mientrastanto.e Num. 48 del 06-2007
mientrastanto.e
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Teatro
de Variedades
El
presupuesto para Afganistán.- Democracia participativa en
las elecciones locales: el caso de Barcelona.- ...
Tras las elecciones
municipales y autonómicas
Los balances electorales suelen ser aburridos y poco esclarecedores,
excepto cuando...
Frontex,
el instrumento del egoísmo colectivo de la Europa rica
La Europa fortaleza se consolida. En 2004 se creó
la Agencia para la Cooperación en las Fronteras Exteriores,
conocida como Frontex...
Grand Prix de
la inconsciencia
Pocos
días antes de las elecciones el Ayuntamiento de Valencia
anunció a bombo y platillo un preacuerdo para...
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Educación
para la Ciudadanía igual a Educación Social
En
el artículo de opinión publicado en La Nueva España
del 27 de abril, titulado ...
Comercio de armas
y secreto de estado
En
estos momentos se encuentra en fase de tramitación parlamentaria
un Proyecto de Ley sobre ....
Cuatro décadas
con Marat-Sade
En
esta Experiencia terapéutica libre a cargo del equipo
médico del Sanatorio Psiquiátrico “Doctor Nervión”
y con...
La biblioteca
de Babel
· Manuel Sacristán,
Lecturas de filosofía moderna y contemporánea.
· Riutort, Bernat (coord.)
Carbonero, María Antonia; Miguel, Alejandro: Riutort, Bernat;
Sales, Tomeu; Valdivieso; Joaquín (eds.)
Indagaciones sobre la ciudadanía. Transformaciones en
la era global.
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· El
Viejo Topo
· La
Insignia
Revista mientras
tanto
·
Contenido
del nº 101
·
Avance
del nº 102
|
mt.e mientras tanto mt.e bitartean
mt.e mientras
tanto mt.e
mentrestant |
Teatro
de Variedades
El
presupuesto para Afganistán.- Democracia participativa en las
elecciones locales: el caso de Barcelona.- ¿El huevo o la gallina?
- Reivindicación de Patricia Ferreira.- El flautista de Hamelín.-
Neoliberalismo en pensiones y en sueldos públicos.- Diferencia
entre la Bolsa y Gescartera.- La vida de los otros.- Maderos de Catalunya.-
Nuevas rutas turísticas.
El
presupuesto para Afganistán
Se
confirma lo ya dicho: la guerra de Afganistán se ha recrudecido.
Varios militares españoles destacados allí han pedido
el envío de más tropas: temen que se produzcan ataques
y con ellos muertes de soldados. Las tropas españolas (digámoslo
así, aunque hay bastantes inmigrantes alistados) no están
ya en misión de policía, sino como cuerpo auxiliar del
ejército norteamericano. Por eso son blanco de ataques de los
resistentes al gobierno títere instalado por los Estados Unidos.
IU
le ha pedido al presidente del gobierno que reconsidere la presencia
militar en Afganistán; y el gobierno, de momento, ha mostrado
su talante al respecto comprando un carísimo avión indetectable
y unos missiles de crucero de la mejor calidad. Para estos juguetes
siempre hay dinero público. Sin embargo crece la urgencia de
la retirada. Un modo algo más efectivo de exigirla que las palabras
sería la enmienda del presupuesto público para
gastos militares. IU debe pasar de las palabras a los hechos y objetar
ese gasto, desperezando a otros partidos y buscando alianzas con ellos.
Nosotros,
los pringaos, podemos escribir cartas de protesta a Zapatero
(www.la-moncloa.es/Presidente/EscribiralPresidente/),
como si fuéramos lectores británicos del Times,
pero sobre todo podemos manifestarnos y cacerolear cuando nos convoquen
las plataformas contra la guerra. Eso se oye más y no se puede
echar a la papelera.
También
se escucharán llantos, y veremos a caballeros y señoras
compungidos asistiendo a funerales transmitidos por la tele.
Democracia
participativa en las elecciones locales: el caso de Barcelona
Nadie
daba un duro por el “participativo” alcalde Clos de Barcelona.
Que había viajado a los Foros Sociales por cuenta del presupuesto
público, pero realizaba una política urbanística
antipopular —en esto, no sólo la política urbanística:
hay que recordar su “ordenanza cívica”— con
la que se ha levantado un muro de rascacielos entre la ciudad y el mar
al urbanizar hacia el río Besós. Pues bien: vino el hábil
Montilla y le organizó la “patada p’arriba”
para que su partido no perdiera la alcaldía de la ciudad. En
su lugar colocaron en el cargo a un digno Hereu de Clos el
tiempo suficiente para publicitar su imagen.
De
modo que ahora ha llegado la democracia participativa de los
políticos catalanes: el momento de ratificar en unas elecciones
municipales una decisión tomada exclusivamente en una sede de
partido, sin discusión interna fuera de la cúpula misma
de ese partido y acaso ni eso. Y lo mismo en CiU: su candidato es un
profesional de la política, bien conocido por acumular derrota
tras derrota, al que no es necesario publicitar más: ya reúne
en su persona todas las características antropológicas
del botiguer, lo que le convierte en un espejo de sus propios
votantes.
No
creo que, en el microcosmos barcelonés, me haya decidido yo a
participar como me piden: que incremente el porcentaje de participación,
casi lo único que cuenta en este caso. La no contabilización
ni publicitación de los votos nulos y en blanco tal vez me haya
aconsejado quedarme en casa. Molesto además por el deliberado
olvido en que ha caído el porcentaje de participación
en el referéndum del Estatut. El retraimiento electoral
es también una opción política (que, como todas,
hay que practicar sólo cuando conviene y sin exagerar). Pero
en las elecciones generales no me retraeré: votaré
sin dudarlo contra el PP.
Pese
a todas las publicidades y apologías directas e indirectas, ¿es
Barcelona una ciudad vivible? ¿Tiene metro útil, transporte
público rápido? ¿Alguien paga el tiempo de transporte
al trabajo? Los jóvenes trabajadores barceloneses ¿pueden
tener vivienda propia con lo que les pagan los empresarios barceloneses?
¿Con lo que pagan los entes públicos municipales? Y Barcelona,
¿es una ciudad polucionada, ruidosa, o gratamente paseable, cívica?
La ciudad de Barcelona, ¿tiene memoria de sí misma, o
cuenta ahora una historia que no fue? El pasado obrero de Barcelona
como La Rosa de Fuego, ¿es ya del todo agua pasada?
¿El
huevo o la gallina?
En
el País Vasco unas 150.000 personas no habrán podido votar
a quien prefieren porque votarían a formaciones ilegalizadas.
Antes de eso, y tememos que también después, otras muchas
personas del País Vasco serán amenazadas, coaccionadas,
amedrentadas, por nacionalistas radicales.
Los
derechos políticos no se deben limitar, pero a la gente tampoco
se la puede coaccionar con violencia porque no piensa como tú.
Reivindicación
de Patricia Ferreira
La
publicidad multiplica y magnifica muchos iconos de completa inanidad
cultural, pero también hay muchos expertos en el arte de
ignorar, que decía Pasolini. A Patricia Ferrerira la ningunean
los hacedores de famas en el cine español, cuando esta realizadora
cinematográfica es una autora de gran consistencia y ha construido
excelentes películas rebosantes de sensibilidad y talento, que
cautivan a quienes las consiguen ver, a pesar de no estar amparadas
por la industria publicitaria y el sistema del amiguismo cultural.
Sé
quien eres, su primera película, de 1999, es un extraordinario
thriller político que regresa desde la normalidad
del régimen a los tiempos de la transición. Está
a la altura de los mejores films del género y es idónea
para suscitar un debate real sobre ese episodio de nuestra historia,
la transición, en cine-clubs, centros escolares, etc., y también
un inteligente entretenimiento personal si se recurre al DVD. El último
film de P. Ferreira, Para que no me olvides (2005), es un extraordinario
e indirecto elogio de la memoria, de nuestra trágica historia
y sus consecuencias, o sea, una película oblicuamente política
con la que consigue despertar la sensibilidad del espectador. Creo que
es el mejor ejemplo en nuestro país y en muchos otros de cine
—de temática no específicamente feminista—
realizado con una sensibilidad femenina y de feminismo de la diferencia.
Ferreira
ha realizado otra película: El alquimista impaciente
(2002), también un buen thriller, aunque menos ambicioso
que Sé quien eres, en el que la acción se articula
sobre dos trasfondos: uno inquietante —el de la industria nuclear—
y otro socialmente profético: la especulación inmobiliaria.
(Tendré que dejar para otro día su aportación con
El secreto mejor guardado al film de varios autores En
el mundo a cada rato, de 2004, pues no he conseguido dar con él).
El lector puede buscar estas pelis en los establecimientos de ventas
de DVD si no tiene la suerte de verlas en el cine o en su mejor sucedáneo
(el videoproyector casero), y reflexionar luego sobre lo que ha visto
y también sobre las razones del ninguneo infligido a
esta cineasta extraordinaria.
El
flautista de Hamelín
Sarkozy
es un Berlusconi con maneras: su bufete profesional ha sido un centro
de anudamiento de los intereses de las grandes empresas francesas con
las multinacionales norteamericanas, y de ahí su salto a la política.
Es derecha pura, sin las excrecencias de Le Pen. Su política
consistirá en algo muy sencillo: liberar de impuestos al empresariado,
y liberarle también de obligaciones respecto de los trabajadores.
Eso significa que los derechos sociales de los franceses van a enflaquecer
hasta morirse de inanición. Es posible que con Sarkozy resucite
el AMI, el acuerdo multilateral de empleo, o cosas parecidas, en la
Unión Europea. Su elección significa también que
los franceses no oriundos de Francia y los extranjeros residentes lo
van a tener más que crudo. Eso sí: en Francia habrá
más policía, con las manos más libres, y más
violencia social —la prensa ha pasado de puntillas sobre los más
de 500 coches que ardieron al conocerse el resultado electoral, sobre
los centenares de detenciones—. La elección de Narkozy
significa más “atlantismo”, o sea, más americanismo.
El flautista de Hamelin ha hipnotizado tras de sí a gran parte
del electorado con su melodía chauvinista de la renovación
de Francia. Muchos se ahogarán en el pantano al que los lleva.
Las gigantescas diferencias sociales que ya hay en ese país,
como aquí, se consolidarán y ensancharán. ¡Cumbres
abismales!
Neoliberalismo
en pensiones y en sueldos públicos
Los
sindicatos han tragado —los actuales dirigentes sindicales
ya ni se acuerdan de cuando trabajaban— que los fondos
de tesorería de la Seguridad Social se apliquen a jugar a la
Bolsa, esto es, que sirvan para inyectar capital a los vendedores de
esos volátiles papelitos llamados acciones, cuyo precio
es oscilante, emitidos por las grandes empresas cuando necesitan fondos.
Por otro lado hace tiempo que una parte “complementaria”
(aunque hablando de salarios, nada es ‘complementario’)
de los sueldos de los funcionarios, según sectores y según
qué comunidades autónomas, se paga en forma de “aportaciones
a planes de pensiones”, lo que es otra forma de jugar a lo mismo:
en este caso, dar dinero público a los empleados, sí,
siempre que antes quede en manos de las entidades financieras privadas
para que jueguen con él. O sea: un préstamo forzoso de
los asalariados públicos a las grandes empresas e instituciones
financieras.
El
gobierno central, los gobiernos de las comunidades autónomas
y las grandes centrales sindicales están de acuerdo pues en una
cosa: hay que ceder al gran empresariado todo el dinero que se le pueda
ceder, pues no es otra cosa lo que se ha convertido en condición
habitual para cualquier “mejora”. Para eso han ganado
la guerra fría (o más exactamente: la guerra
fría a los asalariados). La consecuencia material del asunto
está por ver: si la Bolsa “va mal”, te quedas tú
sin aumentos y sin reservas la Seguridad Social. Si “va bien”,
el negocio no lo habrán hecho los funcionarios o los pensionistas,
sino las entidades financieras y todo el conglomerado de parásitos
generado por los tinglados neoliberales (en forma de consejeros de administración,
asesores financieros, “gestores de inversiones”, analistas,
comentaristas bursátiles, etc.: esos tipos que llevan coches
de lujo y juegan al golf).
Hay
además otra consecuencia socialmente perversa de esas medidas:
quienes tienen parte de sus derechos sociales en forma de valores bursátiles,
por indirecta que sea la forma de tenerlos, pueden acostumbrarse a verse
ellos mismos como detentadores de capital. Van a desear que la Bolsa
“suba”. Van a desear más capitalismo.
Inocentes.
Pero aprendamos a leer la inteligente (para él) acción
microscópica del capital, y la colaboración con él
incluso de los ministros más sociales del gobierno y
del sector oficialista del sindicalismo hispano.
Diferencia
entre la Bolsa y Gescartera
Hay
un viejo timo, consistente en ofrecer una rentabilidad muy alta a cambio
de un dinero depositado en manos del timador, que dice invertirlo en
vaya usted a saber pero mientras tanto paga altas rentabilidades a los
codiciosos incautos que han picado con el nuevo dinero que le van depositando
los incautos nuevos, empujados todos por el deseo de ganar sin hacer
nada. La cosa puede durar mucho tiempo, hasta que el timador se esfuma
o, si le pillan, alega que sus inversiones le han salido mal. La furiosa
multitud de los timados exigirá entonces al Estado —o sea,
a todos los contribuyentes— que “les devuelvan el dinero”.
El Estado, naturalmente, no puede hacerles caso, pues eso sería
financiar el timo.
La
Bolsa es muy distinta. Las empresas emiten unos papeles llamados acciones
que se venden inicialmente por un precio determinado. Se supone que
ese precio corresponde a la estimación de un “valor objetivo”
de la empresa que los emite, certificado por una empresa que se dedica
a vender certificados de este tipo. Luego los papelitos rentan
un dividendo a sus propietarios o no, pero cotizan en Bolsa, y —según
las expectativas de todos respecto de los negocios, la solidez de las
empresas, el sector de actividad, el ciclo económico y la madre
que todo lo parió— cotizan al alza o a la
baja. Pero el buen dinero que costaron ya está en manos
de quien tiene que estar. Y si los papelitos no valen lo que se esperaba
—pues el comprador de papeles no puede controlar la actividad
de la empresa de la que es nominalmente socio— nadie
va a pedirle al Estado que le devuelvan el dinero, porque esas son las
leyes del mercado, las más sacrosantas de todas las leyes, el
verdadero tabú de la postmodernidad.
Ésta
es una diferencia importante entre la Bolsa y Gescartera, ¿qué
os creíais?
Por
cierto, que el neoliberalismo ha logrado un verdadero milagro: que la
riqueza no dependa del trabajo. Al menos no del trabajo propio para
quien especula en Bolsa o ha especulado en Gescartera.
La
vida de los otros
Éste
es el título de la mejor película del año. No pueden
perdérsela los lectores de mientrastanto.e. La película
se presta a muchas reflexiones. Una, de importancia menor, es la siguiente:
Los
ciudadanos alemanes tienen derecho a examinar los expedientes sobre
ellos de la policía política de la antigua RDA. Nosotros,
no. No los nuestros en España. Los archivos de la Brigada Político-Social
del franquismo existen, pero están desaparecidos para los ciudadanos.
Y
eso, a su vez, nos lleva a otra cosa, esta vez mayor: a la miserable
Ley de Memoria Histórica patrocinada por el Psoe. Una ley que
no da derecho a nadie a la averiguación de la verdad, porque
proteje a los canallas; que impide hacer justicia, porque no permite
recurrir a los tribunales; que impide a las víctimas obtener
reparación. Más que de Memoria Histórica, parece
una Ley de Complicidad Histórica.
Maderos
de Catalunya
Una
de cal y otra y otra y otra más de arena. Los mossos
de Catalunya han exhibido siempre como policía de tráfico
unos modos altaneros que contrastan con la actitud distante pero educada
de la Guardia Civil. Cuando los dirigía la consellera
anterior, de cuyo nombre por fortuna ya ni me acuerdo, los guripas mantenían
de rodillas en la calzada a los detenidos en manifestaciones
(en las minoritarias, claro es). Ahora, por un lado apalean a detenidos
en la comisaría, según la valiente tradición de
tantas policías, pero son descubiertos por su propia poli de
polis que los vigila con cámaras ocultas: las denuncias por malos
tratos debían ser ya muchas. Los mossos también
han protagonizado violentos desalojos de okupas, en plan “Policía
de Los Ángeles”. O sea: lo que nos temíamos desde
que fue creado el cuerpo de los mossos: te joderán,
pero en català. La penúltima historia de mossos
ha consistido en usar punzones contra manifestantes okupas
con el apoyo político del conseller “ecosocialista”.
Y la última, de momento y al escribir estas líneas, en
Badalona, es incluso más infame. La vida de un detenido esposado
y custodiado, ¿acaso no está en manos de la policía?
El
conseller y sus maderos deberían volver a la escuela
(no a la suya, donde les han enseñado tan mal, sino a otra),
a cursar educación para la ciudadanía. Y no dar
mal ejemplo, no sea que ahora alguien nos atraque ecológicamente
a golpe de punzón.
Nuevas
rutas turísticas
Los
casquetes polares que se están fundiendo por el cambio climático
pueden ser visitados a precios moderados. Un turismo exclusivo, pues
las generaciones futuras no lo podrán disfrutar. Ya saben los
viajeros: ni Túnez, ni Turquía, ni Varadero.
Ahora, Groenlandia.
[Juan-Ramón
Capella, mayo de 2007]
Tras
las elecciones municipales y autonómicas
Los
balances electorales suelen ser aburridos y poco esclarecedores, excepto
cuando reflejan un viraje radical en la situación de voto. No
es éste el caso de los últimos comicios, donde los cambios
son más de matiz, aunque en algún aspecto reflejan tendencias
de fondo que ya eran en parte perceptibles en acometidas anteriores.
No espere por tanto el lector grandes descubrimientos. Más bien
la nota responde al compromiso de nuestra publicación mensual
de dar cuenta de la actualidad más reciente. Y como la cosa resultaba
aburrida nuestro coordinador no ha hecho sino echar mano del primer
insensato que ha comentado que efectivamente debíamos sacar la
nota.
I
Mirando
los grandes números hay un hecho bastante claro: las principales
oscilaciones en los comicios se producen menos por trasvases de votos
entre los bloques políticos y más por fluctuaciones en
el nivel de participación. Y este es sobre todo un problema para
la izquierda, que tiene un electorado más volátil y menos
disciplinado que el de la derecha. La cacareada victoria del PP se ha
producido sólo con un aumento de 39.000 votos, un crecimiento
que hubiera sido intrascendente si el PSOE no hubiera perdido 241.000
y las coaliciones relacionadas con Izquierda Unida otros 200.000. A
la vista que este voto no ha ido a otras formaciones a su izquierda,
parece evidente que, una vez más la abstención ha sido,
fundamentalmente, de izquierdas.
Hay
tres cuestiones básicas, todas ellas preocupantes, que a mi entender
explican esta situación. En primer lugar la ausencia de aparatos
políticos bien relacionados con movimientos sociales e instituciones
que caracteriza a las fuerzas de izquierda. En muchos casos las únicas
vías de relación con su electorado se encuentran en las
políticas clientelares que se promueven desde las instituciones
que controlan, un medio de promoción que se vuelve en contra
cuando se produce algún deslizamiento electoral (vale la pena
recordar que no hace muchos años Murcia y Valencia eran dos áreas
donde el PSOE ganaba con facilidad). La derecha en cambio goza de una
amplia red de brazos que le permiten conectar con sus bases y marcarles
líneas de actuación. Es evidente que hay una desproporción
manifiesta de medios económicos. Pero resulta palpable que la
única posibilidad de hacerles frente es construir un tejido social
que hoy es muy frágil y al que habría que promover y reforzar.
Y sin duda algo puede hacer al respecto la izquierda institucional si
no quiere, también ella, perecer con la necrosis que hoy afecta
a muchas de las organizaciones sociales que movilizan, orientan, alientan
a esa población sufriente que suele votar izquierda.
En
segundo lugar está la dificultad de generar un discurso movilizador
como el que promueve la derecha apelando a ideas irracionales (el quebrantamiento
de la unidad de España, la cesión al chantaje terrorista,
la invasión de los inmigrantes…). En gran parte ello es
debido a la dificultad de compatibilizar un discurso socialmente aceptable
con la experiencia cotidiana de la gestión económica neoliberal.
Hay mucho de desconcierto intelectual en todo ello, pero también
de limitaciones objetivas que van más allá de las querencias
de los propios líderes de izquierda. La hegemonía neoliberal
se fundamenta en una sólida combinación de instituciones
económicas internacionales, grandes poderes multinacionales y
una ideología tecno-científica (con mucho de ideología)
que ha sido mamada por la mayor parte de expertos y asesores con los
que se topa cualquier político en activo. Con ser ese un obstáculo
importante no es el único. La diversidad de cuestiones que debe
articular cualquier proyecto de izquierda hace difícil generar
un discurso simple que no deje descontentos a una parte de la “clientela”.
Se trata en este caso de una dificultad que a menudo explota en el interior
de los mismos partidos y movimientos sociales y está en la base
de muchas de las disputas cainitas que a menudo paralizan cualquier
entusiasmo social. Frecuentemente el resultado de esas dificultades
y la incapacidad de hacerles frente se traducen en falta de credibilidad.
Esto es especialmente importante para IU-ICV, abocada a pactar con el
PSOE y sus políticas neoliberales, de gestionar la política
del día a día, y sin embargo necesitada de buscar sus
votos en los sectores más activos de la izquierda. Es por ejemplo
algo que puede haber afectado al voto de ICV en Catalunya, donde su
buena labor en determinados campos —especialmente la promoción
de servicios sociales— ha quedado ensombrecida por diversas intervenciones
impresentables de los Mossos de Escuadra (malos tratos en comisaría,
uso de punzones antimanifestantes...) que actúan bajo el paraguas
de la Consellería de Interior presidida por Joan Saura.
En
tercer lugar está el propio comportamiento social del electorado
y los activistas de izquierda. La derecha juega siempre con una clara
conciencia de sus intereses sociales y con una tendencia a la obediencia
a sus líderes que resultan muy útiles para fines electorales.
Una parte del “pasotismo” del electorado de izquierdas tiene
que ver con la ausencia de cultura política y social que afecta
a amplios sectores de la clase obrera. Una incultura fomentada ampliamente
por los medios de desculturización de masas, y combinada con
las propias condiciones materiales de la vida social y con la pervivencia
de culturas e instituciones que promueven la sumisión. Cualquier
honesto activista sindical o vecinal puede contar mil y una historias
del desconocimiento de derechos que tienen sus representados. Parte
de esta incultura se traduce en desprecio de la política, pese
a que ésta ha sido casi la única vía que en los
últimos años ha posibilitado a la población obtener
alguna mejora sustancial en sus condiciones de vida (en su entorno urbano,
en la extensión de servicios públicos, etc.). Y a esa
base social desapegada de la política se suma una larga tradición
de fraccionalismo e intransigencia en los sectores sociales activos.
Incapaces a menudo de mediar en sus conflictos, de llevar a cabo un
verdadero diálogo y encontrar soluciones de compromiso. En el
largo proceso de rupturas de las organizaciones políticas de
izquierda pueden encontrarse muchos ejemplos de este tipo. Pero también
los activistas sociales manifiestan esta misma tendencia al encastillamiento
y la divergencia. El desencanto político de izquierdas tiene
mucho que ver con el burocratismo y el apoltronamiento de los profesionales,
con su incapacidad para generar buenas conexiones y sinergias con los
activistas sociales. Y, asimismo, con la poca disposición de
esos activistas a reconocer que también en el espacio institucional
se juegan algunas bazas. Sin duda, una gran parte de la responsabilidad
recae en las grandes organizaciones —en especial en IU-ICV-EUiA—,
en su incapacidad para generar unas relaciones fluidas con los movimientos
que se mueven fuera de su entorno. Pero estos esfuerzos deberían
contar con una reflexión en el “otro lado”, en una
maduración en los movimientos sociales que estimo imprescindible
para alcanzar algún desarrollo en las complejas sociedades del
capitalismo maduro (quizás putrefacto). Tal vez sea pedir demasiado
a una izquierda que vive en el desconcierto, en el desamparo y en la
derrota casi permanente, pero me parece la única vía para
que las cosas cambien. La de combinar movimientos sociales con alguna
intervención en la esfera institucional.
II
Los
resultados electorales también apuntan al buen estado de forma
del nacionalismo y el regionalismo. No me refiero sólo al éxito
de Nafarroa Bai o al mantenimiento de PNV y CiU (aunque en lo municipal
se han convertido casi exclusivamente en un partido rural), sino también
a la tendencia al fraccionamiento del mapa electoral en un espacio donde
la hegemonía de cada partido se asienta en un espacio territorial
bien definido. En cierto sentido esta evolución recuerda la italiana,
donde las diferentes fracciones de la derecha son hegemónicas
en el Norte y el Sur, mientras que el centro —entre Genova y Nápoles—
es territorio de la izquierda. Aquí el espacio es aún
más fraccionado pues a la existencia de potentes fuerzas nacionalistas
en las nacionalidades históricas se suma el reforzamiento de
partidos regionalistas en otras comunidades (Cantabria, Rioja, Aragón)
o provincias (especialmente en León). El mismo PSOE aparece como
un partido central en Andalucía, Catalunya, Extremadura. Y uno
tiene la tentación de apuntar que ese mismo nacionalismo explica
parte de la consolidación del PP en Madrid y en la Comunidad
Valenciana. En este último caso parece fuera de duda que la derecha
nutre su hegemonía de la explotación del anticatalanismo
(reforzado por la polémica sobre el Plan Hidrológico)
como elemento constitutivo del valencianismo blavero. La explotación
de las diferencias entre comunidades resulta al fin y al cabo un elemento
movilizador. De ello se desprenden a mi modo de ver dos consecuencias.
La primera es que el discurso nacional español que ha tratado
de desarrollar una parte del PSOE ni funciona en algunos territorios
ni sirve para neutralizar al PP, que se presenta como el verdadero defensor
de lo español (aunque ello le cueste muchos votos en muchas partes).
La segunda, que el discurso cosmopolita, internacionalista, no puede
perder de vista la importancia de ese sentimiento regional o nacional
y por tanto debe cabalgar sobre un territorio espinoso. Sin duda una
reelaboración federalista podría ayudar en este sentido.
Pero la primera premisa es la de reconocer la importancia y complejidad
de la cuestión.
III
No
se pueden tampoco despreciar los errores políticos propios. En
el caso de Madrid este hecho es especialmente importante, por cuanto
en los últimos años PSOE e IU parecen haber rivalizado
en batallas internas y en promoción de personas poco presentables,
que han ayudado también a la desmovilización del electorado.
De
hecho la izquierda madrileña aún no ha conseguido cerrar
el fiasco del affaire Tamayo de hace cuatro años. Incluso
en una encuesta publicada hace pocos días, el PSOE salía
más asociado a la corrupción que el PP, a pesar de que
toda la evidencia indica que hay una mayor tendencia a la corrupción
municipal a medida que se avanza hacia la derecha en el espectro político.
El nuevo caso de Ciempozuelos (o el cercano de Seseña) ha tenido
más repercusión pública que la larga sucesión
de casos que han afectado a las comunidades de Valencia y Murcia. Posiblemente,
allí donde la corrupción está más desarrollada
ésta trasciende menos al conjunto de la sociedad. Ya se sabe
que las mafias siempre se saben proteger con redes clientelares y la
promoción de la cultura del dinero antes que nada.
La
izquierda ha fallado tanto en presentar unas propuestas claras al electorado
como en saber manejar sus disputas internas. Dos viejos problemas que
hace tiempo no se saben resolver. También por el mérito
del PP (y de muchos medios de comunicación) al marcar un terreno
de debate pantanoso que ha obligado al PSOE a ir siempre a la defensiva
y que ha puesto en evidencia el poco calado y convicción en defender
un proyecto diferente.
El
resultado es una campaña que además de producir los resultados
ya comentados no ha servido para abrir un debate social sobre los temas
que verdaderamente deberían discutirse en unos comicios locales:
como afrontar los graves problemas que existen en los planos de las
desigualdades sociales, la crisis ambiental, el desarrollo de una verdadera
política de cuidados, las políticas cultural y educativa.
Así como temas tan centrales en los últimos años
como el de la vivienda, la gestión de los servicios públicos
y la corrupción (o en su caso la influencia de los grandes grupos
privados), los tres vértices del triángulo de la actual
gestión municipal. Hacer política debería ser eso,
discutir de proyectos con electores responsables. En lugar de ello todo
el espacio está monopolizado por la propaganda y el marketing
electoral que acaban por confundir a los políticos con los vendedores
de coches.
IV
Y
a pesar de todo, los resultados no han sido catastróficos. El
PP ha obtenido una pírrica ventaja de votos respecto al PSOE
(ha perdido si consideramos el conjunto de votos de la izquierda) y
ve reducida su influencia territorial. El mapa de comunidades y grandes
ciudades es un poco menos azul que antes del 27 J, lo que indica que
esta derecha está lejos de obtener la hegemonía política
que dice tener.
Vistas
las noticias que a uno le llegaban de nuevas crisis en Izquierda Unida,
el leve retroceso electoral suena casi a milagro. Muestra más
bien que a pesar de los numerosos desencantos existe una base de población
que quiere seguir defendiendo un espacio a la izquierda. Por más
que éste sea un espacio en sí mismo poco organizado, en
el que coexisten aspiraciones a veces contradictorias y que cuenta con
unos líderes que a menudo no están a la altura. Ya va
siendo hora de que alguien empiece a trabajar en serio para que lo que
ahora es sólo una “izquierda en sí” se vaya
convirtiendo en una “izquierda para sí”, esto es,
en un proyecto de socialismo verde violeta realmente transformador.
[Albert
Recio]
Frontex,
el instrumento del egoísmo colectivo de la Europa rica
La
Europa fortaleza se consolida. En 2004 se creó la Agencia para
la Cooperación en las Fronteras Exteriores, conocida como Frontex.
Tiene la sede en Varsovia. Está encargada de controlar los flujos
migratorios y rechazar las llegadas de inmigrantes indocumentados. Esta
agencia está dotada con 116 barcos, 27 helicópteros, 21
aviones y 400 radares móviles, que se instalan también
en las costas de países de origen y de tránsito, en virtud
de acuerdos bilaterales de la UE con esos países. (Por cierto,
era horrible que las autoridades de Alemania del Este impidieran a sus
conciudadanos viajar fuera del país, pero nuestros gobiernos
untan a varios gobiernos africanos para que impidan a los suyos hacerlo,
y les facilitan medios policiales y armas para ello.)
En
la web de la agencia se hace saber que su presupuesto para
2007 —que procede en su casi totalidad del presupuesto de la UE—
asciende a 34.980.00 €, frente a 6.280.202 € en 2005: se trata,
pues, de una agencia en rápida expansión. Los efectos
de estos medios de disuasión ya se hacen notar. En las Canarias
las entradas de inmigrantes indocumentados han descendido en un 56%
en el último año. No obstante, la presión migratoria
no cesa, y los candidatos alargan la ruta saliendo de puntos más
alejados (Guinea y Senegal) y navegando más lejos de las costas,
y utilizan otros medios —–como embarcaciones más
pequeñas y rápidas—. Esto no puede dejar de aumentar
el peligro de muerte, el sufrimiento y el gasto económico de
esos exiliados de la pobreza.
En
el blog de Gabriele del Grande “Fortress Europe”,
se estima, a partir de fuentes periodísticas, que los muertos
en estas operaciones desesperadas de huida ascienden desde 1988 a 8.212
personas (sólo en abril de 2007 se cuentan 28 migrantes muertos
en la costa atlántica de África y en el Mediterráneo).
El
consenso en torno a esta agencia y en torno a la política que
está llamada a implementar es muy amplio, al menos entre los
eurodiputados. El Parlamento europeo señala (www.europarl.europa.eu/news)
que el informe que establece que Frontex controle de manera permanente
el impacto de la inmigración ilegal en las islas europeas fue
aprobado el 15/03/2007 por 473 votos favorables, 26 en contra y 35 abstenciones.
Poco después, el 26/04/2007, la Comisión Europea aprobó
la creación de un cuerpo especial de agentes fronterizos europeos
constituido por patrullas de intervención rápida (conocidas
como “Rabbit”) que pueden desplazarse a donde las necesiten.
El Parlamento europeo dio su visto bueno por 526 votos favorables y
63 contrarios.
Todos
estos datos no se dan a conocer al gran público. Nuestros representantes
velan por nosotros. Velan por nuestra buena conciencia. Como en el Titanic.
En aquel supertransatlántico había más plazas de
pasaje que plazas en las lanchas salvavidas, por lo que en caso de naufragio
(¡absolutamente improbable en un navío tan moderno y potente!)
la mitad más o menos de los pasajeros estaban condenados a morir.
Cuando se produjo el naufragio hubo miembros de la tripulación
que impidieron físicamente a la mitad condenada que accedieran
a los botes salvavidas: así se pudo salvar a la otra mitad, la
mitad privilegiada del pasaje. El criterio selectivo era evidente: se
salvaban los que habían pagado billetes más caros. Y estos
privilegiados ni siquiera tenían que sufrir por los demás
ni tener mala conciencia. Alguien hacía discretamente el trabajo
desagradable, de modo que siempre era posible pensar que las víctimas
habían muerto por un golpe del destino cruel. A nosotros, los
europeos privilegiados, nos hacen el mismo favor. Siempre podremos pensar
que los africanos que arriesgan sus vidas para llegar al balneario del
mundo son víctimas de un destino fatal. ¿A nadie se le
habrá ocurrido que deberíamos estar fabricando desde hace
años, a marchas forzadas, las lanchas salvavidas necesarias para
salvarnos todos? (Propuesta de ejercicio para clases de matemáticas
y de ciencias sociales de bachillerato: ¿cuántos euros
se gastan en publicidad, en armamento y en políticas represivas
de fronteras en el mundo rico? ¿Cuántos se necesitan para
programas de desarrollo en África? ¿Qué porcentaje
del PIB estadounidense se gastó el gobierno de aquel país
en el Plan Marshall? etc. Sacar conclusiones sobre las posibilidades
de que África se libre de la pobreza extrema y de que disminuya
la presión migratoria.)
Mejor
que nadie levante la liebre: así dormiremos tranquilos mientras
los demás se mueren... por un golpe del destino.
[Joaquim
Sempere]
Grand
Prix de la inconscienciaeatro de Variedades
Pocos
días antes de las elecciones el Ayuntamiento de Valencia anunció
a bombo y platillo un preacuerdo para organizar una prueba del mundial
de Fórmula 1 en la ciudad. Con una condición: que Rita
Barberà y Camps ganaran las elecciones. Al día siguiente
el País y los partidos de izquierda denunciaban lo burdo de la
maniobra electoral y lo consideraban un escándalo. Nada que objetar
a esta crítica. La maniobra de Ecclestone, el jefe del negocio,
su “socio” Agag (el yernísimo) y los populares es
tan burda y soez que no merece ningún respeto. Lo triste o escandaloso
del asunto es que nadie cuestionó lo que verdaderamente importaba:
la inmoralidad e insensatez de proponer una carrera de este tipo en
Valencia.
Los
motivos para oponerse sobran. España es el único país
del mundo donde cada año se celebran dos grandes premios de Fórmula
1 y tres carreras del campeonato del mundo de motocicletas. Un auténtico
despilfarro económico, por cuanto estas celebraciones reciben
una importante subvención pública. Una muestra de la inconsciencia
ecológica que predomina en este país, pues resulta evidente
que estos eventos se realizan como promoción de la industria
del motor. El despilfarro energético, la apoteosis de ruido y
los colapsos de tráfico que se producen en esas competiciones
son la mejor muestra de lo que representa el sector. Y, sobre todo,
una promoción de la velocidad, en un país con una de las
tasas más altas de accidentes del mundo, especialmente entre
los jóvenes (la Ministra de Sanidad siempre tan preocupada por
los consumos inadecuados podría atreverse a actuar contra estas
competiciones). Detrás de muchos accidentes juveniles está
la emulación de los Alonso, los Pedrosa, los Lorenzo, pretendidos
héroes modernos fabricados a mayor gloria de la promoción
industrial. Sólo hay que percatarse de la hornada de nuevos jovencitos
que surgen cada año en las carreras de motos (menores de 18 años)
para darse cuenta que se trata de una calculada estrategia de marketing
del sector del motor. Celebrar además un gran premio en una ciudad
es añadir una cota más de irresponsabilidad. Cuando es
evidente que en las ciudades hay que restringir el tráfico y
la velocidad, celebrar carreras a lo bestia es la mejor forma de promover
un comportamiento incívico.
Que
el PP apueste por estas cosas a nadie extraña a la vista de la
calidad moral de sus líderes, empezando por Aznar, el velocista
bebedor. Lo triste es que la izquierda se limite a denunciar el oportunismo
del anuncio y no a impugnar la propuesta entera. Con ello están
diciendo que la celebración es una buena cosa y por eso Rita
lo presenta como un as electoral. No es sorprendente a la vista de la
sumisión que tiene la izquierda ante la industria del motor.
En parte por la importancia que ésta tiene en la creación
de empleo (aunque cada vez más estamos en peligro de un fin de
ciclo del sector) y en parte por el miedo a plantear posiciones impopulares
en un país adicto al coche (al fin y al cabo la modernidad se
asoció al 600). La cosa llega a tales extremos que la televisión
pública catalana, que tiene un costoso convenio de retransmisión
de la F1, no duda en romper toda la programación, incluida la
de informativos, los días de carrera. No extraña que sin
un debate cultural de fondo a los del PP les haya resultado tan sencilla
la reelección:
Si todos queremos
Grand Prix votamos al que nos lo va a traer.
No
estaría mal organizar una campaña contra estos eventos,
para empezar a cuestionar uno de los totems culturales que atrae y aliena
a millones de jóvenes.
[Albert Recio]
Educación
para la Ciudadanía igual a Educación Social
José
Manuel Barreal San Martín y Manuel García-Morán
Escobedo
Miembros del Foro por la E. Pública
En
el artículo de opinión publicado en La Nueva España
del 27 de abril, titulado “Educación para la Ciudadanía:
¿cuál es el problema?”, se dan cuatro razones que
el autor, Silverio Sánchez Corredera, entiende contribuyen a
la polémica sobre la nueva asignatura. Entre ellas se refiere
a la razón “político religiosa”. Estando de
acuerdo con la totalidad del artículo, quisiéramos referirnos
a esta última.
Permítasenos
una breve introducción al contexto para, posteriormente, mostrar
lo que queremos decir
En
los pasados tiempos hubo una burguesía, que fue la protagonista
de la revolución liberal y para la cual emanciparse suponía
acabar con el absolutismo, con los privilegios de la nobleza y del clero.
Surgió, por aquel entonces, la nueva clase obrera, propiciada
por el incipiente desarrollo del capitalismo, y para ella emanciparse
pasaba por sacudirse el yugo de la burguesía en cuanto clase
dominante, distribuir la riqueza y socializar la producción.
Se quería, en aquellos tiempos, poner las bases de una real existencia
ciudadana, querían, en definitiva ser ciudadanos de pleno derecho.
Era el nacimiento de una incipiente ciudadanía social.
Ahora,
otro tiempo, la derecha junto con los obispos, reinventando el género
del exabrupto ideológico y de la más trasnochada reacción,
intentan no perder el dominio en el terreno social con declaraciones
en las que la siempre omnímoda y privilegiada Iglesia Católica,
junto con una derecha postfranquista, quisieren volver a aquellos tiempos
en los que decían qué era lo bueno y lo malo, qué
se tenía que hacer y que no.
Es
en este contexto en el que las llamadas a la “rebelión”,
debido a la asignatura de Educación para la Ciudadanía
(EPC), adquieren su cénit y no por “grupos extremistas
católicos” sino por la propia jerarquía católica.
Una asignatura que lejos de adoctrinar y de perseguir a nadie ––olvidándose
que en la historia las mayores persecuciones religiosas fueron llevadas
a cabo por las propias religiones––, es garantía
de neutralidad ante las creencias y conciencias.
Los
obispos y algunos líderes de la derecha, junto con algún
filósofo, convencidos de estar tocados por un soplo divino, se
erigen en los únicos depositarios de la verdad y de los valores
humanos y arengan a sus fieles a acabar con una situación en
la que España está entrando por el abismo de la aberración
y de la concupiscencia.
Ellos,
los obispos, saben que plantean una falsa polémica y que la asignatura
de Educación para la Ciudadanía no es adoctrinadora. Lo
que les ocurre es que la galopante secularización de la sociedad
y de la juventud española les va a dejar a ellos, a sus prebendas
y al uso sectario que hacen al aprovecharse indebidamente de la obligatoriedad
escolar y de los fondos públicos para ––ellos sí––
adoctrinar, fuera de juego. Siendo, a su vez, conscientes del peligro
que puede suponer la Educación para la Ciudadanía al poder
tomar conciencia el alumnado de que la catequesis está de más
en el sistema educativo, van a poder “ver” cómo la
laicidad es uno de los pilares en los que se apoya una sociedad democrática
en la que para ser ciudadano y ciudadana no hacen falta “ diseños
inteligentes” ni personajes con verdades absolutas que les marquen
el camino que deben de seguir sus vidas. Y cómo una cosa son
los pecados, que dependen de la conciencia de cada cual, y otra muy
distinta los delitos, dependientes éstos de las leyes compartidas
por toda la sociedad.
Ciudadanía
rima con democracia, con solidaridad. Ser ciudadano y ciudadana es entrar
en un mundo de relaciones horizontales; todo lo contrario de ser feligrés
o creyente.
Pero
para que la ciudadanía no se quede en una asignatura más
o menos teórica debe de convertirse en el eje de una práctica
realmente democrática dentro del contexto escolar en el que va
a desarrollarse, proyectándose más allá de las
paredes de la institución escolar.
Entendemos
que capacitar para el ejercicio activo de la ciudadanía exige,
además de enseñar la EPC, que la Escuela Pública
esté organizada democráticamente, permitiendo la participación,
la toma de decisiones, el compromiso y la puesta en acción de
los valores democráticos. Nos estamos refiriendo a las relaciones
entre el profesorado, familias y estudiantes. Si no es así, la
EPC hará bueno aquello de “todo para el pueblo pero sin
el pueblo”.
Educar
para la ciudadanía debe de ser una tarea compartida y comunitaria.
La escuela es preciso que abandone la soledad en la que se encuentra
y se corresponsabilice con toda la comunidad social. Sólo un
Plan de Convivencia Escolar en el que padres, profesorado, alumnos y
alumnas y entorno social se comprometan en su elaboración, desarrollo
y evaluación puede realmente hacer de la Educación para
la Ciudadanía un proyecto democrático y efectivo.
Una
escuela pública que construya mediante el pensamiento racional
y riguroso una práctica en donde los valores como el diálogo,
la reflexión crítica, etc., se oponga y destierre el imperio
del dogma, la verdad revelada y su acatamiento moral. Es decir, una
ciudadanía social.
Comercio
de armas y secreto de estado
Nota
de Prensa de Justícia i Pau
En
estos momentos se encuentra en fase de tramitación parlamentaria
un Proyecto de Ley sobre el control del comercio exterior de material
de defensa y de doble uso.
Dicho
Proyecto de Ley no aborda una cuestión clave: los datos sobre
exportaciones han sido clasificados como secreto de Estado (materia
reservada) por el Gobierno (acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de
noviembre de 1986). Están clasificados los datos de producción,
adquisición, suministros, transportes de armamento y munición.
También están clasificadas como secretas las actas de
la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material
de Defensa y Doble Uso (JIMDDU). La JIMDDU es el órgano administrativo
colegiado que analiza las solicitudes de exportación de armamento
y productos de doble uso y otorga la licencia de exportación;
de esta manera se hace imposible conocer y verificar la manera en que
se aplica el Código de Conducta de la Unión Europea en
materia de exportación de armas.
En
la práctica el Gobierno español ha dado muestras continuas
de irresponsabilidad al permitir exportaciones a países como
Turquía, Arabia Saudita, Marruecos, Ecuador, Colombia, India,
Israel, Venezuela, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Singapur,
Tailandia, Sri Lanka, Angola, Ghana, Pakistán y Kenia. La política
española en esta materia es favorecer las exportaciones de la
industria española de defensa y seguridad a toda costa, sin preocuparse
demasiado por quién recibe dichas exportaciones y sin preocuparse
por respetar los acuerdos europeos o internacionales en esta materia.
Desde Justícia i Pau nos oponemos a la guerra y a la cultura
de la guerra en todas sus manifestaciones. Dentro de la cultura de la
guerra tiene especial importancia lo que nosotros llamamos el “ciclo
económico militar”, uno de cuyos elementos es el comercio
de armas y de los productos de doble uso, civil y militar.
Desde
Justícia i Pau consideramos que debería prohibirse totalmente
la exportación de armamento a países en conflicto o a
Estados cuyos gobiernos violan sistemáticamente los derechos
humanos, en aplicación del Código de Conducta de la Unión
Europea en materia de exportación de armas. Una política
irresponsable en este sentido tiene como consecuencias agravar la inestabilidad
regional o mundial, favorecer la escalada de conflictos latentes, y
alargar la duración de guerras existentes. En definitiva, supone
exportar sufrimiento humano en distintas partes del mundo.
Desde
Justícia i Pau entendemos que la transparencia en el comercio
de armas es el mejor mecanismo de control de las exportaciones de armamento.
La transparencia posibilitaría un control efectivo tanto de los
países de destino de las exportaciones, como de la política
gubernamental en esta materia. La transparencia es, además, una
medida de fomento de la confianza, que reduce la escalada de armamentos
en el mundo.
Desde
nuestro punto de vista, el secretismo en las ventas de armas es inmoral
porque implica hacer negocios con el sufrimiento de la población.
Pero además es ilegal, por que el conocimiento de los actos de
las exportaciones de armamento no pone en peligro ni supone un daño
para la seguridad y defensa del Estado. En un Estado democrático,
el Gobierno no puede utilizar el secreto de Estado para favorecer las
exportaciones de armas ocultando sus decisiones a las ciudadanas y a
los ciudadanos.
Desde
Justícia i Pau estamos luchando, de forma pacífica y noviolenta,
contra el secretismo en las ventas de armas. Una de las iniciativas
que hemos llevado a cabo dentro de esta lucha es solicitar copia de
las autorizaciones de exportación de material de defensa, materiales
de uso policial y de seguridad, y productos y tecnologías de
doble uso a Marruecos, Ghana y China, durante los años 2005 y
2006. También hemos solicitado copia de los informes emitidos
por la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material
de Defensa y de Doble Uso en relación con esas autorizaciones.
El
Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de la Secretaría
General de Comercio Exterior se ha negado a entregarnos esos datos.
Alegan que las actas de la JIMDDU están clasificadas como secreto
de estado y que las autorizaciones están cubiertas por el secreto
comercial con base en la Ley 12/1989 de la Función Estadística
Pública.
Pensamos recurrir
esta denegación, primero ante la propia Secretaría General
y después, si siguen sin darnos la información que pedimos,
ante los tribunales. Están en juego la calidad de nuestra democracia
y la dignidad y la vida de muchos seres humanos de nuestro planeta.
El secretismo en el comercio de armas sólo sirve para ocultar
el hecho de que se está exportando sufrimiento humano. La Ley
sobre el control del comercio exterior de materia de defensa y de doble
uso, que se encuentra en tramitación parlamentaria, debería
prohibir que se declaren secreto de Estado las actas de la JIMDDU.
[Texto
proporcionado por Eduardo Melero]
Cuatro
décadas con Marat-Sade
MARAT-SADE.
Persecución y asesinato de Jean-Paul Marat, representado por
el grupo teatral de la Casa de la Salud de Charenton bajo la dirección
del señor de Sade.
Autor:
Peter Weiss. Versión: Alfonso Sastre. Dirección: André
Lima. Compañía de teatro: Animalario [www.animalario.net].
Año: 2007.
En
esta Experiencia terapéutica libre a cargo del equipo médico
del Sanatorio Psiquiátrico “Doctor Nervión”
y con la colaboración de la compañía teatral Animalario,
según reza el subtítulo de la adaptación de André
Lima, se ha sabido evitar la pretensión de emular las anteriores
versiones, como por ejemplo la que fue llevada al teatro y al cine por
Peter Brook en 1967 y ha sabido crear un lenguaje propio con una lectura
desde el presente. En aquellos años la obra de Peter Weiss contó
con una versión al castellano de Manuel Sacristán, junto
con las de Alfonso Sastre, la cubana de Virginio Piñeira y algunas
otras más. Me refiero a aquellos años de aquella España
franquista en la que había que escribir con pseudónimo
y que en la representación de Marat-Sade de Alfonso
Marsillach la policía secreta se hallaba entre el público.
En
el preludio de los cuarenta años de Mayo del 68, cuando
se asiste a la representación de André Lima y Animalario
es difícil no tener presente el recuerdo de la magnífica
versión de la Royal Shakespeare Company dirigida por
Peter Brook que por suerte fue llevada al cine y que es fácilmente
encontrable. Pero afortunadamente cada una tiene su espacio, la versión
de Peter Brook es más histórica y respetuosa con el texto
de Weiss, en cambio la de André Lima es una versión más
libre y actual que le da frescura a la obra original. La que presentamos
aquí es más cercana, más agresiva, más explícita,
más radical y más contemporánea, adecuada a nuestros
tiempos. En ella se mezclan pasado y presente y cada uno acaba de dar
significado al otro. Habla de nuestras luchas, nuestras ilusiones y
nuestras contradicciones. Junto al discurso demoledor de la obra de
Peter Weiss (con resonancias de Artaud, Brecht, Focault...) sobre las
instituciones penitenciarias-psiquiátricas, los falsos progresismos,
el papel de la iglesia, el nacionalismo, la guerra, la monarquía,
la libertad de pensamiento domesticada... Se añaden referencias
sobre nuestro contexto: la Guerra Civil, nuestra monarquía, nuestra
política... que la hacen más cercana y le aporta un sentido
actual a Marat-Sade, pasando a ser fundamentalmente una reflexión
sobre nuestra sociedad contemporánea.
En
esta nueva versión de Marat-Sade se despliega todo un
juego de ironías que devienen en sátiras con la complicidad
del espectador que actualizan la obra. Un continuo pedir disculpas por
decir cosas que están pasadas de moda a oídos
acostumbrados a discursos más convencionales sobre la bondad
de las normas, sobre la virtud de las instituciones, y sobre el bla,
bla, bla. Es a ese sector al que representa Charlotte Corday, la asesina
de Marat, que escribió “Una llamada a los franceses, amigos
de las leyes y de la paz”, símbolo de la contrarrevolución.
Otra vez muere la revolución a manos de la contrarrevolución.
Como
en un ritual, eterno retorno de aquello que no queremos olvidar, hoy
vuelve a morir Marat a manos de Charlotte Corday. En esta evocación
en cadena la obra de teatro de André Lima nos trae actualizada
aquella adaptación de Alfonso Sastre de 1968, a su vez, de aquella
incendiaria obra de Peter Weiss de 1964-5, sobre aquellos eternos filósofos
políticos de finales del siglo XVIII. Hoy Jean Paul Marat y el
Marqués de Sade retoman su eterno diálogo sobre la
revolución donde lo dejaron, mientras el coro repite: “Nosotros
somos pobres; no nos dan ocasión. No esperes hasta mañana,
dice nuestra canción”. La revolución social dialoga
con la revolución individual, ambas derrotadas: la primera asesinada
y tergiversada, la segunda confinada en cárceles, manicomios
y escuelas.
Del
cuchillo de Charlotte, de su bello rostro y de sus bellas palabras (como
ahora), llega el imperio y con él la guerra. Todo ello para un
público que vive inmerso en un tiempo de contrarrevolución,
del aniquilamiento de Mayo del 68, de nuevos napoleones, césares
y otras barbaries.
[Joan
Lara Amat y León]
La
biblioteca de Babel
Manuel
Sacristán
Lecturas de filosofía moderna y contemporánea
Edición de Albert Domingo Curto, Trotta,
Madrid, 2007. |
Este libro de escritos de Manuel Sacristán Luzón,
cuya edición ha sido cuidada hasta el menor detalle por
Albert Domingo, reúne algunos de los trabajos más
técnicos de su filosofar, en particular los dedicados a
Leibniz, principalmente de su etapa de juventud, junto con otros
escritos filosóficos muy juveniles y unos pocos de su última
época, caracterizados en su mayoría por la preocupación
epistemológica. Varios de los textos
|
permanecían inéditos y otros sólo habían
sido publicados como artículos de revista. Con esta edición,
y a falta de una completa edición crítica de la
obra de Manuel Sacristán, el lector interesado en ella
tiene acceso a algunos documentos clave para comprender la abarcante
dimensión de su pensamiento.
[J.-R.C.]
|
Riutort,
Bernat (coord.) Carbonero, María Antonia; Miguel, Alejandro:
Riutort, Bernat; Sales, Tomeu; Valdivieso; Joaquín (eds.)
Indagaciones sobre la ciudadanía. Transformaciones en la
era global.
Icaria, Barcelona, 2007, 366 págs. |
La
presente obra coordinada por Bernat Riutort, director del grupo
de investigación Política, trabajo y sostenibilidad
de la UIB (www.uib.es/depart/dfl/pts),
es una reflexión sobre el impacto que ha tenido la globalización
capitalista sobre el concepto de ciudadano (en sus tres dimensiones:
moral, política y jurídica), y como esas transformaciones
han influido en la configuración del orden político
y de la modernidad contemporánea.
En el libro podemos encontrar los siguientes trabajos:
Villavicencio, S.: Ciudadanía y civilidad: acerca del
derecho a tener derechos; Riutort, B.: Ciudadanía,
cosmopolitismo y democracia; Ródenas, P.: Orden
mundial y ciudadanía; Quiroga, H.: Ciudadanía
y democracia. La tensión entre libertad e igualdad en América
Latina; Valdivieso, J.: Modernidad y modernización
de la ciudadanía social; Acselrad, H.: Medio ambiente,
ciudadanía, justicia; Carbonero, M.A.: ¿Hacia
una ciudadanía inclusiva de genero?; Miguel, A.: La
negación de la ciudadanía: movimientos migratorios
y extranjería; Sales, T.: Individualismo institucionalizado
y subpolítica: ¿Los ciudadanos del siglo XXI?;
Müller, M.C.: La ciudadanía como participación
política.
|
Bernat Riutort en Ciudadanía, cosmopolitismo y democracia,
aboga por una democratización de las instituciones internacionales
que posibilite la participación ciudadana y el desarrollo
de una ciudadanía cosmopolita. Pablo Ródenas en
Orden mundial y ciudadanía, a través
de su perspectiva poli(é)tica recorre el transito desde
un incívico orden mundial hacia un macro-orden cívico
de micro-órdenes cívicos con autogobierno y soberanía,
autonomía y autodeterminación fundados en la justicia
equitativa. Joaquín Valdivieso en Modernidad y modernización
de la ciudadanía social, defiende un nuevo contrato
social y ecológico que actualice el modelo social frente
a los riesgos de la globalización. En el clarificador
trabajo de Tomeu Sales, Individualismo institucionalizado
y subpolítica: ¿Los ciudadanos del siglo XXI?,
se realiza un estudio crítico de las principales concepciones
de la modernidad contemporánea y de sus implicaciones
en la ciudadanía, a través de Zygmunt Bauman,
Anthony Giddens y Ulrich Beck.
Una
reflexión urgente en un momento de desgaste del fundamento
de la democracia, la política y la modernidad: el ciudadano.
[Joan
Lara Amat y León]
|
Revista
mientras tanto
Contenido del número
101
mientras
tanto
BCCBBHBCCBBBCBBBCBBBBCCB |
Invierno
2007
101
NOTAS
EDITORIALES
El proyecto de Ley de Memoria histórica
Quim Sempere
Corrupción
y delincuencia económica
Albert Recio
ARTÍCULOS
LAS RAZONES DEL TERRORISMO ‘GLOBAL’
Danilo Zolo
CÉSARES AMERICANOS Y CATONES ISLÁMICOS
Domenico
Losurdo
ESTADOS UNIDOS SABE MATAR, PERO MATA MEJOR CON BOMBAS DE URANIO
Ernesto Carmona
LAS OTRAS VIOLENCIAS EN EL MUNDO, UN RETO PARA EL MOVIMIENTO
POR LA PAZ
Tica Font
LA GRAN MURALLA. ALGUNAS TESIS SOBRE EL CAPITALISMO GLOBALIZADO
EN CHINA
Ángel Zaragoza
EL VIETNAM HACIA DENTRO
Giaime Pala
SOBERANÍA ALIMENTARIA
Ernest Cañada
SOBRE LA PENA DE MUERTE
Karl Marx
DOCUMENTO
CÓMO DESMONTAR LOS CUATRO PILARES DEL NEOLIBERALISMO
Y CON QUÉ SUSTITUIRLOS
Discurso de Álvaro García Linera
CITA
|
mientras
tanto bitartean mientras tanto mentrestant
BCCBBHBCCBBBCBBBCBBBBCCB
|
Avance
del número 102
mientras
tanto
BCCBBHBCCBBBCBBBCBBBBCCB |
Primavera 2007
102
NOTAS EDITORIALES
ARTÍCULOS
LA CABEZA DE JANO. EL DERECHO DE EXCEPCIÓN NORTEAMERICANO
EN EL PRIMER MANDATO DE GEORGE BUSH
Ramón Campderrich
NUEVO CAPITALISMO, PRISIÓN Y LÓGICAS DEL CASTIGO
Brandáriz García
LA PROPIEDAD INTELECTUAL DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL: UNA CRÍTICA
AL MODELO VIGENTE
E. Melero Alonso
GUERRA PREVENTIVA, AMERICANISMO Y ANTIAMERICANISMO
Domenico Losurdo
EL GÉNERO EN LA TEORÍA POLÍTICA Y EN LA
TEORÍA JURÍDICA: DEL CIUDADANO A LA PERSONA
A. Giménez Merino
DOCUMENTO
DOCUMENTO PARA EL PRÓXIMO CONGRESO DEL PARTIDO DE LOS
TRABAJADORES DE BRASIL
Tarso Genro
RESEÑA
|
mientras
tanto bitartean mientras tanto mentrestant
BCCBBHBCCBBBCBBBCBBBBCCB
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