal que nos pese, en la familia; el incumplimiento de los  derechos humanos, etc. Todo ello muestra y define, con urgencia, una agenda de tareas que, a mi juicio, está teniendo poco eco y escasa cabida en la  izquierda. 

Los planteamientos que se hagan no pueden ser recetas, siempre estarán supeditados a la duda, pues las futuras líneas de acción no son negras o blancas, hay tonalidades de grises. Sabemos que los cambios sociales y políticos no son lineales, como un proyectil (permítaseme el símil poco pacifista) sino más complejos, como el vuelo cambiante de la mariposa. Lo cual no invalida el debate  de la futura izquierda alternativa y no tendría que  devaluar  su  futuro programa. 

Hace tiempo que la otrora clase obrera, perdió la centralidad política, situación que ya Manuel Sacristán lamentaba hace bastantes años. Esa “dimisión obrera” ha pasado a situar la alternativa en otros intereses colectivos, como lo verde-lechuga y el nacionalismo oportunista que junto con cierta actitud culturalista y estética parece ocupar  el espacio en la “izquierda alternativa”, en detrimento de otras opciones sociales menos apegadas al voto. 

La consecuencia, desde mi punto de vista, ha sido la ruptura de lo que, entiendo, fue el nervio, el cerebro y el ser de la izquierda: la unión y la interrelación entre emancipación, libertad y justicia social. 

No es pesimismo reconocer que existen enormes dificultades de construcción de alternativas al actual modelo de producción y de distribución de la riqueza. Sin embargo, y precisamente por esas dificultades objetivas, la izquierda tiene la obligación, junto con las personas que nos interesamos por los posibles procesos alternativos, de plantearse, entre otros aspectos: por dónde avanzar, cómo hacerlo, con quién, para qué y qué camino tomar y seguirlo. 

La izquierda que se autodefina alternativa y transformadora debería, a mi entender, recuperar la iniciativa propositiva, es decir, dejar de ser solamente reactiva a la derecha y mostrar con claridad y sin complejos que el socialismo es un sistema social viable y alternativo al actual sistema capitalista. 

Finalizo con un párrafo, muy clarificador, del profesor de  Economía Albert Recio, cuando expresa: […] “difícilmente se saldrá de la crisis si el debate se limita a la militancia organizada. Para que haya un camino a la izquierda, aunque de momento sólo sea un sendero, hace falta recomponer fuerzas y sumar energías. Y esto requiere un diálogo y una colaboración abierta con los sectores sociales que de alguna forma se inscriben en la izquierda…” Y, añado yo, sin tutelas de aparatos orgánicos e iglesias ideológicas, cuyos indudables buenos propósitos nos hacen recordar que “el camino del infierno está  jalonado  de buenas intenciones”.

 

Seguimos en crisis

Por Albert Recio 

Hace seis años asistí a un curso de verano del Escorial organizado por Izquierda Unida. La sesión estelar consistía en un debate en el que participaban Bertinotti y Llamazares. El primero tenía a gran parte del público a su favor y, quizás animado por ello, realizó una intervención en la que se refería a la crisis del capitalismo y a las nuevas ofensivas anticapitalistas. Llamazares le replicó indicando que en su opinión la izquierda estaba en una situación bastante más a la defensiva. Por desgracia el tiempo ha indicado quien estaba más acertado en su apreciación de la situación, aunque me temo que tener razón en este caso no consuele a ninguno de los dos, ni a sus seguidores, simpatizantes y amigos. Si en algún lugar está la izquierda es más cerca de las alcantarillas, en las que antaño dibujaba Peridis a Santiago Carrillo, que en cualquier otro lugar. Y no sólo en Francia e Italia, sino prácticamente en toda Europa (América es hoy otra cosa, pero llevamos ya mucha historia a cuestas como para optar por  tener más información y perspectiva antes de juzgar lo que van a dar de sí estas experiencias latinoamericanas). El retroceso no es sólo electoral sino sobre todo de presencia social. Por esto me parece absurdo que el debate sobre la crisis de Izquierda Unida se plantee como una pelea entre líneas. O que se pida, como hoy mismo he leído en la página del PSUC Viu, que hay que ir a un debate largo y extenso, pero donde los comunistas deben participar bien cohesionados. Me temo que hay tipos de cohesión que limitan, más que favorecen, el debate. Esta necesidad de análisis y debate existe, pero se trata de una cuestión tan estratégica y compleja que supera con mucho lo que puede dar de sí una organización como Izquierda Unida. Me resulta insensato pensar en un debate real partiendo de la confrontación en bloques, o de grupos organizados en torno a identidades cerradas. Si de lo que se trata es de evitar el desastre total y apoyarse en lo que existe para consolidar el mayor espacio posible de disidencia y acción crítica, lo más urgente es ver qué y cómo se puede salvar del desastre. Y cómo una organización con representación institucional favorece un proceso social abierto que permita alguna reconstrucción de un espacio de izquierdas, necesariamente contradictorio. Un espacio necesitado de un análisis con la mente abierta a la comprensión de un mundo que ha cambiado de base a partir de un guión distinto del que habíamos ensayado. Un espacio que posibilite respuestas sociales a los desastres nuevos y viejos que generan el capitalismo y el patriarcado, que provoca una cultura del crecimiento y el desarrollo tecnológico que promete nuevas modalidades de las viejas plagas que han azotado la humanidad. Y que exige como condición para ser factible una actitud de respeto entre todos y todas que casi siempre ha faltado en unas izquierdas más preocupadas de pelear por el control de “su” territorio, más dedicadas a recitar sus “mantras”, que de aplicar la vieja idea de combinar el análisis certero con el ejercicio activo del trabajo de topo para la transformación social. Para que quede claro, creo que si Izquierda Unida aún quiere ser útil tiene que combinar la búsqueda de respuestas que permitan su supervivencia organizada a corto plazo, con el desarrollo de un proceso a largo plazo (pero sin tregua) que favorezca la creación de instituciones y mecanismos adecuados para la producción de alternativas sociales en el plano de las ideas y la acción social. 


La arrogancia del embajador

Por Higinio Polo

El pasado diez de abril, Eduardo Aguirre, embajador norteamericano en España, ofreció una conferencia en el Círculo Ecuestre de Barcelona (un club de la burguesía catalana) con el título Más allá de Bucarest: retos y oportunidades para la OTAN. El embajador —destinado en 2005 a Madrid por George W. Bush, seguro del terreno que pisaba, dueño de la arrogancia que acompaña a casi todos los diplomáticos norteamericanos en el mundo, olvidadizo en los asuntos que Washington prefiere ocultar, seguro de la impunidad con que puede mentir sin que nadie, en foros como el Círculo Ecuestre, le ponga ante el espejo de sus mentiras— destacó en su intervención que tanto Estados Unidos como España tienen como prioridad número uno la lucha contra el terrorismo, e insistió en que la OTAN tiene grandes desafíos en los Balcanes, en Afganistán y en Asia Central. Al parecer, todo el acto transcurrió de forma cordial y educada.

Sin embargo, con la soberbia tradicional de que han hecho gala en los últimos años los miembros del gobierno Bush, Eduardo Aguirre se permitió incluso la descortesía de aleccionar públicamente a España sobre el rumbo de su política exterior, en una grosera intromisión en los asuntos internos de otro país que puso de manifiesto la exigencia de Washington a Madrid: el gobierno español debe subordinarse a la política norteamericana y a sus intereses. El embajador Aguirre, un decidido intervencionista en los asuntos internos de otros países, llegó incluso a exigir a los bancos españoles que no negocien con Irán,  que los ciudadanos españoles no viajaran a Cuba (sugiriendo, en el colmo de la zafiedad, que muchos lo hacían para “practicar turismo sexual”), y a exigir que no se apoyase al gobierno cubano. Finalizó pidiendo una campaña propagandística (que debería ser pagada por el erario público) para crear entre la población española un estado de opinión favorable a que “la OTAN pueda actuar con las manos libres en Afganistán”. Por increíble que parezca, y siete años después de la invasión norteamericana de Afganistán, el embajador Aguirre estaba pidiendo que se hiciese pedagogía de la guerra. Hizo pocas referencias a Iraq, pese a la cercanía del quinto aniversario de la invasión norteamericana, tal vez porque los centenares de miles de muertos que ha causado la feroz intervención de su país no merecen, para él, ni siquiera un leve recordatorio.

El mismo día que el olvidadizo embajador impartía su doctrina en el Círculo Ecuestre y repartía sus amenazas a sectores de la sociedad española, el diario barcelonés La Vanguardia publicaba una entrevista con el investigador Trevor Paglen, donde éste explicaba que el presidente Bush y la CIA habían impulsado un programa secreto de detenciones y tortura con ramificaciones en todo el mundo. Además de Guantánamo, Paglen ha documentado la existencia  de cárceles secretas norteamericanas en Thailandia, Egipto, Siria, Marruecos, Polonia y Rumanía, además de en algunos países africanos. Por supuesto, Aguirre no dijo ni una palabra sobre ello. De manera que los norteamericanos no sólo siguen bombardeando a la población civil en Iraq o Afganistán, no sólo siguen organizando grupos de mercenarios que salen de caza en el atormentado Oriente Medio, no sólo siguen planificando fríamente el asesinato de quienes se oponen en Iraq a la ocupación, sino que, además, siguen torturando a detenidos en esas prisiones secretas, puesto que, como sabemos ahora, los agentes y mercenarios de la CIA han secuestrado a decenas de personas en diferentes países del mundo.

La entrevista con Trevor Paglen no fue la única noticia que desmintió clamorosamente las palabras del arrogante embajador. Tres días después de su conferencia, otro diario, El País, también poco sospechoso de albergar intenciones antiamericanas, difundía un reportaje sobre el libro que acaba de publicar Carla del Ponte, la antigua fiscal del tribunal de la ONU para la desaparecida Yugoslavia. En ese libro, la fiscal documenta la ferocidad de la guerrilla albanokosovar del UÇK (organizada, armada y financiada por Estados Unidos para culminar la destrucción de la antigua Yugoslavia), guerrilla que llegó a asesinar a centenares de serbios trasladándolos a un hospital-prisión de la ciudad albanesa de Burrel, donde los presos eran sometidos a operaciones quirúrgicas para extraerles las vísceras que después enviaban y vendían a hospitales de otros países que son cómplices en el mercado negro mundial de tráfico de órganos humanos. Cuando los prisioneros  serbios ya no podían suministrar órganos, eran asesinados.  Esa espantosa casa de la muerte,  —organizada en un país, Albania, que se ha convertido en un verdadero protectorado de Estados Unidos, donde su embajada supervisa la acción del gobierno— es otra muestra más del verdadero rostro de la política exterior de Washington.

Por supuesto,  en su conferencia del Círculo Ecuestre, el embajador Aguirre no dijo ni una sola palabra sobre ese proceder de su país y de su gobierno, como no dijo nada de la ferocidad con que Washington está forzando a otros países aliados en la OTAN a participar en sus guerras de conquista. Tampoco se hubiera sentido conmovido el embajador ante la evidencia de los desmanes y atrocidades que el gobierno Bush está cometiendo en el mundo si algún asistente a su conferencia le hubiera puesto frente al espejo de sus mentiras: con toda probabilidad hubiera hecho gala, una vez más, de su desenvuelta mendacidad, de su falta de humanidad, de su frialdad ante el sufrimiento ajeno. De hecho, no hacía falta que nadie le interrogase, porque la sensibilidad del gobierno norteamericano ante las reclamaciones y las protestas puede ilustrarse con la respuesta que dio el director de la CIA a Carla del Ponte, cuando le pedía ayuda para detener a criminales de guerra: “Mire, señora, lo que usted piense me importa una mierda”.

Mientras, en el Círculo Ecuestre, Aguirre tenía la desvergüenza de hablar de “turismo sexual” para atacar una vez más a Cuba, el mentiroso embajador no dijo una palabra sobre la posibilidad de cerrar los numerosos burdeles que sus empresas-pantalla organizan por todo el mundo para servicio de los soldados norteamericanos. Mientras hablaba de grupos terroristas, el mendaz embajador olvidó mencionar el activo terrorismo de sus mercenarios en Iraq, Afganistán, Líbano o Irán. Mientras exigía que el gobierno español envíe más soldados a Afganistán, pasaba de puntillas sobre la catástrofe humana que sus tropas han causado en Oriente Medio.

La conferencia de Eduardo Aguirre fue un acto más de la mentira, porque el gobierno norteamericano, por boca del embajador, no sólo nos miente, no sólo nos amenaza, sino que además oculta interesadamente que está manteniendo prisiones secretas por el mundo, deteniendo a muchas personas inocentes, organizando grupos de terroristas mercenarios, extendiendo la guerra, violando la legalidad internacional, incumpliendo las Convenciones de Ginebra, ayudando a organizaciones de mafiosos y criminales cuando le resultan útiles, instalando en el poder a criminales como Hashim Thaçi, jefe del UÇK y ahora primer ministro de Kosovo, cerrando los ojos ante la utilización de mataderos clandestinos como el de Burrel, en Albania. 

 

Una nueva ley de educación: ¿y la cohesión social?

Por Joan M. Girona*— Barcelona, abril 2008

En el debate que ha generado la publicación de las bases para una ley de educación de Catalunya (una llei de país) no aparece prácticamente ninguna referencia a un aspecto básico: la cohesión social. Con este escrito intentaremos exponer algunas reflexiones alrededor de esta cuestión.

La escuela debería ser la primera instancia que ayudara a conseguir un país cohesionado socialmente. Debe ser ella misma inclusiva, ayudar a cohesionar a todos sus alumnos, como está recogido formalmente en las distintas normativas del Departament d’Educació de Catalunya. Si cada centro escolar debe ser inclusivo, la política educativa del país debería, como mínimo, seguir esa orientación.

Actualmente existen en Catalunya tres redes escolares (o educativas): la privada, la privada concertada y la pública. Tres redes que alimentan la tendencia a la estratificación social de la mayoría de familias catalanas. La normativa actual de matriculación introduce ninguna corrección a esta tendencia mayoritaria, por tanto respeta las que podemos calificar de leyes del mercado escolar. En los momentos de decidir escuela o instituto para sus hijos los padres se fijan en la tipología social y étnica del alumnado de los centros; prácticamente nadie se preocupa de conocer los proyectos educativos, los equipos de profesionales que trabajan en cada escuela o instituto. Con lo que encontramos distintos niveles sociales según la red escolar. Las capas altas de la sociedad catalana llevan a sus retoños a escuelas privadas, financiadas con sus propios bolsillos y aplicando el derecho constitucional a erigir escuelas privadas según la normativa vigente (no confundir con el derecho a escoger las escuelas que más gusten a cada familia, supuesto no recogido en la constitución a pesar de que algunos decretos sobre matriculación se apoyan en él). Las capas medias buscan plaza en centros concertados, aceptando pagar determinadas cuotas a cambio de que sus hijos no estén mezclados con alumnos recién llegados a nuestro país. El resto, debe conformarse con los centros públicos. Aquí conviven familias convencidas de las ventajas inclusoras de la escuela pública con las familias con mayores necesidades y desventajas sociales, económicas, lingüísticas, étnicas… El panorama descrito no parece ayudar a la cohesión social (no sólo en Catalunya, pues la descripción es extrapolable al conjunto de España aunque los porcentajes sean distintos según se trate de áreas urbanas o no. El caso extremo se da en la ciudad de Barcelona, donde dos de cada tres alumnos se escolariza en centros privados o concertados).

Repasemos un poco la historia que nos ha llevado hasta aquí. A partir de 1976 los nacimientos en Catalunya iniciaron un rápido descenso que no se frenó hasta el año 2000. Los sucesivos gobiernos de Jordi Pujol reaccionaron cerrando centenares de aulas de escuelas públicas. Así se conseguía que la escuela concertada, regentada por amigos ideológicos de Convergencia, mantuviera sus aulas llenas. El gobierno catalán incumplió reiteradamente la ley: la escuela concertada debía ser subsidiaria de la pública, es decir, sólo se debían concertar centros privados cuando la escuela pública fuese insuficiente. El descenso de la natalidad coincidió con unos años donde la escuela pública había recobrado una parte del prestigio social que la dictadura, con la persecución y asesinatos de los maestros republicanos, había dejado bajo mínimos. La política de CiU echó al traste la incipiente recuperación.

Esta mala praxis no fue objeto de ninguna protesta seria por parte de los miembros del actual tripartito, entonces en la oposición. Mala praxis que ha permitido a lo largo de más de veinte años una enorme facilidad en escoger aquel centro que más gustara: teniendo en cuenta las tendencias antes expuestas. Así, una parte de las familias de clase media y obrera con trabajo fijo han podido evitar que sus hijos se mezclaran con otros niños de situación socioeconómica desfavorable, provenientes de países pobres o con necesidades educativas especiales. La red pública ha recibido a todos los alumnos; la red concertada, gracias a una hábil picaresca conocida y permitida desde la administración (el presidente Pujol lo reconoció públicamente), ha evitado este tipo de alumnado.

Una de las consecuencias más graves ha sido la desproporcionada distribución del alumnado inmigrante: 85% en la pública y un 15% en la concertada, según datos del departamento de educación. Estos alumnos escolarizados en guetos no se integran en Cataluña, se integran en una realidad distinta. El aumento de los recursos no resuelve la situación. La cohesión social y la mejora de los resultados académicos se conseguiría en centros diversos: en centros donde esté representada la diversidad existente en la sociedad. Se ayudaría a la cohesión si el centro escolar recogiera en su alumnado una mezcla semejante a la existente en su entorno inmediato. Si los chicos y chicas no encuentran en su instituto la misma composición de personas que encuentran en el  barrio donde viven su percepción de la realidad del país estará distorsionada. Esta situación guetificada tampoco favorece a los centros de élite. Los niños y niñas que solamente se relacionan con los de su clase social (alta en este caso) también tendrán su visión deformada de la sociedad en la que viven y seguramente vivirán en el futuro.

El Pacto Nacional sobre la Educación de 2007 mantuvo este estado de cosas. Instauró la sexta hora en los centros públicos de primaria, una decisión que más que favorecer los aprendizajes de los niños y niñas sirvió para consolidar la red concertada, que así se iguala a la pública en número de horas lectivas. El aumento del tiempo de permanencia en las aulas no es ninguna garantía de mejora de los aprendizajes y sí puede ser un inconveniente al desarrollo infantil. Los niños y niñas para crecer correctamente en todos los aspectos necesitan tiempo para jugar (juegos no dirigidos, espontáneos, activos, jugando con la imaginación) tiempo no organizado. La mayoría de las familias, no obstante, lo agradecen ya que deben descontar una hora menos en donde guardar sus hijos. No es la mejor manera de compaginar los horarios familiares el aumentar las horas de permanencia en los centros escolares. La necesidad de muchas parejas de dejar en las guarderías a sus hijos pequeños siete o más horas representa un perjuicio para estas criaturas. Los responsables no son los padres sino la organización social que les obliga a trabajar tantas horas para poder sobrevivir.

Y, en cambio, se ha incumplido el acuerdo escrito en el citado Pacto Nacional de igualar los deberes de los centros concertados con los públicos (no sólo igualar sus derechos): la igualdad de trato frente a alumnos inmigrantes. No estamos pidiendo el reparto de los alumnos extranjeros, estamos pidiendo una política de admisión a los centros distinta. Cambios en la citada normativa de matriculación. Olvidar el inexistente derecho constitucional de escoger el centro escolar por parte de los padres y llenar de contenido las comisiones de matriculación. Una única ventanilla de preinscripción a nivel municipal o comarcal. Todos los alumnos, autóctonos y extranjeros, estarían en las mismas condiciones y serían distribuidos entre todos los centros pagados con dinero público. Probablemente la cohesión social de los alumnos de este país mejoraría.

Es significativo el proceso previo a la presentación de las bases de la futura ley. No es de recibo la aceptación acrítica de los informes publicados al inicio del presente curso escolar (informes Pisa y Bofia) con los comentarios mediáticos interesados. Se ha aceptado que la realidad de la educación en nuestro país es muy negativa. Se ha confundido el deseo —presentar una mala situación para justificar socialmente los cambios neoliberales de la nueva ley— con la realidad: la situación no es tan negativa. Así, se han resaltado los aspectos más fácilmente cuantificables, resultados, notas, exámenes, pruebas… y no los aspectos cualitativos. No se ha valorado el nivel de cohesión social. A pesar del panorama descrito anteriormente, los resultados del alumnado catalán más desfavorecido, que es el que va a la pública, supera la media de los resultados del informe PISA, mientras que el de nivel socioeconómico alto, que se escolariza en la privada o concertada, no llega a la media.

El fracaso escolar entre los hijos de universitarios es del 2%, mientras que entre los hijos de quienes no tienen estudios es del 40%. Pensar que con mejor didáctica conseguiremos que ese 40% baje al 2% me parece bien intencionado, pero poco realista. Según el informe PISA, el 50% del rendimiento educativo de los jóvenes se explica por la posición social de su familia, un 18% por la composición socioeconómica de las familias de los estudiantes del centro educativo, y un 6% por características didácticas y organizativas de los propios centros escolares. En los setenta, la tasa de niños por profesor era de 33, actualmente es de 11. Las posibilidades de la hija de un campesino de estudiar bachillerato eran del 15%, hoy son del 58%. La actual tasa de fracaso escolar es preocupante, próxima al 30%, pero entonces era del 35%, y la escolarización obligatoria duraba 8 años, y no 10, como en la actualidad (J. Saturnino Martínez, ¿Crisis en la educación?”, El País, 14.01.2008). También es digno de atención otro motivo que coayuda al abandono precoz de los estudios. España es el único país de la UE donde se han creado (entre 2006 y 2007) más de 300.000 puestos de trabajo para personas que no han completado la enseñanza secundaria obligatoria (datos de El País, Negocios, 30.03.08). Esto supone una cuarta parte de los empleos creados. No parece un gran aliciente para seguir estudiando.

La realidad educativa es, pues, más poliédrica de lo que se ha reflejado hasta ahora en prensa, radio y televisión, sin apenas distinciones ideológicas. ¿Cómo no ha podido neutralizar el Gobierno tal desastre comunicativo, que asimila nuestro país a los más tercermundistas?

Leyendo las bases de la nueva ley no se observa ninguna intención de corregir esta situación: al contrario, se consagra la existencia de la red concertada, ahora ya no subsidiaria sino con los mismos derechos (¿para cuándo los deberes?) que la pública. Además la mayor autonomía de los centros, la posibilidad de los idearios, según como se utilice puede aumentar las diferencias sociales entre pública y concertada, incluso entre centros públicos. Si no cambia la normativa de matriculación, si cada familia puede escoger el centro que le plazca la autonomía de los centros favorecerá aún más a aquéllos que acogen a las familias con más posibilidades e interés por sus hijos y castigará al resto. El ideario de centro puede ayudar a cribar el posible alumnado. Hoy, escuelas católicas lo esgrimen; mañana un centro público puede presentarse con un ideario que potencie, por ejemplo, la educación física y así poder dejar fuera a ciertos alumnos o alumnas. Algo parecido está pasando en algún centro público especializado en música. Su ideario, indirectamente, le permite seleccionar alumnado.

En principio no dudamos de las intenciones de los redactores de la nueva ley, pero parece que éstas no van a favorecer la cohesión social de nuestros centros escolares y por ende de nuestra sociedad. Así no se prepara un futuro mejor para la juventud. 

*[Joan M Girona es Profesor de secundaria y exdirector del Programa de Educación Compensatoria]

 

Zapatero encomienda la ciencia y las universidades a una representante de las privadas y de la patronal

Por Albert Corominas · Vera Sacristán* 20 de abril de 2008

El sábado 12 de abril de 2008, el presidente Rodríguez Zapatero anunció la creación de un nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación, cuyo objetivo es “que la innovación sea uno de los motores de la economía” (1).

Tiempo habrá de discutir los pros y contras de la decisión de segregar del Ministerio de Educación las competencias sobre universidades, investigación y política científica y tecnológica. Hoy nos limitaremos a presentar los primeros nombramientos asociados a este nuevo ministerio, por si arrojan alguna luz sobre el futuro que cabe esperar para la universidad y la investigación españolas.  

En primer lugar, ¿quién es la nueva ministra de Ciencia e Innovación? Se ha repetido hasta la saciedad que Cristina Garmendia es una investigadora destacada en un tema puntero, se doctoró con premio extraordinario en la Universidad Autónoma de Madrid en 1989 con una tesis en biología molecular, obtuvo tres años más tarde un MBA en el IESE de la Universidad de Navarra (del Opus Dei) y, ocho más tarde, era presidenta de Genetrix S.L., una empresa fundada por ella misma. 

Menos se ha difundido que, desde entonces, es una activa empresaria y que, actualmente, es miembro de la junta directiva de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), miembro del consejo asesor de la Fundación Botín y presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), “plataforma de encuentro del sector biotecnológico, [que] representa los intereses de sus asociados ante las administraciones regionales, nacionales y europeas”. Se ha dicho de ella que su conocimiento de la universidad es escaso, pero esta afirmación no es cierta, porque la nueva ministra es miembro del consejo profesional de ESADE (conocida escuela de negocios de la universidad privada Ramon Llull) y miembro de los consejos asesores de las universidades, también privadas, Francisco de Vitoria y Antonio de Nebrija. Así que algo sabe de universidades... privadas. Como también sabe de empresas farmacéuticas: según destaca el currículum que ha hecho público la presidencia del gobierno, recientemente ha sido ratificada como presidenta de la empresa Cellerix S.L. por un consorcio internacional de inversores formado por Roche, Novartis, LSP y Ventech. 

Pero los primeros nombramientos no se acaban con la ministra. ¿Quiénes son los altos cargos del nuevo ministerio? Jorge Barrero, jefe del gabinete de la ministra, es secretario general de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), que preside Garmendia. El nuevo secretario de estado de Investigación, Carlos Martínez, hasta ahora presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es cofundador, con la ministra, de la sociedad Genetrix S.L. En cuanto al secretario de estado de Universidades, Màrius Rubiralta, es catedrático de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona y, antes de ser rector, fue el impulsor y director general del Parc Científic de Barcelona, la entidad que acoge empresas y centros de investigación “en áreas emergentes de la investigación química, farmacéutica y biotecnológica así como en  nanobioingeniería”.  

Este es el ministerio que va a dirigir el futuro de la investigación en España, que abarca desde las ciencias sociales hasta la tecnología, desde las humanidades hasta las ciencias experimentales. Este es el ministerio que va a impulsar la adaptación de las universidades públicas a los Espacios Europeos de Educación Superior y de Investigación. Y, por supuesto, el ministerio que va a conseguir que “la innovación sea uno de los motores de la economía”. ¿Cuánto margen queda para la duda sobre qué dirección va  a tomar? 

 (1) NOTA: Declaraciones de Cristina Garmendia, recogidas en El País, 13/04/2008. Las otras informaciones mencionadas en el texto provienen de http://www.la-moncloa.es/ o de las páginas web de las entidades correspondientes. 

*[Albert Corominas es profesor de organización industrial y Vera Sacristán es profesora de matemática aplicada, ambos de la Universitat Politècnica de Catalunya. Pertenecen, asimismo, a la asociación UpiC (http://www.upc.edu/upic).]

 

Así funciona la derecha

 

Aguirre anula un curso sobre memoria histórica

La actividad, dirigida a profesores de primaria y secundaria, estaba cerrada desde diciembre y empezaba ayer

Por Pilar Álvarez — Madrid, 1 de abril de 2008

La memoria histórica no es una prioridad en Madrid. La Consejería de Educación ha anulado un curso sobre esta materia organizado por el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Sefarad de Fuenlabrada. El seminario Experiencias de historia oral en el aula, dirigido a profesores, debía comenzar ayer.

Pero se canceló hace una semana por ser "excesivamente monográfico" y por reiterar el tema de otro organizado en 2007, según la comunicación oficial enviada a los organizadores. En el IES Sefarad consideran que se ha vetado por abordar "un asunto tabú" para el Gobierno regional de Esperanza Aguirre (PP). Su partido votó en contra de la vigente Ley de Memoria Histórica en el Congreso, excepto en siete preceptos.

No es el primer curso centrado en asuntos conflictivos para los populares que se queda en el camino. A mitad de marzo, la consejería canceló otro taller para profesores en San Lorenzo de El Escorial sobre Educación para la Ciudadanía. La consejera de Educación, Lucía Figar, ha manifestado que facilitará la objeción de conciencia contra esa asignatura.

El seminario de Fuenlabrada, con el programa y el cuadro de ponentes cerrados, según el centro, desde diciembre, comenzaba con la conferencia Viaje a la memoria histórica: los abogados de Atocha. Incluía intervenciones sobre el Holocausto, la propaganda en los grandes conflictos del siglo XX, la represión franquista o la educación en la Segunda República. El Centro de Apoyo al Profesorado (CAP) de Fuenlabrada, responsable de gestionar el curso y pagar a los ponentes con dinero de la consejería, envió un correo electrónico a los organizadores el 25 de marzo, dos días antes de que acabara el plazo de presentación de solicitudes. Les comunicaban que la consejería había decidido "no autorizar" la actividad.

Los argumentos oficiales para cancelar el curso "son sólo una excusa", según el jefe de Geografía e Historia del IES Sefarad, Fernando Hernández. En 2007, el instituto celebró otro taller titulado La memoria histórica en el aula: metodología y experiencias. El de este año era "su continuación y no una reiteración", según Hernández. Oficialmente, ha sido cancelado también por enfocarse tanto para docentes de primaria como de secundaria. Pero la convocatoria de 2007 era igual de genérica, según comprobó este periódico. También hace un año se trataba de un tema "monográfico". Un portavoz de Educación añadió que la memoria histórica "no forma parte de las líneas prioritarias en materia de formación".

Elías Rodríguez, asesor del CAP de Fuenlabrada, se remite a la explicación oficial, pero admite que "nunca" se había producido una anulación similar, sólo en caso de falta de solicitudes. El CAP organiza unas 120 actividades anuales, entre cursos, seminarios y jornadas de trabajo.

Agustín Moreno, profesor de Historia del IES Salvador Allende (Fuenlabrada) y uno de los invitados, considera la cancelación "un caso de sectarismo fuera de lugar". Otra de las ponentes afectadas, la profesora del Departamento de Historia de la Comunicación Social de la Universidad Complutense Mirta Núñez, tildó lo ocurrido de "aberrante". Núñez lo achacó a una "voluntad política" que no tiene nada que ver con la educación.

 

La biblioteca de Babel

Michael T. Klare
Sangre y petróleo. Peligros y consecuencias de la dependencia del crudo
trad. de J. A. Bravo, Urano, Barcelona, 2006, 395 págs.

Quienes nos hemos opuesto a la fantasmagórica “guerra contra el terrorismo”, nos hemos visto obligados a dedicar mucho tiempo a desvelar el carácter falaz de los motivos declarados para invadir países y derrocar gobiernos en el Oriente Medio y en el Asia Central. El problema es que, mientras hacíamos eso, no estábamos discutiendo sobre los problemas de fondo que están en el origen de esas intervenciones político-militares. Michael T. Klare, profesor en el Hampshire College de Amherst (Massachusetts, EEUU), director del Five College Program in Peace and World Security Studies y reconocido experto en temas de defensa y seguridad internacional, va directo al grano y expone con rigor y claridad las causas materiales de esas políticas agresivas que, sin duda, constituyen las principales amenazas a la paz y la seguridad mundial. El título y el subtítulo del libro son bastante expresivos al respecto. A partir de la argumentación de Klare, fundamentada en una multitud de datos apabullante, el lector se puede hacer una idea bastante precisa del callejón sin salida al que nos están conduciendo las políticas de los mandamases occidentales sobre lo que ellos llaman la “seguridad energética” (¡sic!). Un conjunto de decisiones que, a la vista de sus efectos prácticos, se pueden caracterizar como “múltiples crímenes y desastres para hoy y ausencia de alternativas para mañana”. Klare también deja claro que lo peor está por venir: teniendo en cuenta el incremento previsto de la petrodependencia occidental y la ausencia de alternativas energéticas para mantener las sociedades occidentales tal y como son ahora, en algo más de una década asistiremos a una rivalidad a vida o muerte entre EEUU, Rusia y China (tres Estados con armas nucleares) por la apropiación de un “oro negro” cada vez más escaso. El libro acaba, de todos modos, con una propuesta para “una estrategia para la autonomía energética y la integridad” que abre una puerta a la esperanza. Una lectura imprescindible para entender la magnitud de los problemas de hoy y de los desafíos que tenemos por delante.

[José Luis Gordillo]

 

Eduard Rodriguez Farré y Salvador López Arnal
Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente
El Viejo Topo, Barcelona 2008 

El tema nuclear ha regresado a la actualidad. Por un lado, desde poderosas instancias se han elogiado las supuestas ventajas de este tipo de energía. El mismísimo George Bush la presentaba hace unos meses como la mejor alternativa a las energías fósiles ya que “no contamina ni contribuye al cambio climático”. A su vez, diversos periódicos y revistas divulgativas —políticas, científicas y ecologistas—  informaban sobre La venganza de la Tierra, el último libro de James Lovelock, creador de la hipótesis Gaia, en el cual manifestaba su apoyo a la energía nuclear. Por otro lado, hace unos días, los periódicos informaban de un accidente, todavía poco aclarado, en la central nuclear de Ascó que alertaba una vez más a la población poniendo desgraciadamente de manifiesto la imposibilidad de vivir en paz con nucleares.

En este contexto, parece fuera de toda duda la necesidad de informarse sobre este tema y obtener buenos argumentos para poder seguir exclamando: “¿Nucleares? ¡No, gracias!” Y este oportuno libro constituye una inmejorable herramienta para ello. Una larga conversación, dividida en quince apartados, entre S. López Arnal y E. Rodríguez Farré, compone su parte central. En ella, el profesor y filósofo López Arnal dialoga sobre los principales temas que aparecen en el debate sobre la energía nuclear con Rodríguez Farré, médico experto en toxicología y veterano luchador antinuclear: desde el funcionamiento de una central hasta su aplicación armamentística, pasando por el problema generado por los residuos. Convencidos ambos de que la ciencia “asentada y públicamente transparente” es “un aliado imprescindible para la búsqueda de nuevas formas económicas y energéticas, respetuosas con el medio ambiente y con los seres humanos, que posibiliten una vida mejor”, el lenguaje, a lo largo de la entrevista, es claro y accesible (para los escasos pasajes técnicos que contiene se ha tenido el detalle de preparar al final del volumen un glosario, además de ilustrativos anexos).

Acompañan a esta interesante conversación, otros buenos textos: a modo de prefacio, abre el volumen un escrito de Jorge Riechmann, donde reflexiona sobre el impacto del último libro de Lovelock en la conciencia ecologista (“La reflexión reciente de James Lovelock ¿obligaría a abandonar las posiciones básicas del movimiento ecologista?”). Le sigue un estupendo prólogo de Enric Tello, en el que se presenta al libro como un buen instrumento para forjar la necesaria resistencia cívica frente al “realismo fantasmagórico” de los poderosos grupos de presión pro-nucleares. Cierran el volumen textos de Santiago Alba Rico: “Günther Anders, Claude Eatherly: ciencia y conciencia”, Joaquim Sempere: “¿Cómo orientarse ante el final de las energías fósiles?” y Joan Pallisé, quien nos recuerda que las consecuencias del debate nuclear “son demasiado importantes para dejarlas exclusivamente en manos de los expertos”. La conclusión, pues, está servida: hay que leer este libro y recomendarlo. ¡Mejor activos hoy que mañana radioactivos!

[Xavier Pedrol]

 

Devedeando, que es gerundio

El 68 (francés) en DVD

Llegamos ya a las cuarenta primaveras de aquel mayo de 1968 en que se buscó la playa bajo los adoquines de las calles de París. Aunque, por poner sólo un ejemplo, Robert Bresson rodó Une femme douce en la capital francesa sin prestar la menor atención a la convulsión que estaba teniendo lugar en ese preciso momento, el mundillo del cine francés no fue ajeno al acontecimiento —con el precedente del affaire Langlois a raíz de su destitución como director de la Cinemateca por parte del entonces ministro de Cultura, André Malraux, y el posterior boicot de los cineastas en el Festival de Cannes—, y algunos de sus representantes más destacados se embarcaron en novedosos proyectos cinematográficos políticamente militantes y formalmente transgresores en que la figura del director se diluía en el anonimato del colectivo; es el caso de los Grupos Medvedkin y sus documentales sobre la vida fabril y las huelgas obreras de Besançon y Sochaux (impulsados por Chris Marker, Jean-Luc Godard, Bruno Muel y otros, con el precedente del grupo SLON y el destacable filme colectivo Loin de Vietnam, de 1967) o del Grupo Dziga Vertov (Godard de nuevo y Jean-Pierre Gorin, en plan maoístas impenitentes). Sin olvidar, claro está, los ciné-tracts, breves documentales contrainformativos sobre la revuelta en las calles de París, tras los que se ocultaban de nuevo, entre otros muchos, Godard, Marker o Alain Resnais. 

A la espera de disponer aquí en DVD de estos trabajos cinematográficos más genuinamente deudores de la efervescencia revolucionaria del 68 (¡ojo al dato!: el prometido cofre de Intermedio sobre Godard y el Grupo Dziga Vertov está previsto que salga a la venta este mismo mes de mayo; el correspondiente a los Groupes Medvedkine sigue sólo disponible en la versión francesa), amén de otros títulos emblemáticos de la resaca post-68 (destaquemos Mourir à 30 ans, dirigida en 1982 por Romain Goupil, reconvertido ahora, por cierto, en uno de los jaleadores de Sarkozy junto con otros inefables de la intelectualidad mediática francesa), poco más se ha editado en DVD por estos lares que entronque con los sucesos de mayo, con el agravante añadido, para quien desee una aproximación más directa a los hechos, de tratarse solamente de obras de ficción. Ahí va, pues, una lista brevemente razonada de esas películas y de algunas otras obras, sólo disponibles en francés, que sí poseen un carácter documental: 

Jean-Luc Godard
La chinoise
1967; Filmax, 2006

Premonitorio y ambivalente retrato de una célula maoísta en el París anterior al 68 y de sus elucubraciones ideológicas. Si no estuviéramos advertidos de que Godard comulgaba con esta tendencia política, en muchos momentos podríamos pensar que se trata de una ácida parodia.
 

Louis Malle
Milou en mayo
1989; Avalon-Fnac, 2006

El mayo vivido desde la distancia por una acomodada familia de provincias. Teniendo en cuenta el año de producción, cabe destacar que Malle pusiera a los intérpretes a entonar “La internacional”
 

Bernardo Bertolucci
Soñadores
2003; Lauren Films, 2006

El señor Bertolucci perpetró esta película con la intención de deleitarnos con los aspectos erótico-festivos del mayo francés. Aunque no cabe duda de que existieron, Soñadores es tramposa y funcional al discurso actualmente dominante, en que todo análisis político de los hechos –vade retro– cede paso a un énfasis en la afirmación de la identidad individual y sexual de la juventud de la época.
 

Philippe Garrel
Les amants réguliers
2004; Intermedio, 2007

En parte con el propósito de ofrecer un contrapeso a la anterior, Philippe Garrel tomó literalmente prestados el atrezo y a uno de los intérpretes de Soñadores —su hijo Louis Garrel— para retratar las desventuras de un joven bohemio, poeta de inclinaciones anarquistas e insumiso al ejército francés. Aquí la premisa ya no es la política como pretexto para mojar, sino un recorrido por el proceso de desencanto a raíz de los fracasos colectivos (en las barricadas del Barrio Latino) y de los fracasos personales (en la posterior relación amorosa a la que el protagonista recurre como tabla de salvación).
 

Les Groupes Medvedkine
1967-1973; Éditions Montparnasse, 2006

Algunos de los directores más destacados de la época ponen sus medios y conocimientos cinematográficos a disposición de los obreros en huelga para que expliquen por sí mismos sus condiciones de vida y sus reivindicaciones. Incluye el documental Á bientôt j'espère sobre la ocupación de la fábrica Rhodiaceta de Besançon en el 67, precedente de lo que vendría un año después.
 

William Klein
Grands soir et petits matins
1978; GCTHV, 2004

Pasados diez años, el fotógrafo William Klein montó las imágenes que, por encargo de los “Estados Generales del Cine”, había tomado del enfrentamiento entre los estudiantes y los antidisturbios de los CRS en el Barrio Latino de París.
 

Hervé Le Roux
Reprise
1996; Éditions Montparnasse, 2006

Al modo en que Joaquim Jordà abordaría después su obra Veinte años no es nada, Hervé Le Roux localizó a una mujer que, en un breve documental rodado en el ocaso del movimiento huelguístico del 68 en la fábrica de pilas Wonder, se negaba a volver al trabajo por sentirse traicionada por los sindicatos. Ésta es su historia y la de sus compañeros casi treinta años después. 

[Carles Mercadal]

PÁGINAS-AMIGAS

Centre de Treball i Documentació (CTD)
http://www.cetede.org

Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas
http://www.ucm.es/info/nomadas

El Viejo Topo
http://www.elviejotopo.com

La Insignia
http://www.lainsignia.org

Sin permiso
http://www.sinpermiso.info

 

Revista mientras tanto

Contenido del número 103

 mientras tanto
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Verano 2007

103

NOTAS EDITORIALES
La historia interminable: nueva crisis financiera
A. Recio
Dilemas constitucionales en Venezuela
G. Pisarello
La sombra de un ciudadano ejemplar
J. Torrell
En la muerte de Lluís Maria Xirinacs
J. Sempere
 

ARTÍCULOS
LOS SERVICIOS SOCIALES Y LA CUARTA PATA (¿COJA?) DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN ESPAÑA
José Adelantado

EL CUIDADO DE LA DEPENDENCIA: UN TRABAJO DE CUIDADO
Teresa Torns

SINDICATOS Y JÓVENES: EL RETO DE SUS VÍNCULOS
Antonio Antón

DERECHOS FORMALES Y DERECHOS REALES DE LOS TRABAJADORES EN LA ESPAÑA DE COMIENZOS DEL SIGLO XXI
Daniel Lacalle

L’ESGLÈSIA CATÒLICO ROMANA A ESPANYA: PODER I PRIVILEGI
Ángel Zaragoza i Tafalla

RESEÑA
Entrada en la Barbarie
Joaquim Sempere

 

mientras tanto bitartean mientras tanto mentrestant
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Avance del número doble 104-105

mientras tanto

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2008

104-105

NOTAS EDITORIALES
¿Cambio climático global o crisis socio-ecológica?

A. Recio

Elecciones: ganará la derecha, ¿pero cuál?

J.-R. Capella

La Unión Europea y el arte del doble rasero

G. Pisarello y X. Pedrol

Sucesión y desinformación

J. L. Gordillo

El catolicismo conservador, el pan nuestro de cada día

A. Madrid

En la muerte de Josep Guinovart

J.-R. Capella

 ARTÍCULOS
LOS COMUNISTAS ANTE LA TRANSICIÓN

Josep Fontana

EL LIBERALISMO HERÉTICO DE PIERO GOBETTI

Giaime Pala y Gianluca Scroccu

EL INIGUALABLE Y DESIGUAL SIGLO XX

Bob Sutcliffe

DEL MARXISMO-LENINISMO AL NEOCOLOQUIALISMO O LAS PRODIGIOSAS AVENTURAS TRANSPIRENAICAS DE CARLOS SEMPRÚN

José A. Tapia Granados

 MEMORIA HISTÓRICA Y PODERES PÚBLICOS
Presentación

POSIBILIDADES Y LÍMITES DE LAS ‘POLÍTICAS PÚBLICAS DE LA MEMORIA’
S
ergio Gálvez Biesca

¿PERSEGUIDOS O PERSEGUIDORES? SOBRE LA NECESIDAD DE AFRONTAR EL PASADO

Á
ngel Rozas

LA POLÍTICA ARCHIVÍSTICA DEL GOBIERNO ESPAÑOL DESDE EL COMIENZO DE LA TRANSICIÓN

A. González Quintana

TEMPUS FUGIT. LAS MEMORIAS DE LA TRANSICIÓN

X
avier Domènech Sempere

 RESEÑA
VIEJO Y NUEVO IMPERIALISMO: UN COMENTARIO SOBRE THE NEW IMPERIALISM DE DAVID HARVEY Y EMPIRE OF CAPITAL DE ELLEN MEIKSINS WORD

Bob Sutcliffe

OBITUARIO

CITA
 

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