NOMADAS.1 | REVISTA CRITICA DE CIENCIAS SOCIALES Y JURIDICAS | ISSN 1578-6730

Recolonización unipolar: La raíz de la guerra contra Serbia
[Jorge Verstrynge]

Múltiples han sido las razones, reconocidas o no, por los  analistas de la guerra contra Serbia. Por ejemplo, una primera tanda: 1/ el derecho de injerencia humanitaria; o 2/ el control económico de los recursos mineros de la zona; o 3/ culminar la desintegración de esa monstruosidad post-bélica que fue la constitución de Yugoeslavia en 1.918.

Pero más interesante y ciertas son estas otras: 4/ reforzar el control político y militar de USA sobre Europa, 5/ incluso pasando por encima de muchos de los preceptos tanto de la ONU como del derecho internacional;  6/ ampliar el radio de acción de la NATO y darle nuevas razones para su permanencia tras el derrumbamiento del Telón de Acero;y 7/ aislar a Rusia del resto de Europa...

Seguramente, esta enumeración es bastante exhaustiva, pero es necesario ampliar el escenario,  articularlo, explicarlo y veremos cómo las causas principales (1,4,5,6 y 7) apuntan hacia una trama concreta no reconocida oficialmente por ningún país implicado en el conflicto.

USA está pasando lentamente (chorradas momentáneas proislacionistas del Senado) de una concepción salvadora mesiánica (por ejemplo, para el historiador H. W. Brands, en el Wall Street Journal: "si en algo están de acuerdo los norteamericanos , es en el deber que le corresponde a su país de mejorar a la humanidad") a otra hegemónica-providencial: para Al Gore, candidato a la Presidencia del país (jueves 28 de octubre de 1.999) los norteamericanos "somos los líderes naturales del mundo. Somos un gran pueblo... Y debemos aceptar esa responsabilidad". Para Bruno Colson, “América del Norte considera que su hegemonía constituye el prerrequisito de la estabilidad del planeta”. (Ver Le Monde 19-XI-1.999, pág. 19)

Ni Hitler hubiera  dicho algo más claro sobre su “Herrenvolk”. Y sobre que la hegemonía alemana en Europa era la condición sine-qua-non de la permanencia de los Imperios Británico y Francés... Pero esta voluntad norteamericana esto era ya algo conocido para los que saben ver...

En febrero de 1991 fue presentado ante el Senado US (y aprobado) el documento del Pentágono llamado “Informe Wolfowitz”. Éste contenía las instrucciones pertinentes “para asegurar a los USA el mantenimiento del estatus de superpotencia única adquirido tras el derrumbamiento del bando ex-soviético. Dicha posición hegemónica debe ser preservada frente a cualquier intento de puesta en entredicho por la vía del surgimiento de otros centros fuertes de poder en cualquier parte del Mundo...

Se debe convencer a los eventuales rivales  de que no necesitan aspirar a desempeñar un papel mayor [que el que actualmente tienen]. Debemos actuar para impedir el surgimiento de un sistema de seguridad exclusivamente europeo, que podría desestabilizar la NATO... [USA debe mantener] una fuerza militar suficiente para desviar a cualquier nación o grupo de naciones de [la idea de] desafiar la supremacía de USA...  E incluso de aspirar a un papel regional o global mayor”. (El subrayado es nuestro). Otro texto, de la misma procedencia aunque su origen concreto sea el de la marina ,llamado "Informe Jeremiah”, fue presentado posteriormente, también al Senado (Marzo de 1992), explicando cómo aplicar el anterior documento aprobado y, además, adaptar sus principios a la zona de Oriente Próximo... En esos dos documentos reside lo esencial de la nueva estrategia exterior, diplomática y militar, estadounidense. Por ello, cuando los gobernantes europeos esgrimen argumentos en favor de una defensa europea, nunca van más allá de calificarla  de “autónoma” (en lugar de independiente) señalando, como es el caso del gobierno británico que “más Europa no significa menos USA” (1) Más sincero ha sido Hubert Vedrine, actual ministro de AE  francés cuando declaró, el pasado 4 de noviembre de 1.999 que “suponiendo que los europeos deseen de verdad transformarse juntos en una potencia... aún queda por demostrar la actitud de los USA de aceptar ser "socio" de cualquier otro, y, sobre todo de Europa, que no sea momentáneamente o limitado, y a pasar del unilateralismo al multilateralismo” (París, 3-XI-1999). Y menos aún aceptar  Europa ampliada hasta Rusia. Recojamos las últimas declaraciones de Gorbatchev: "Ya se ve claramente que Occidente... intenta colocar a su lado a los Estados nuevamente independientes  [procedentes del antiguo bloque soviético] para desgajarlos de Rusia... [Ello]cuando la cooperación entre una Unión Soviética renovada... y una Alemania reunificada hubiera sido un factor poderoso en la evolución del proceso de construcción europea".(In Le Monde, 4-XI-1.999).

Sustituyamos en esas declaraciones la palabra Occidente por la de USA (total: Occidente es el nombre que USA y el "partido de la guerra", o sea la NATO, le dieron el predominio norteamericano sobre Europa Occidental y parte de la Central, más Japón), y la palabra URSS por la de Rusia, y comenzaremos a cercar la cuestión. Máxime cuando el propio Gorbachev  añade que "cuando apoyamos la reunificación [alemana], pensábamos sobre todo en las posibilidades crecientes para los dos pueblos europeos más importantes de participar juntos en la construcción de una nueva Europa”

Retrocedamos en el tiempo. En 1.870, Alemania demuestra que ella puede sola con Francia. Pero en 1914, además de demostrar que ella sola puede con los imperios francés y británico, resulta la primera vencedora, en la historia, de Rusia: el compromiso (y el desgaste) ruso al lado de la Entente posibilita que los norteamericanos lleguen a tiempo para impedir la victoria alemana en el oeste, pero cuando Alemania es finalmente derrotada por franceses, ingleses y norteamericanos, en el este ya ha puesto de rodillas a Rusia,(1917)... Comienza entonces un proceso de aproximación curioso entre los dos vencidos. Entre los bolcheviques rusos y los comunistas alemanes, obviamente; incluso surgen brotes de nacional-bolchevismo en Alemania que reclaman, entre otras cosas, la "unión de los dos pueblos bárbaros" (bárbaros, en sentido positivo, por oposición a un Occidente corrupto y materialista). Pero incluso cuando los socialdemócratas Ebert y Noske pactan con la Reichwehr el aplastamiento de la Revolución Espartaquista, la nueva República de Weimar desarrollará una “Ost-politik" inspirada en la llamada “Ost-orientierung” es decir en la “preferencia hacia el este"): en Abril de 1.922 se firma el tratado de Rapallo entre la República de Weimar y la URSS, en virtud del cual Alemania "renuncia a la deuda rusa y obtiene un auténtico monopolio sobre importaciones rusas de material necesario para la industrialización " (M. Mourin: Histoire des Nationes Europeennes , Tomo I, París 1962, pág.184), estableciéndose secretamente además una auténtica colaboración en materia militar (Alemania podía experimentar en la URSS sus innovaciones armamentísticas prohibidas por el Tratado de Versalles y, a cambio, facilitará planos de armamentos, sobre todo en materia naval y en asistencia tecnológica militar: concretamente, investigaran juntos la naciente tecnología de cohetes). La colaboración llegó tan lejos que el General von Seeckt, Comandante del Ejército Alemán, calibraría pronto las posibilidades de un nuevo reparto de Polonia [ de acuerdo con Moscú]” ( Op. Cit., pág. 184). La elección del derechista Mariscal Hindenburg a la Presidencia de la República (28-II-1.925) acabará con esta variante de la  “Ostpolitik”, pero ni incluso Hitler se atreverá a acabar totalmente con la cooperación militar antes de Julio de 1.941. Más aún: en el ataque a la URSS de esa fecha pesaron, mucho más que la rivalidad ideológica entre el comunismo y el fascismo, el convencimiento de Hitler de que tarde o temprano Stalin denunciaría el pacto Ribbentrop-Molotov (que consagra, entre otros, el anhelo de Von Seeckt de una nueva partición de Polonia) y la información pasada al dictador por su servicio de inteligencia (el Abwehr), de que una campaña en Rusia sería muy rentable, pues militarmente (pensaban), la URSS no daría la talla, y se disuadiría así a USA a intervenir, quedando obligada Inglaterra a firmar la paz... Al otro lado, Stalin creerá hasta el final que Alemania no atacará aunque, precavido, preparará el choque: son ya varias las fuentes militares soviéticas que afirman que la idea era estar preparado para ello para 1.942. Todavía en 1.944, Hitler autorizará sondear a los soviéticos (pero no a los anglo-norteamericanos) sobre una paz separada que restableciera, en el este, las fronteras establecidas por la campaña polaca de 1.939...

Y aunque la historia no se escribe con “síes”, los hechos pesan. Obviamente, Alemania perdió la II G.M. en el Este: es la sangría de la Wehrmacht en el frente ruso lo que  posibilitará el desembarco de Normandía. Y, aún así, éste se logró por los pelos...
No es que sea útil recolocar las cosas en su punto yendo a ver, en la película de Spielberg “Salvar al soldado Ryan” la “estopa” que las tropas alemanas (en la línea costera, integradas por divisiones de 2ª clase, compuestas de mayores de 50 años y menores de 20, como puede verse por las fechas de nacimiento grabadas en las tumbas alemanas del cementerio militar alemán de La Cambe en Normandía) administraron a los anglo-norteamericanos sino que, en la realidad histórica, la contraofensiva alemana en Normandía no comenzó hasta un día después de cuando termina la película de Spielberg, llegando los tanques alemanes a escasos  centenares de metros del mar en Omaha Beach, playa principal del desembarco. Dicho en otras palabras, de haber dispuesto Berlín de una sola división acorazada más, el desembarco hubiera fracasado... Y eso lo saben perfectamente los expertos militares norteamericanos, como saben que fueron las ofensivas soviéticas las que acabaron con lo que, paradójicamente, es considerada la mayor azaña de la  guerra: la retirada kilómetro a kilómetro de la Wehrmacht en el este, evitando así un derrumbamiento similar al de la Grande Armée de Napoleón. La conclusión es evidente, sobretodo para los norteamericanos: el eje Berlín-Moscú es, sencillamente, históricamente invencible, pues aúna los mayores potenciales demográfico e industrial (y, potencialmente, tecnológico y militar de Europa) amén de una profundidad estratégica sencillamente pasmosa.

Ahora bien, Alemania es hoy también el eje París-Berlín, que es lo esencial de una Europa que históricamente reproduce el antiguo Imperio Franco (3). Todavía en Diciembre de 1944, Hitler utiliza sus últimas reservas en el Oeste (Batalla de las Árdenas): sencillamente, necesita ganar tiempo hasta que se produzca el enfrentamiento entre soviéticos y norteamericanos (que no se producirá hasta después de su suicidio en 1.945) y escoge golpear al que considera más débil, por lo tanto, derrotable, o sea a los anglo-sajones...

Y, ¿qué pasaría si el mencionado eje franco-alemán, ya prolongado hasta Lisbo, se extendiera hasta Moscú?

De nuevo, surge la posibilidad de la gran amenaza para USA. El tándem París-Berlín es sólido: no sólo  la superación de la relación amor-odio entre los dos países, la interpenetración industrial y tecnológica, y la co-dirección del nuevo conjunto europeo; además, la única posibilidad de Alemania de acceder al poder nuclear es a través de Francia que, por cierto, ha extendido su cobertura atómica a Alemania (ya España, Italia y el Benelux) desde hace unos años... Ahora bien, el eje Franco-alemán regenta un conjunto estratégico que va desde el Ártico hasta Gibraltar y desde Galicia hasta el Egeo y el Oder. Son conocidos la antipatía franco-norteamericana (Francia es el país que se dota, contra la voluntad de los anglo-sajones, de armamento nuclear propio; y que expulsa a NATO -aunque luego se reintegra a ella pero siempre sin aceptar sus “automatismos militares”-; es el apóstol de la distensión con la URSS; es el crítico acérrimo de la intervención norteamericana en Viet-nam; es el opositor a la entrada del caballo de Troya británico en la CEE; defiende una política mediterránea, amén de equidistanciarse de Árabes e Israelíes; mantiene lazos preferenciales con el hinterland africano; es el defensor de la especificidad cultural y de la agricultura europeas; tiene un PCF aún fuerte y sus socialistas se coaligan con él; sus ciudadanos movilizados son los que se oponen (grupos attack) al Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) y resisten al acoso de los Gatt y de la OMC, así como a importaciones indeseables desde USA y  la GB. En cuanto a Alemania, amén de volver siempre al Eje Berlín-París (y así ha tenido que reconocerlo Schröder, tentado unos meses por una relación preferencial con Londres) por propio interés, es el primer país de Europa, aparte de Francia, que intentó un acercamiento a Moscú a través de la resurrección de la “ost-politik” por parte de Willy Brandt (continuada por H. Schmidt y Hikohl) y es hoy el mayor inversor en Rusia, y su mayor prestamista. Sabe Berlín que su destino en Europa Occidental pasa por Francia, y en la Oriental pasa en definitiva por Moscú, y que le debe (y lo sabe) su reunificación a Rusia (poco a poco, además, se va sabiendo que la reunificación fue propuesta ya por Stalin en 1.952, reiterada en 1.953 por Beria y Malenkov, negándose a ella Eisenhower y el procónsul norteamericano, o sea Adenauer) (4). La estabilidad este-europea es, en definitiva, un asunto esencialmente ruso-germano. ¿Cuál sería entonces la potencialidad de un eje París-Berlín prolongado hacia Moscú? Máxime cuanto que tanto Gorbachev como Yeltsin han expresado muchas veces claramente que esa es la solución? Pues, ilimitada...

 De ahí un hilo conductor claro en la política exterior norteamericana, destinado a debilitar e impedir la prolongación del mencionado Eje franco-alemán: transformación de facto de GB en un Estado más de la Unión; incorporación de Alemania a la NATO (para el informe Wolfowitz, “constituye una importante victoria la integración de Alemania... en un sistema de seguridad colectiva dirigido por USA”); control férreo sobre la “alianza”(que se está acentuando hoy, como se ha podido ver en la guerra de Kosovo: son aleccionadoras las declaraciones de Michael Short, <patrón> de los raids aéreos sobre Serbia y el Kosovo, “quien desenfunda la espada más afilada es también quien manda” (Le Monde; I-XI-99) ; presiones sobre De Gaulle y sus políticas exterior y nuclear independientes “tout azimuts” así como boicott a Francia a la hora de dolerse de un poder nuclear propio y experimentarlo; ingreso forzado de G.B., a la muerte del General, en la CEE; muy sospechosa actitud de los USA en la crisis del petróleo  (USA, frente a la subida de los crudos, se desinteresó  en gran parte de los intereses europeos); declaraciones varias e ironías sobre la inviabilidad de una Unión Monetaria Europea; descuelgue de GB de la marcha hacia la unión monetaria; presiones sobre Francia e Italia para obligarles a reducir sus influencias en el Magreb (por ejemplo en los casos de Argelia donde USA jugó claramente la carta del  F.I.S., y de Libia, declarada Estado terrorista...).

Desde la caída del muro de Berlín y de la URSS; el movimiento se ha acelerado dado que 1) no sólo el Eje Berlín-París no se ha debilitado, sino que  2) Alemania es el mayor “donante” financiero a Rusia 3) y los alemanes saben muy claramente, además a quién deben su reunificación 4) Ya no hay excusa de un sistema soviético por medio que impida una colaboración mayor entre la CE y Rusia 5)  La influencia alemana  crece en países como Hungría, Tchescheï, Croacia, Eslovenia... 6) Crece la sensación entre los europeos de que deben acometer la recuperación de su destino militar. De ahí el endurecimiento del dueño imperial: integración de parte de Europa Central en la NATO; expulsión de los Europeos de Oriente Medio a través de la guerra contra Irak (por cierto peón de brega franco-germano en la zona) y ello cuando, según Yalta y Postdam, el “reparto petrolífero” del mundo le asignaba esa zona a nuestro continente; descarados intentos por parte de Gran Bretaña de establecer, consecutivamente, ejes Londres-París y Londres-Berlín; OPA permanente sobre la industria de defensa europea (5); presión sobre los miembros europeos de la NATO para que asuman “una parte mayor de los pactos de defensa” (la “America mercenaria” (6) quiere cobrar más por la protección) pero sin que ello represente una alternativa a la NATO y menos aún a una defensa europea autónoma (7); esfuerzos denodados por potenciar a Turquía y controlar el Cáucaso (ello no sólo para debilitar Rusia sino también para extender el control norteamericano del petróleo desde el Oriente Próximo hacia el Cáucaso); intento (en su día) por Clinton de establecer una esfera de co-prosperidad americano-nipona en el Pacífico; establecimiento de un protectorado económico de hecho sobre Canadá y Méjico (la famosa NAFTA); negativa de USA a compartir con sus “aliados” europeos la realidad de los informes que obtiene de sus satélites espía; negativa a terminar con el escándalo UKUSA e incremento del espionaje industrial y militar (en Francia y Alemania, sobretodo)(8); alineamiento radical de la política exterior y militar británica sobre Washington; doble cadena de mando en la guerra de Kosovo... Como señala un documento oficial francés (Le Monde 11-XI-1.999) durante dichas operaciones “el proceso decisional político militar de la Alianza ha estado marcado por un fuerte predominio norteamericano, basado en la doble cadena de mando que desemboca a la vez en el SACEUR (Supreme Allied Commander in Europe) y en Washington (9).

La explicación de la guerra contra Serbia deriva esencialmente del por qué de la ampliación de la NATO hacia el este: se trata de poner tierra de NATO por medio entre el núcleo duro (franco-alemán) de la CE y Rusia, y de transformar en protectorados zonas geopolíticamente esenciales (por ejemplo Bosnia Erzegovina y, caso menos conocido porque menos aparente , viejo sueño de la potencia marítima frente a la continental, la República Tcheca, donde se llegó a permitir proponer a M. Albright como ¡candidata a la presidencia del país! (10)

Ahora bien, Yugoeslavia se ha negado repetidamente a solicitar el ingreso en la NATO, lo cual es inaceptable tanto más cuanto que representaba la base “eslava”, aliada tradicional de Moscú, más occidental del Mediterráneo. La guerra de Servia ha tenido como finalidad “resolver” esa dificultad: ante una Rusia impotente porque puesta de rodillas por su experiencia “neoliberal”, económicamente recolonizada, se ha intentado poner a Serbia de rodillas. Primero, segregando de Yugoeslavia a Croacia y Eslovenia, ambas ex-posesiones del Imperio Austro-Húngaro; luego colocando Bosnia-Herzegovina bajo protectorado de la NATO; posteriormente, fomentando sistemáticamente el separatismo armado albanés en Kosovo hasta desencadenar una auténtica guerra civil, y azuzando veleidades similares en Montenegro (con mayor dificultad en este caso dada la mayor presencia demográfica Serbia en esta zona). Luego el montaje del seudo-pregenocidio de los albaneses de Kosovo; después la trampa de los “acuerdos” de Rambouillet que, de haber sido aceptados por Belgrado hubieran supuesto, sin paliativos, la pérdida de cualquier tipo de soberanía para el Estado Serbio (11); luego el montaje de un segundo seudo-genocidio serbio sobre los albano-kosovares (cuando, ahora, ya se sabe que éste realmente no se inició hasta el comienzo de los bombardeos de la NATO y que lejos de haber un millón de albano-kosovares asesinados (como insinuaba la NATO) los muertos por este concepto en ningún caso rebasan, según algunas fuentes, los ¡2.500!(si es que llegan)  y ello a cambio de 3.000 serbios muertos durante la contienda.

Resultados positivos de esta guerra para la NATO:

1) Haber podido, impunemente, bombardear y masacrar, por vez primera dede 1.945, a un pueblo europeo, y ello con la complicidad y colaboración de otros pueblos europeos; es decir que la “solidaridad europea” ha pasado a un plano muy secundario, muy detrás de la “solidaridad atlántica”.

2) Haber puesto a Serbia de rodillas cortándole, a ella y a Rusia, el acceso al Adriático, con la independencia casi de facto de Montenegro y la puesta bajo protectorado NATO del Kosovo, paso previo a una independencia ficticia porque, controlada por Washington...;

3) haber significado a cuantos puedan sentir rebeldía ante la NATO (Serbia, pero también Grecia) quien es el amo, e idem en relación con la CE sobretodo cara a Francia.

4) Haber establecido a través del derecho de intervención humanitaria, un principio peligrosísimo, que pone en solfa cualquier principio de Soberanía Nacional, es decir, de las fronteras territoriales como resguardo físico en que se puede expresar y aplicar la voluntad popular mayoritaria

5)Haber reducido el papel de la ONU y del Derecho Internacional comunmente admitido a la mínima expresión...

6) Haber reducido a Europa, socialdemócratas incluidos, al nivel de mera comparsa, a la vez que, sobretodo se perfecciona el nuevo “cordón sanitario” destinado a impedir un eventual eje París-Berlín-Moscú.

Claro que los efectos colaterales negativos son muchos y muy peligrosos: 1) establecimiento de un derecho de intervención humanitaria que algún día se puede volver contra los miembros más frágiles de la NATO (por ejemplo, España), o contra quienes, en cada caso, les interese a los anglo-sajones.  2)Haber transformado el aval de la ONU en un mero papel mojado lo que hace de los USA el único gendarme (pero eso es, además de peligroso, caro, y sólo es sostenible mientras Europa y Japón paguen...)
3)Haber dado a los europeos la sensación, real, de no ser más que tribus vasallas y obedientes en una de las fronteras sensibles del Imperio.  4)Haber creado una zona de inestabilidad crónica en el sur-este europeo (aún cuando ello posibilita una presencia militar permanente de los USA...). Los próximos candidatos a la guerra civil son los Albaneses y la población autóctona de Macedonia. Por de pronto, veremos cuánto tiempo tardan los albano-kosovares en designar a la MINUK (Misión de la ONU para el Kosovo) y a la KFOR como tropas de  ocupación.

Cuando Gorvachev declara (4-XI-99; Op. Cit.) que “la decisión de ampliar la NATO... ha propiciado un severo golpe a la construcción de una Europa Unida [y que] el peso creciente adquirido por la alianza militar occidental desvía la atención en relación con           ligadas a la construcción de una Europa unificada”, hubiera podido añadir que la guerra contra Serbia ha sido un paso más en la operación. Ahora se inician otras operaciones para rematar la subordinación de Europa, cortada en principio la potencial prolongación del eje hacia Moscú, la CE debe ser llevada al colmo de la Gleischaltet, de la subordinación... Por ejemplo: Otra de las consecuencias de la II G.M. (y, posteriormente de la caída de la URSS) fue, a través del establecimiento del dólar como moneda internacional de pago, el desplazamiento desde GB hasta USA del centro de gravedad financiero del planeta y la posibilidad de fijar, de hecho, por USA la paridad de las demás monedas en función de los intereses de la política económica norteamericana, le permitió a ese país en primer lugar vivir muy por encima de sus medios (USA llegó a consumir el ¡105%! de su PNB), no ahorrar       un duro, y financiar su déficit comercial manipulando la paridad relativa de su moneda y abusando de la necesidad que tenían los demás países de defender el dólar si querían evitar un colapso del sistema internacional de intercambios económicos y financieros (cosas ya denunciadas en su día tanto por De Gaulle como por su asesor económico Jacques Rueff). Por esa política, hoy aún en vigor, los USA fueron pues deliberadamente transformados en una central financiera (de ahí la financiarización creciente de su economía y el desinterés de su clase dominante ante el actual proceso de desindustrialización del país), en una especie de inmensa estación de bombeo-redistribución remunerada de capitales. Es por ello por lo que a la defensa del libre comercio,  USA hizo añadir muy pronto la exigencia de la libertad más absoluta de circulación de los capitales, tanto más cuanto que la necesidad de financiación de las operaciones de “mantenimiento del orden” dentro de un Imperio en constante expansión geográfica resultaban extremadamente gravosas (e... inflacionistas). Para entendernos: la necesidad de USA de recibir capitales extranjeros implicaba (implica) obligar a los demás a dejar salir los suyos (12). La docilidad de las clases políticas europeas, su deseo de seguir manteniendo la responsabilidad y parte del coste de la “seguridad colectiva” en manos de Washington, y el temor ante reformas que podrían desestabilizar el entramado financiero (40% de la deuda pública mundial es norteamericana) y comercial internacional fueron, entre otros económicos, factores esenciales a la hora de aceptar un planteamiento que, llevado a su último extremo, estuvo recientemente a punto de desembocar en la firma del famoso y, para Europa, destructivo Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), que consagraba como dominadores de cualquier economía a los detentadores del capital, siendo el capital norteamericano o, cuando menos anglosajón, el más dominante como es sabido. El AMI ha sido, por ahora, rechazado gracias a las opiniones públicas francesa y,  (por diferentes motivos) norteamericana. Pero volverán a intentarlo. Y, por de pronto, la conferencia de Seattle, de la OMC, parece haber tomado el relevo en esa carrera destinada a darle al capital anglosajón una absoluta preeminencia y a hacer hincar la rodilla a Europa. En efecto, el AMI implicaba la supresión de cualquier “preferencia nacional” o/y continental. La OMC, en Seattle, va en la misma dirección: el resultado objetivo será mayores dificultades para proteger a la industria, la agricultura y los servicios europeos, abrir más aún el mercado de capitales y, un nuevo y drástico paso adelante en la atenuación de los lazos privilegiados que países como Francia mantienen en África, segundo hinterland “natural” de Europa. Como señala François Chesnay (Op. Cit., pág. 86), de lo que se trata es de que “apoyados... en Europa por el Reino Unido y por sectores de la CE, los lobbys americanos, sostenidos por los considerables medios del Estado Federal,  multiplican las iniciativas en el FMI, en el Banco Mundial, en la OCDE, en el GATT y ahora en la OMC, para imponer la conclusión del proceso de desreglamentación y de liberalización comercial y financiera en los campos que aún no controlan en parte”. Esencial, para el proceso descrito, es conseguir que el capitalismo europeo continental quede supeditado al anglosajón, es decir que no le quepa la posibilidad de, mediante la prolongación de la CE hacia Moscú, crear un conjunto económico, político y militar que escape al Imperio. Es en ese contexto en el que debe enmarcarse la guerra del Kosovo así como la pertinaz negativa, no sólo de USA sino de buena parte de una clase política europea “compradora”, (13) de considerar, incluso a largo plazo, la incorporación de Rusia a la CE. Reforzando la tendencia, cabe reseñar la oferta norteamericana, cuyo contenido ha sido  “mantenido secreto” para los europeos, de cooperar con Rusia en materia de defensa anti-misiles, agitando aún ante Moscú el señuelo de ser tratado (por encima de Europa) por USA como “el otro super-grande” (Le Monde 19-X-1.999). Mientras, USA aumenta aún más su capacidad de reacción militar rápida (Le Monde 14-X-99).

Sin embargo, como señala Richard Haass (Foreing Affairs de Octubre de 1.999) “la superioridad americana no durará”: USA se ve cada vez más abocado a mantener su autoridad en un entramado internacional caracterizado por los efectos nocivos de un evidente plan no tanto de mundialización como de recolonización unipolar, a mantener su predominio en el Imperio del Caos (S. Amin) (13). Que la reacción está ya en marcha lo demuestra la afirmación de Charles Pasqua, Presidente del RPF francés, neo-gaullista, de que ante esta “espiral  de sometimiento” debemos “decir no al ciclo milenario de la OMC, igual que De Gaulle supo decir no al Reich Milenario” de Hitler (14).


N O T A S

(1) La declaración es de Georges Robertson, nuevo Secretario General de la NATO y antiguo ministro británico de defensa. Nótese que no dice “menos NATO” sino directamente, se refiere al amo...
(2)Sobre los informes Wolfowitz y Jeremiah, así como sobre las experiencia nacional-bolcheviques y la ost-orienterung se puede ampliar información en mi libro Los nuevos bárbaros (Ed. Grijalbo, cap. 2 y 6).
(3) Cubría la actual Francia, Alemania hasta el Elba, Austria, Croacia, Eslovenia, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, España hasta la línea del Ebro y el Norte de Italia hasta Roma...
(4) Sobre este tema, ver mi libro El sueño Eurosiberiano, Madrid, 1.992, Segunda Edición págs. 66 y siguientes.
(5) Ver Le Monde de los días 27-X y 1-XI-1.999. Como señala Isnard “la estandarización de los medios de defensa, en la NATO, pasa por aceptar la tecnología americana, y no por la edificación de un polo industrial europeo que competiría con ella”. A cambio, John Hamre, Secretario adjunto U.S. de defensa, “accede” a “suavizar las reglas sobre transferencias tecnológicas”...
(6) En expresión de Alain Joxe, Director de Estudios de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales , París 1.992.
(7) Como explica Laurent Secchini en su artículo “Desea América una defensa europea” (Le Monde 19-XI-1.999): “Del otro lado del Atlántico no se ve bien manifiestamente los pasitos iniciados por Europa para dotarse de los instrumentos de su emancipación militar... Uno tras otro, la Secretaria de Estado Madeleine Albright, el Secretaria de estado para la defensa William Cohen,  el muy atlantista nuevo Secretario General de la NATO, y hasta el más eurófilo de los candidatos a la Presidencia americana, el republicano John McCain, han enojado avisos...: nada de que [el pilar europeo de la Alianza] intente <reproducir> el potencial militar de la NATO; los europeos no deben intentar desligarse de los USA”. Y es que “el surgimiento de una Europa de la Defensa pone en solfa la supremacía norte-americana.
(8) Como explica Jacques Isnard (en Le Monde del lunes 22-XI-1.999, pág. 1) la National Security Agency, “la mayor agencia de información norteamericana...[es una] red que puede interceptar el conjunto de las transmisiones y transferencias de datos (Fax, e-mail, télex, teléfono) que transitan mediante satélites de comunicación... Una cincuentena de potentes ordenadores, del tipo Super Cray procesan y analizan en tiempo útil las informaciones así recogidas, utilizando un diccionario... que contiene palabras clave que le permiten a un especial, denominado Oratory , de detectar automáticamente los mensajes interesantes... Escalón
trata cada 12 horas el equivalente en información de la totalidad de la biblioteca del Congreso norte-americano... las palabrea clave, una vez identificadas, sirven para seleccionar, en los mensajes, la información de naturaleza diplomática, económica, militar u otra, incluso de carácter privado, susceptible de interesar [a Washington]. Palabras clave son por ejemplo Ak-47, cocaine, Stinger, Militia...” Desde entonces, ello ha provocado la ira de la NSA, estas palabras son utilizadas por servicios secretos extranjeros, gobiernos, o particulares, salpicando con ellos sus comunicaciones o conversaciones con la esperanza de saturar los ordenadores de la NSA... disparando inútilmente la interceptación, selección y explotación de la información así reunida”.
(9) Entre otras causas por ello, para Laurent Secchini (Op. Cit.), “la Guerra de Kosovo fue... una humillación para Europa”.
(10) Recuérdese que, según las teorías básicas en materia de Geopolítica, “quien controla el cuadrilátero de Bohemia-Moravia controla Europa Central, lo cual facilita el de Europa, de ahí el de la Gran Isla Mundial (Europa más Asia, más África); y quien controla esta última y posee un poder marítimo equivalente al de la potencia marítima (USA+G.B+Australia+Nueva Zelanda), domina el mundo...
(11) Ya es sabido que los acuerdos de Rambouillet eran en realidad un diktat muy parecido al impuesto, en 1.939 por Alemania, al Presidente  Hacha: derecho para la NATO de establecerse en el Kosovo pero además de poderlo hacer también en todo el territorio de Yugoeslavia, así como control de su espacio aéreo; es decir, pérdida de facto de la soberanía nacional. Casualmente, Hitler hizo un uso sistemático, al servicio de su política de expansión, tanto del principio de las nacionalidades como del derecho de injerencia en defensa de minorías étnicas. Tanto el Sarre, como Renania, Austria y fueron anexionados invocando el derecho de las poblaciones alemanas a poder volver a Alemania. Pero el caso Checo, Polaco, Yugoeslavo y Soviético es revelador de la similitud entre sus métodos de política exterior y el de los anglo-sajones hoy: primero está el caso checoslovaco, en el que en una primera fase, Hitler reivindica el retorno a Alemania de la zona de los Sudetes, poblada mayoritariamente por alemanes, esgrimiendo que son una minoría étnica alemana oprimida por los checos. A continuación justifica su injerencia militar y Praga y el desmembramiento del Estado checoeslovaco por las persecuciones sufridas por las poblaciones eslovacas, polaca y húngara de este país. Así fuerza la independencia d Eslovaquia y la entrega del territorio de Teschev y de la Ruthenia respectivamente a Polonia y Hungría. Mismo escenario en el caso Polaco, donde la invasión es justificada por la necesidad de poner término a las persecuciones sufridas a manos polacas por los alemanes del corredor de Dantzig, de Silesia y de Pomerania. De nuevo recurso (entre otras justificaciones) a la defensa de las minorías oprimidas (en este caso Croatas, Albanesas, Húngaras, Búlgaras y Macedonias) residentes en las fronteras Yugoeslavas. También la invasión de la URSS tenía como “finalidad”, entre otras, “liberar” a Bálticos, Ucranianos, y Caucásicos varios del “Yugo soviético” y Ruso... El derecho de inferencia es viejo pues. De hecho más viejo aún: ¿Cuántas expediciones y conquistas coloniales, que luego desembocarían en la edificación de despiadados y explotadores Imperios Coloniales,  han sido “justificadas” por la “necesidad” de defender derechos individuales o/y de minorías oprimidas? Y, por cierto, ¿acaso fueron muchos más los muertos y encarcelados a causa de esas conquistas “libertadoras”, y por los conquistadores “libertadores” que las cifras de víctimas por enfrentamientos previos entre indígenas esgrimidas como justificación de las intervenciones.

Se le podría preguntar al respecto a Argelinos, Congoleños, Angoleños, Mozambiqueños, Zulúes, Indochinos y un largo etc... Por cierto que el “derecho de inferencia humanitaria” no es aplicable a todos, sino solamente a los que no pueden resistir ante los países poderosos que lo esgrimen. Y así, por todo lo anteriormente expuesto, se puede perfectamente comprender cómo, además de Rusia, todos los que se oponen al mismo han sufrido previamente la inferencia colonial rimbombantemente calificada de humanitaria: China, la India pero también todos los países del III Mundo prácticamente sin excepción. Por cierto que el lector puede ejercitar sus neuronas sobre la unilateralidad del “derecho de injerencia humanitaria”; sea un país X en el cual hay dos poblaciones,  una mayoritaria y que ostenta el poder, que llamaremos  A; y otra, B, minoritaria. Ante la duda de que A oprima a B podemos esgrimir las siguientes cifras: la mortandad de los varones de menos de 5 años de edad es de 0´4 por mil para la población mayoritaria A y de 0´8 (o sea por 2) para la minoritaria B; de 5 a los 9 años, las proporciones son 0´6 y 1 por mil respectivamente (por 1´6); de 10 a 14 años, de 1´3 y 6´9 (por 5´3); de 15 a 19 años, de 9´7 y 105´3 (por 10´8); de 20 a 24 años, de 12´9 y 140´7 (por 10´9), etc. Por cierto que la minoría B ha llevado con frecuencia luchas defensivas contra la mayoría A. Y el 51% de los varones de la población B ha pasado por las cárceles en las edades comprendidas entre los 17 y los 25 años. ¿Está justificada la inferencia? Pues afectará a los USA, dado que las estadísticas presentadas van referidas a las poblaciones blanca (A) y negra (B) de los EE.UU.

En definitiva el llamado derecho de “injerencia humanitaria” es el derecho de vulnerar la soberanía nacional de un Estado; es decir de vulnerar y anular la base territorial y geográfica de la voluntad popular, de la voluntad del pueblo, de la posibilidad de aplicarla sin condiciones. Y si las masacres de minorías son un drama sin duda, esto otro que estamos describiendo es una catástrofe histórica, un retroceso hasta antes del siglo XIX y del principio de la nacionalidades a existir y a disponer de sí mimas...
(12) Lo cual, por cierto, dio el golpe de gracia a las políticas keynesianas europeas basadas en la sedentariedad de los capitales.
(13) En terminología de Samir Amin.
(14) Le Monde del 28-X-99.


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