Juana
la Loca e IU
por
José Manuel Barreal San Martín
Al
hilo del artículo de Juan Ramón Capella “IU, en Invierno”, publicado en
el último mientrastanto.e, están entrando en el debate algunas
personas en tono discrepante.
Tanto
el artículo mencionado como los discrepantes me animaron a escribir el
presente trabajo. El título resultará algo extraño. Pero, si se sigue
leyendo, veremos que no lo es tanto por las similitudes que intentaré
exponer.
Es
sabido que Juana I de Castilla, más conocida por Juana la Loca, estuvo
muchos años velando el cadáver de su esposo Felipe el Hermoso, del que
“bastó con que se miraran a los ojos para que aflorase una pasión
irrefrenable”. Necesitaba que los monjes abrieran el ataúd para
acariciar a su marido. Le aterraba pensar que podrían llevar el cadáver
de Felipe a Flandes, y necesitaba constatar a diario que el cuerpo
seguía estando allí.
También
IU arrastra un cadáver: el PCE. Al igual que a Juana I de Castilla y su
marido, les bastó mirarse a los ojos para que se encendiera la pasión
amorosa. Una pasión que al día de hoy se traduce en desacuerdos,
desavenencias y si no se remedia, la desaparición de una necesaria
fuerza de la izquierda: Izquierda Unida.
IU,
surgió al hilo de las manifestaciones anti-OTAN y bajo los auspicios del
partido comunista de España. Un partido que, desde mi punto de vista,
nunca dejó de tutelar a IU, aunque de cara al exterior se intentase
mostrar lo contrario. Ahora, ya con más claridad, se apuesta por
“resucitar” al PCE y darle, dicen sus “albaceas”, el papel de faro que
guiará a IU en el devenir de la lucha por un mundo mejor. Aquí radica, a
mi entender, el error: pensar que el PCE, que no el comunismo, puede al
día de hoy retomar la “representación” de los colectivos disconformes
con la situación social actual. Entienden, algunas personas en IU, que
el cadáver del PCE es a la izquierda lo que Felipe el Hermoso (ya
cadáver) era a su esposa Juana. Muestran la heroica historia del PCE
como moneda irrefutable de que es irrebatible su necesaria presencia. Y
no.
Y
¿qué ocurre en IU? Antes de responder quiero mostrar mi respeto a las
personas que conforman tanto IU, como el PCE. No seré yo quien cuestione
sus acuerdos o desacuerdos. Pero sí entiendo que puedo y debo opinar
sobre una cuestión que está desangrando a una parte importante de la
izquierda para revertir en no se sabe qué mar ideológico. Las respuestas
que se puedan dar a la situación de IU están recogidas en opiniones, que
entiendo más autorizadas que la mía. A ellas me remito.
“IU
está en una situación de crisis grave, difícilmente ocultable, […]
especialmente en una situación de crisis interna que viene marcada por
la desnaturalización que sufre desde hace años el proyecto de IU…”
[Pedro Montes, miembro CPF de IU y de Plataforma de Izquierdas:
Rebelión, 7 de mayo de 2004]
“La
idea fundamental es reconstruir sobre nuevas bases el proyecto de IU
eliminando lo que no funciona y aportando lo que funciona y las nuevas
experiencias de la sociedad. Todo ello se ha de basar sobre una
reflexión sobre la situación de IU y la izquierda transformadora en el
mundo, sobre un análisis riguroso del nuevo ciclo que ha comenzado,
sobre una discusión a fondo de lo que pasa en IU y a partir de líneas de
trabajo.” [Manuel Monereo:
Rebelión, 7 de mayo de
2004]
“Hay
que construir un bloque plural dentro de IU, trabajar conjuntamente con
los movimientos sociales, fundamentalmente con el movimiento de
movimientos y con el movimiento obrero. IU se debe de apoyar en la
juventud…” [Jaime Pastor, miembro de Espacio Alternativo: El Viejo
Topo, publicado en Rebelión, 10 de mayo de 2007]
“[…]
Nacía un proyecto político al calor de las movilizaciones anti-OTAN, con
el Partido Comunista de España como principal fuerza, inmensamente
mayoritario en militancia y recursos. Renunciaba así a ejercer su
presencia en primera línea, algo que como el tiempo ha demostrado
constituyó un error que todavía estamos pagando los comunistas en este
país…” [José Manuel Aláez Fernández fue militante de Izquierda Unida y
del Partido Comunista de España hasta el año 2001: Kaosenlared.net,
17-9-2007]
En
mi opinión lo que es un error es pensar que “los comunistas de este
país” están pagando el error. Es tanto como decir que fuera del PCE, no
hay comunistas.
Acerquémonos a
otros autores que, tal vez, puedan ayudarnos a clarificar por dónde
puede ir el futuro de IU.
“Hoy
creo que no ha salido de la UVI (se refiere el autor a IU), que su
estado se ha agravado. Ha vivido una etapa de conmoción […] auspiciada
tanto por la mayoría de su dirección como por su minoría, y también
desde cargos del PCE. Nadie ha sabido encontrar una política unificadora
ni los modos de un debate satisfactorio, o sea, fecundo. Hay problemas
que no se arreglan formando mayorías y minorías. Que exigen otras
lógicas, y desde luego preservar la unidad, los entendimientos mínimos
[…]. La pregunta es entonces: ¿estamos al principio de algo o asistimos
al final de algo? [...
].
Mi opinión sincera
es que asistimos al final de algo”
[…]
“El
PCE, que constituyó la columna vertebral de Izquierda Unida, a la que
entregó además la casi totalidad de su patrimonio, debería ser capaz de
metamorfosearse en otra cosa con dignidad. Metamorfosearse con dignidad
significaría, a mi juicio, no tratar de prolongar su vida como partido,
sino proyectar a su militancia sobre iniciativas sociales con contenido
emancipatorio, para aprender de ellas y, al mismo tiempo, al insertarse
ante todo en ellas, potenciarlas y activarlas.” [Juan-Ramón Capella en
la Revista mientrastanto.e, febrero de 2008]
La
situación de IU me recuerda la vivida personalmente, en los años setenta
y ochenta, en la CNT. Cuando los irredentos anarquistas (nada tengo en
contra del anarquismo, todo lo contrario) quisieron tutelar de tal
manera a la organización que consiguieron que en la actualidad se han
refugiado en su torre de cristal. En debates estériles que sólo sirven
para el orgasmo intelectual de quienes los propician.
Me
temo que si no se toman en consideración éstas y otras opiniones, al
menos para su debate, en vez de enrocarse en “qué bonito era mi valle”,
la izquierda quedará ya no coja, sino huérfana de instrumentos que
puedan propiciar “otra idea”. Hay gentes de una izquierda alternativa, o
si se quiere anticapitalista, que piensan se está a tiempo de enderezar
el rumbo. Y si no se llama IU —porque lo de “unida”, si no fuese triste,
resultaría cómico—, que se llame de otra manera.
Para
finalizar, me parece que si nos planteamos mínimamente en serio la
transformación social, debemos de saber que el capitalismo —o como se
dice ahora, el neoliberalismo— pone en entredicho a la democracia. Le
interesa en tanto en cuanto cada cuatro años se vota; pero nada más. No
le preocupa que la misma impregne desde el estamento familiar hasta el
sindical, pasando por la institución escolar y por las mismas relaciones
de amistad.
Para
que esta democracia pueda ser cambiada en otra republicana y socialista,
o al menos se vislumbre esa posibilidad, tendrá que “inventarse” un
colectivo que se ponga al servicio de la transformación en un sentido
radical (yendo a la raíz). Es decir, interviniendo activamente para la
construcción de una sociedad alternativa y ecológicamente habitable.
¿Por
qué voy a votar?
I
Cada
vez que hay elecciones a buena parte de la gente de izquierdas, sobre
todo a la más activa en los movimientos sociales, se le plantean las
mismas dudas sobre la oportunidad de votar o no. Y en caso afirmativo,
¿a quién?.
Las
opiniones abstencionistas suelen plantearse en dos planos: o las
elecciones no sirven de nada, puesto que los partidos son meros
instrumentos del capital o del “poder”, y la de que no existe ninguna
opción que recoja las aspiraciones de los movimientos sociales. O no
vale la pena votar, o aunque valga no encuentro ningún candidato
aceptable.
Puedo
estar de acuerdo con que lo que se juega en las actuales elecciones no
es ningún cambio sustancial de la estructura política, económica y
social. Y que los partidos de izquierdas son meras máquinas
institucionales con escaso atractivo. Pero es exagerado considerar que
todo es lo mismo y que una victoria de la derecha no cambia nada (me
temo que algunos adictos a las “movidas” confían que con una derecha en
el poder nos vamos a divertir más pues tendremos más razones para
organizar manifestaciones). En primer lugar porque en diversas
cuestiones sensibles los gobiernos de derechas que hemos conocido han
sido brutales: como por ejemplo la mayor caída de gasto social
experimentada en los ocho años de gobierno del Partido Popular. Y en
segundo, porque en la dinámica de los últimos tiempos, marcada por el
predominio ideológico del neoliberalismo, es la derecha la que toma
decisiones drásticas que la izquierda es incapaz de revertir cuando
llega al poder, luego la única forma de no empeorar las cosas es
evitando que el PP llegue al poder. Aunque su programa extremista
seguramente no se aplicará, podemos esperar el bloqueo de las tímidas
reformas sociales recientes, o la creación de un clima permanente de
xenofobia y recorte de libertades si llegan al poder. Apuntarse a
“cuanto mejor, peor” es siempre una estrategia de alto riesgo, que casi
siempre acaba mal. Y aún menos apreciable me parece la postura de
algunos de reconocer que es mejor que no gane el PP pero negarse a ir a
votar. Lisa y llanamente me parece puro elitismo del que se considera en
posesión de una posición de superioridad que le permite evitar mancharse
las manos y dejar que lo hagan otros por él. Nada que ver con un ideal
de sociedad igualitaria por el que pretenden luchar.
Hay,
a mi entender, una confusión entre la participación electoral y la lucha
por un proyecto social alternativo. Puedo respetar a una persona que
tenga profundas convicciones anarquistas y esté convencido de que no
hace falta ninguna institucionalización de las relaciones sociales.
Aunque me parece una posición ingenua y difícil de sostener dada la
complejidad de nuestras sociedades. Fuera de esta perspectiva, el mundo
deja de ser en blanco y negro y las diferentes esferas sociales deben
ser consideradas de forma diferente. Es evidente que el actual marco
institucional es limitado. Y cambiarlo debe hacerse desde fuera, en
muchos ámbitos. En la organización y acción de movimientos sociales, en
la producción de conocimientos y experiencias que contradigan la
ideología dominante. Dedicarse a estas actividades no implica sin
embargo dejar de influir en el espacio político, el que en parte
condiciona las posibilidades de estas experiencias alternativas. Además
el esfuerzo que pide la participación electoral es muy pequeño y
compatible con cualquier otra tarea social (como se pudo ver en ocasión
del referéndum de la deuda externa que aprovechó la convocatoria
electoral para hacer propagan del 0,7). Cambiar el mundo exige esfuerzo
y perseverancia. Y mucho realismo. Un realismo que no debe perder
ninguna oportunidad de mejorar la situación. Y a mi modo de ver las
victorias de la izquierda han permitido estas pequeñas mejoras y evitado
algún, no todos, los retrocesos. Mis preocupaciones utópicas, mi
implicación en movimientos sociales no creo que queden mancilladas por
poner la papeleta en la urna. Y en cambio algunas de las conquistas del
pasado están amenazadas si mis vecinos y vecinas son tan insensatos como
yo y prefieren abstenerse.
II
La
otra cuestión es la de a quién votar. Es evidente que, al menos en el
plano del discurso, Izquierda Unida y sus aliados han constituido la
opción electoral más cercana a las aspiraciones de transformación. Votar
a Izquierda Unida,-Iniciativa Verds-EUiA. ha constituido una forma de
mantener una visibilidad social de esa izquierda alternativa. Creo que
además ha tenido la ventaja de impedir la completa invisibilidad social
de ese amplio espectro social. Un espectro a todas luces castigado por
un diseño institucional que promueve el bipartidismo y regala a la
derecha un suelo de representación inaceptable.
Ese
proyecto está hoy en peligro. En gran parte por méritos propios.
Algunos, en mi opinión, de nacimiento: su fundación fue menos una
apuesta por crear una organización amplia de toda la gente que había
participado en la movilización contra la OTAN y más la formación de una
coalición en torno a un PCE en crisis (al proyecto se sumaron los
disidentes del PCPE-PCC, y pequeñas formaciones socialistas con escasa
representatividad, no se invitó a la izquierda radical que había tenido
un papel importante en las movilizaciones —LCR-MC— ni se dio espacio a
la Pléyada de independientes en el proceso). Otros de dinámica, una
dinámica interna fratricida y marcada por una crisis interna entre un
PCE que ha sido incapaz de entender la crisis de la tradición comunista
generada por el fracaso de la experiencia soviética y un sector de
políticos mas pragmáticos que han tendido a buscar en el ecologismo la
marca que podía permitirles mantener un espacio alternativo. (Sin contar
con experiencias como la sectaria estrategia de las “dos orillas” que
lejos de promover la consolidación de procesos sociales alternativos lo
único que produjo fue la pérdida de una parte de la base electoral). Una
organización crecientemente reducida a un espacio institucional con
escasa base en los movimientos sociales. Y con una clara pérdida de base
en la clase obrera manual (no sólo la industrial, también entre el nuevo
proletariado de servicios). Las últimas peleas internas, especialmente
en el País Valencià (como mi única referencia es la de la prensa
escrita, la impresión que uno saca es que ninguno de los implicados
puede estar muy orgulloso de su actuación), ponen la coalición en
peligro de perder incluso su grupo parlamentario, su principal espacio
institucional.
Puestas
así las cosas es comprensible que se defienda que lo mejor es echar el
cierre. Efectivamente si uno piensa en IU como un modelo de
partido-movimiento-productor cultural de izquierdas el modelo ha
fracasado. Si uno piensa que es posible crear algún tipo de organización
que cumpla con estos cometidos, lo mejor es dedicar los esfuerzos a
crearla y esperar que la desaparición de IU le cediera el paso. El
problema es que esta última posibilidad parece hoy por hoy sólo un buen
deseo, no sólo por la debilidad, incluso numérica, de la gente que se
mueve en movimientos alternativos, sino especialmente por el enorme
abismo, y a menudo sectarismo, que existe entre ellos Y que impide
generar un ambiente de suficiente confianza y camaradería para trabajar
en un proyecto común, aunque no para converger en momentos concretos. Lo
verde, lo rojo, lo violeta siguen carentes de un mestizaje necesario,
Por no señalar la inmadurez en cuestiones organizativas, en la forma de
participar, de cooperar, de reflexionar, que a menudo nos impide el
trabajo en común. Y que obliga a pensar en otra forma, distinta, de
organizar lo alternativo, en un modelo más reticular, menos compacto que
en el pasado, que posibilite, al mismo tiempo, autonomía y cooperación,
trabajo continuado y debate. Cuando las cosas se plantean de esta forma,
me parece que la cuestión de la representación institucional toma otro
cariz. La fuerza institucional es sólo una parte del proceso. Que, como
todo el mundo, va a ser lo que pueda o sepa (con su capacidad y sus
limitaciones). Y a la que le podremos pedir sólo un mínimo de
exigencias: que no transija en cuestiones esenciales, que trate de
introducir las reformas posibles, que dialogue con el resto de
movimientos, que le sirva de altavoz.
Si
adoptamos este último punto de vista, creo que la actuación de IU-IV-EUiA
no ha sido globalmente negativa. Y en muchos casos ha defendido
dignamente muchas causas. Causas que dejarán de plantearse si finalmente
triunfa el bipartidismo. También a mí me gustaría que está coalición
fuera algo más. Pero en la disyuntiva actual creo que seguir votándola
es la única oportunidad de mantener una ventana institucional que nos
permita respirar. Y que su desaparición, lejos de dar nacimiento a nada,
sería una nueva marcha atrás de una izquierda transformadora debilitada
y desorientada. Por eso les seguiré votando, y dedicaré el resto de mis
esfuerzos a apoyar lo que crea que pueda ser útil para consolidar un
proceso social más esperanzador.
[Albert Recio]
Es
perden les batalles que no es donen
por Rafael Pla
López
Juan-Ramón
Capella, en l'article titulat "IU en invierno", dóna per finiquitats
tant al PCE com a IU i propugna la seua dissolució per a, respectivament,
"proyectar a su militancia sobre iniciativas sociales con contenido
emancipatorio" i "poner [sus locales] a disposición de lo que se mueve",
al temps que sentencia que "Para lo electoral, francamente, la suerte ya
está echada".
No
vaig a qüestionar que IU té greus problemes, ni que la seua trajectòria
política ha estat erràtica. Però menysprear, tal com estan les coses no
solament en Espanya sinó en Europa, a una organització d'esquerres que
compta amb milers de membres i aglutina a un milió d'electors (al
voltant del 5% dels votants), sembla d'una notòria irresponsabilitat.
Més singular encara és que també vulga posar fi al PCE sense cap
argumentació, cosa que fa palesa la seua concepció de fons, un "movimentisme"
extrem que menysprea el paper de les organitzacions polítiques
d'esquerres fent seu el que s'ha vingut anomenant un "bersteinianisme
d'esquerres" que assumeix el lema de "el moviment és tot, l'objectiu és
res, res, res".
Però
si el Consell Polític Federal d'IU del 20 de gener ha demostrat alguna
cosa és que IU continua viva: la gran majoria de les organitzacions
territorials han reaccionat davant d'un intent d'imposició de
candidatures i coalició contra els acords assemblearis d'EUPV, fent
prevaldre la democràcia interna i el federalisme d'IU. I des d'aquesta
base s'enfrontem units a les properes Eleccions Generals (més enllà de
defeccions locals que poden ser vistes amb simpatia pels coaligats d'IU
en Catalunya, que venen apostant sistemàticament per la desaparició del
projecte d'IU com a moviment polític i social plural i alternatiu
d'esquerres per a substituir-ho per altre projecte verd destenyit
encapçalat per ells).
La
propera Assemblea Federal d'IU serà decisiva per al projecte de la seua
recuperació com a tal moviment polític i social plural i alternatiu
d'esquerres. El qual, naturalment, haurà de fer el centre de la seua
actuació en l'impuls de moviments socials alternatius, al servei dels
quals ha d'estar el treball en les institucions. Però les condicions per
a desenvolupar aquest projecte no seran les mateixes amb o sense un grup
parlamentari al Congrés dels Diputats. I per aconseguir-ho, superant el
5% dels vots, tots els vots compten, i compten especialment en tant que
les enquestes ens donen al voltant del 5%. I essent cert que els escons
d'IU, per les distorsions del sistema electoral, "costen" globalment més
vots que els dels partits majoritaris, no s'hauríem de deixar enganyar
per fal·làcies estadístiques: els vots són especialment decisius en les
circumscripcions on és més fàcil guanyar o perdre escons, i a més la
composició del grup parlamentari també és important per a reorientar
l'actuació d'IU, i la presència al seu si d'Antonio Montalbán per
València, Sebastián Martín Recio per Sevilla o Joan Josep Nuet per
Barcelona pot ser decisiva.
Podria
donar més raons, però millor me remet al meu article "L'alternativa
fictícia i la real" en
http://www.uv.es/pla/altfirea.htm
on explique per què l'alternativa real és si el paper determinant el
juga l'esquerra d'IU o la dreta de CiU. I al text "Para un
Manifiesto-Programa de transición al comunismo" en
http://www.uv.es/pla/pce/mptracom.htm on explique la
rellevància avui dels objectius comunistes.
Naturalment,
en defensa de la llibertat d'expressió demane la publicació d'aquest
article en "Mientras Tanto" y en "Rebelion". I si les seues normes no
permeten la publicació en llengües diferents a l'oficial de l'Estat
Espanyol, em declare disposat a enviar una traducció al castellà.
El
“falso autónomo” ya es legal
Por
Jessica Bolancel Ferrer
No
hay que congratularse por la esperada aprobación del Estatuto del
Trabajador Autónomo el pasado julio. Esta nueva ley no tiene nada de
nuevo. A pesar de lo que podría parecer, no se otorga ningún tipo de
derecho a estos trabajadores, aunque tampoco ninguna nueva obligación,
lo que es de agradecer. La definición de quién es un trabajador autónomo
es la misma que aparece en el Estatuto de los Trabajadores para
definirlos, pero vista desde un espejo, es decir, por contraposición.
Cualquier
mente ociosa y malpensante se preguntaría a qué se debe entonces tanto
bombo y platillo, y para qué sirve tal estatuto, además de para gastar
papel. Pues bien, lo único novedoso y bastante regulado (tampoco de un
modo demasiado claro) es la figura del “Trabajador Autónomo
Dependiente”, más conocido como TRADE.
Esa
misma mente oscura y negativa se preguntará: ¿cómo se ha conseguido esta
cuadratura del círculo? ¿Cómo se puede ser autónomo y dependiente a la
vez? Pues bien, según el legislador desde ahora esto es posible.
Ahora
bien: ¿quién es un TRADE? Según la ley, lo es el trabajador que no tenga
a cargo trabajadores ni subcontrate (sirve la misma definición para los
Trabajadores por Cuenta Ajena); se diferencíe de los TCA que trabajen a
su lado (sic); disponga de infraestructura (lo es el administrativo que
tiene su propia calculadora); desarrolle su actividad bajo criterios
organizativos propios, sin perjuicio de las indicaciones técnicas de
carácter general que le pueda hacer el cliente (léase empresario, que
como paga, manda); que su retribución sea por resultado (algo ya
permitido por el ET para los representantes de comercio, p.ej.), y por
último, que al menos el 75% de sus ingresos provengan de un mismo
“cliente”.
Si
hay tantas similitudes entre ambas figuras, ¿habrá alguna diferencia?
Pues sí, aunque en caso de conflicto ambos deben acudir a la
jurisdicción social, al TCA se le aplica normativa laboral, basada en el
principio de trabajador como parte débil de la relación, por lo que la
ley debe protegerle. Sin embargo, al TRADE se le aplica normativa civil,
basada en la igualdad de las partes ante la contratación (sin tener en
cuenta que esa igualdad es sólo formal). A pesar de que el trabajador
contrata con el empresario de modo individual, se beneficia de convenios
colectivos que regularán su salario, vacaciones, motivos de despido,
etc. El TRADE únicamente tiene reconocidos 18 días de vacaciones (que
difícilmente disfrutará, porque nadie obliga al “cliente” a pagárselas);
no tendrá salario fijo ni mucho menos mínimo; deberá negociar si quiere
conseguirlo; no tendrá una indemnización en caso de despido, porque su
relación no es laboral.
Un
motivo de preocupación añadido para estos trabajadores es que se recoge
la posibilidad de indemnización. Parece lógico que si la relación se
puede romper por cualquiera, el afectado reciba una compensación por las
pérdidas que esto le supone. Pero es que tal como se ha configurado, el
legislador da pie a que el TRADE, además de no cobrar por su trabajo y
de no recuperar los gastos, deba indemnizar a aquel para quien trabaja
por los beneficios que ha dejado de ingresar. Se entiende mejor con el
siguiente ejemplo propuesto por el profesor Manuel Ramón Alarcón: el
TRADE que confecciona unas cortinas para un distribuidor que a su vez
trabaja con unos grandes almacenes, no sólo no cobra por su trabajo y
por las telas que ha necesitado para realizarlo, sino que debe
indemnizar al distribuidor en caso de que el almacén rechace las
cortinas.
Esta
nueva problemática afectará a los jueces del orden social, que además de
dominar la legislación laboral, ahora deberán desempolvar sus
conocimientos civilísticos y tomar clases aceleradas de derecho
privado.
En
resumen, nos encontramos ante una nueva fragmentación del derecho del
trabajo y ante lo que algunos se atreven a llamar legalización del
fraude, pues el TRADE no es otra cosa que lo que los jueces de lo
social venían denominando “falso autónomo”, es decir, el trabajador que
sólo formalmente era autónomo pero con el que el empresario tenía una
relación laboral, que por lo tanto debía protegerse con su debida
indemnización.
Comunicado
de JpD sobre la propuesta de reforma de la ley penal del menor
La
propuesta del Partido Popular de rebajar la edad de responsabilidad
penal de los menores a los 12 años nos parece un error que se fundamenta
en la desconfianza hacia la respuesta que el Estado de Derecho está
dando de forma normalizada a las situaciones de conflicto social y se
enmarca en un planteamiento populista que supuestamente pretende
resolver conflictos complejos con el derecho penal.
No se niega que
con los menores de 14 años que cometen un delito haya que
intervenir, pero esa intervención no debe ser penal, sino educativa y
social. Esta intervención no penal tiene posibilidades educativas y
efectos más beneficiosos a medio plazo, tanto para el menor como
socialmente. Hay ámbitos en los que el castigo penal no puede entrar,
como son los casos de los niños o los enfermos mentales, pues el propio
concepto de civilización y de progreso ético y moral impide aplicar una
sanción penal a quienes por ser seres humanos en formación o tener
gravemente alteradas sus facultades precisan intervención educativa o
sanitaria.
La
propuesta se fundamenta en el denominado “populismo punitivo”,
planteamiento alejado del intento de resolver los problemas de la
delincuencia con rigor, convencido de que las políticas de mano dura son
un caladero de votos en barrios periféricos donde existe un tejido
social deteriorado. Plantear un debate sobre algo tan importante como el
límite de la edad penal en una campaña electoral aleja la posibilidad de
tratar el tema con rigor y serenidad y puede suponer que empiece una
especie de puja sobre quién es más punitivo, tan perjudicial para la
intervención en menores y jóvenes.
Tampoco
la medida va avalada por ningún estudio empírico que revele problemas
importantes de inseguridad ciudadana causados por niños de 12 o 13 años,
sino que lo que demuestran estos estudios es precisamente lo contrario.
Los informes de especialistas encargados por el Consejo General del
Poder Judicial apuntan en sentido contrario y evidencian que la
delincuencia violenta de los menores de 14 años es muy escasa en
relación con los menores de 14 a 18, que es la franja de edad actual.
La
intervención con menores y jóvenes precisa de un debate sereno en el que
tengan cabida todas las variables de este fenómeno tan complejo, y desde
luego más medios por parte de las Comunidades Autónomas, pues es
precisamente la actual falta de medios lo que está impidiendo el
cumplimiento de los objetivos legales y a veces confunde a la ciudadanía
sobre una falsa ineficacia del contenido educativo y socializador de las
leyes. El modelo de justicia de menores requiere mejoras pero no
precisamente en el sentido apuntado de rebajar la edad penal.
Finalmente
decir que la propuesta nos aleja de los principios de la Convención de
Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989, ratificada por España, y
que apuesta por las medidas educativas en la intervención con menores.
Febrero
de 2008
Curso
de economía recreativa
por Lord
Blair de Cambridge
Los
neoliberales y las nacionalizaciones
Los izquierdistas,
siempre tan poco sofisticados, dicen que los neoliberales
somos
enemigos del Estado. Qué ignorantes son. Los neoliberales defendemos,
eso sí, la libre iniciativa privada: no sólo porque crea riqueza sino
porque satisface las ansias naturales de aventura que todo individuo
tiene dentro de sí. Pero somos realistas y piadosos. Y sabemos que estas
aventuras, a menudo esforzadas, pueden acabar en fracaso. Y que cuando
uno fracasa hay que ayudarlo.
Por
ello en Reino Unido, uno de los países donde llevamos más tiempo
gestionando la economía, hemos aplicado nuestra política en todas sus
versiones. Privatizamos a destajo, ofreciendo oportunidades a los
ímprobos gestores de las compañías de servicios públicos para
enriquecerse dignamente. Y dimos oportunidades a nuestros productores
culturales, a los que suministramos argumentos para sus exitosos filmes
(aún esperamos que Ken Loach nos dé las gracias). Y cuando algunos de
los gestores empresariales fracasaron no dudamos en acudir en su ayuda y
salvar la situación renacionalizando empresas como Railtrack o British
Fuel.
Pero
donde nos hemos lucido más ha sido en el sector financiero. Ahí es nada
la de gente que se ha forrado gracias a la desregulación financiera, que
ha permitido fabricar miles de fórmulas con las que llevar a cabo
verdaderas aventuras especulativas. Y al mismo tiempo han permitido a
los más pobres hasta endeudarse con generosas hipotecas. Por ello, ahora
que nuestros intrépidos capitanes financieros han encallado en el mar de
la especulación, acudimos presurosos a darles todas las ayudas que
precisan, Sea en forma de liquidez a los bancos, sea en forma de
nacionalización. No nos ha temblado la mano a la hora de nacionalizar el
Northern Rock, ni nos han hecho mellas las críticas de sus inversores, a
los que al final les garantizaremos buenas indemnizaciones para que
empiecen nuevas singladuras.
Quien
defiende que el neoliberalismo es el estado mínimo se equivoca. Es la
intervención estatal de otra forma. Con nacionalizaciones temporales
(como los contratos temporales), el estado nodriza de los inversores y
salvador de los especuladores desorientados. Por ello cuando en España
vuelva a mandar un verdadero neoliberal piadoso la primera medida que
tomará será indemnizar a los generosos inversores culturales de los
fondos filatélicos. Porque también ellos merecen el apoyo del estado. Y
no los vagos de espíritu que solo piden derechos sociales para no tener
que meterse en aventuras mercantiles.
La biblioteca de
Babel
Rafael Chirles
Crematorio
Anagrama,
Barcelona, 2007
Ya
hace tiempo que vengo recomendando a este autor. Creo que es una lectura
imprescindible para reflexionar sobre nuestra historia reciente. La del
país y la de la izquierda. Especialmente la de clase media, que el autor
parece conocer de cerca. En este caso utiliza la situación causada por
la muerte de una persona (ex militante del PCE, de la izquierda radical
y finalmente agro-ecologista) para crear un entramado de diálogos
interiores de las personas que forman parte de su círculo familiar. Y lo
que nos explica, sin maniqueísmos, con cierta ternura hacia los
personajes, es el entramado social de la costa alicantina, la de la
especulación inmobiliaria y el consumismo. Una reflexión necesaria y una
prosa magnífica. Imprescindible. Para neolectores de Chirbes, tan
recomendable como La larga marcha
[A.R.A.]
Victor J. Seidler
Masculinidades. Culturas globales y vidas íntimas
Trad. de Josep Sarret Grau del original Young men and Masculinities,
2006
Montesinos, Barcelona, 2007, 262 págs.
Víctor
Jeleniewski Seidler es un destacado sociólogo del género atento a los
cambios globales en curso en el modo de ser de los varones. Lo más
interesante de su aproximación a este campo radica en tomar en
consideración las insuficiencias de los hombres en el campo de las
emociones y los afectos, desvelando la importante ausencia de un trabajo
de autocomprensión masculina que vaya más allá de la actual
concienciación acerca de su rol patriarcal. Por eso mismo, Seidler
presta una atención particular al cambio generacional asociado a los
procesos de globalización y las posibilidades que los jóvenes tienen
ante sí para una exploración fecunda de sus identidades sexuales.
Young men and Masculinities no es su mejor trabajo (está falto
coherencia interna y hay muchas reiteraciones) pero resulta atractivo
por ir más allá del esquematismo víctimas/verdugos representado por un
sector amplio del feminismo y, en el campo de las aproximaciones
internas al universo masculino, por la corriente doxológica inspirada en
los importantes estudios de R.W. Connell.
[Antonio Giménez Merino]
D.Held & A.Kaya
Global inequality
Polity Press 2007
El
debate sobre el impacto de la globalización en la desigualdad es una
cuestión fundamental. Este libro reúne una serie de trabajos académicos
sobre el tema. Como es habitual en una obra colectiva su interés es
desigual, pero en conjunto resulta atractivo. Lo que deja como resultado
más importante es la evidencia que en la evolución económica están
aumentando las desigualdades (los argumentos de Sala-y-Martin salen
trasquilados). Buena lectura para gente interesada en conocer la
economía actual
[A.R.A.]
PÁGINAS-AMIGAS
Centre de Treball
i Documentació (CTD)
http://www.cetede.org
Nómadas. Revista Crítica de
Ciencias Sociales y Jurídicas
http://www.ucm.es/info/nomadas
El Viejo Topo
http://www.elviejotopo.com
La Insignia-
http://www.lainsignia.org
Sin permiso
http://www.sinpermiso.info/
Revista
mientras tanto
Contenido del número
103
mientras
tanto
BCCBBHBCCBBBCBBBCBBBBCCB
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Verano 2007
103
NOTAS
EDITORIALES La historia interminable: nueva crisis financiera
A. Recio Dilemas constitucionales en
Venezuela G. Pisarello La
sombra de un ciudadano ejemplar J. Torrell
En la muerte de Lluís Maria Xirinacs
J. Sempere
ARTÍCULOS LOS SERVICIOS SOCIALES Y LA CUARTA PATA (¿COJA?) DEL
ESTADO DEL BIENESTAR EN ESPAÑA José Adelantado
EL
CUIDADO DE LA DEPENDENCIA: UN TRABAJO DE CUIDADO Teresa Torns
SINDICATOS Y JÓVENES: EL RETO DE SUS VÍNCULOS Antonio Antón
DERECHOS
FORMALES Y DERECHOS REALES DE LOS TRABAJADORES EN LA ESPAÑA
DE COMIENZOS DEL SIGLO XXI Daniel Lacalle
L’ESGLÈSIA CATÒLICO ROMANA A ESPANYA: PODER I PRIVILEGI Ángel Zaragoza i Tafalla
RESEÑA Entrada en la Barbarie Joaquim Sempere
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mientras
tanto bitartean mientras tanto mentrestant
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Contenido del número
104-105
mientras
tanto
BCCBBHBCCBBBCBBBCBBBBCCB
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2008
104-105
NOTAS EDITORIALES
¿Cambio climático global o crisis socio-ecológica?
A. Recio Elecciones: ganará la derecha, ¿pero cuál?
J.-R. Capella La Unión Europea y el arte del doble rasero
G. Pisarello y X. Pedrol Sucesión y desinformación
J. L. Gordillo El catolicismo conservador, el pan nuestro de cada día
A. Madrid En la muerte de Josep Guinovart J.-R. Capella
ARTÍCULOS
LOS COMUNISTAS ANTE LA TRANSICIÓN
Josep Fontana
EL LIBERALISMO HERÉTICO DE PIERO GOBETTI
Giaime Pala y Gianluca Scroccu
EL INIGUALABLE Y DESIGUAL SIGLO XX Bob Sutcliffe
DEL MARXISMO-LENINISMO AL NEOCOLOQUIALISMO O LAS
PRODIGIOSAS AVENTURAS TRANSPIRENAICAS DE CARLOS SEMPRÚN José A. Tapia Granados
MEMORIA HISTÓRICA Y PODERES PÚBLICOS
Presentación
POSIBILIDADES Y LÍMITES DE LAS ‘POLÍTICAS PÚBLICAS DE LA
MEMORIA’ Sergio
Gálvez Biesca
¿PERSEGUIDOS O PERSEGUIDORES? SOBRE LA NECESIDAD DE
AFRONTAR EL PASADO Ángel
Rozas
LA POLÍTICA ARCHIVÍSTICA DEL GOBIERNO ESPAÑOL DESDE EL
COMIENZO DE LA TRANSICIÓN A. González Quintana
TEMPUS FUGIT. LAS MEMORIAS DE LA TRANSICIÓN Xavier
Domènech Sempere
RESEÑA
VIEJO Y NUEVO IMPERIALISMO: UN COMENTARIO SOBRE
THE
NEW IMPERIALISM DE DAVID HARVEY Y EMPIRE OF
CAPITAL DE ELLEN MEIKSINS WORD Bob Sutcliffe
OBITUARIO
CITA
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mientras
tanto bitartean mientras tanto mentrestant
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