mientrastanto.e Num. 45 del 03-2007
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Los
vuelos secretos de la CIA en la UE
El
día 14 de febrero de este año (2007) el Parlamento Europeo
aprobó el informe final sobre los vuelos secretos de la CIA (con
destino a Guantánamo y a otros lugares), que habían sobrevolado
el territorio de la Unión Europea o hecho escala en él.
De acuerdo con este informe, un total de 1.245 vuelos utilizaron el
espacio aéreo de la UE o aterrizaron en su territorio. El propósito
de estos viajes era trasladar prisioneros secuestrados en diversos lugares
(especialmente Afganistán, pero no sólo) a cárceles
como la de Guantánamo o a instalaciones secretas situadas en
países donde pudieran ser torturados sin violar formalmente las
leyes de Estados Unidos.
El
informe del Parlamento Europeo señala que en el territorio de
la UE se produjeron al menos 21 secuestros. De hecho, en Italia y Alemania
hay procesos penales abiertos contra agentes de la CIA por llevar a
cabo operaciones de este tipo en su territorio o contra sus ciudadanos.
En el caso italiano, la persona secuestrada fue un clérigo musulmán,
el imán Abu Omar, al que se trasladó a Egipto donde fue
encarcelado y torturado. La víctima sigue en Egipto, pues las
autoridades de este país no le dejan salir de su territorio.
Además, le prohíben hablar de su “experiencia”
bajo la amenaza de ser nuevamente encarcelado y sometido a tortura.
Dada
la dimensión de las operaciones de la agencia de espionaje estadounidense,
resulta inverosímil pensar que los gobiernos de los países
de la UE no sabían nada de este asunto. Así lo señala
el informe del Parlamento, que exige a los Estados miembros investigar
y depurar las correspondientes responsabilidades. En el caso español,
se ha descubierto ya que el gobierno de Aznar no sólo estaba
al tanto de las operaciones, sino que envió policías a
Guantánamo, para interrogar a personas trasladadas allí.
También Berlusconi firmó con Bush un acuerdo de colaboración
(secreto) en temas antiterroristas.
Que
a este gobierno estadounidense le parezcan excesivos los límites
que imponen los derechos humanos al ejercicio del “monopolio de
la violencia” estatal no resulta sorprendente. Tampoco lo es en
el caso de personajes como Aznar o Berlusconi. Pero las connivencias
van más allá. Recientemente ha trascendido el contenido
de una conversación en torno a esta cuestión entre los
dirigentes europeos y la Secretaria de Estado norteamericana Condolezza
Rice, que tuvo lugar en diciembre de 2005. Por lo que se ha sabido ahora,
hay bastantes dirigentes europeos que apoyan las prácticas de
la CIA (especialmente los gobernantes de los nuevos países miembros
de la UE). Y los que no están de acuerdo con la política
de secuestrar para torturar no defienden esta postura por una cuestión
de principio, sino porque puede crearles dificultades con la opinión
pública.
Parece,
pues, que con muy honrosas excepciones (como la de los noruegos), los
dirigentes de la UE no se sienten moralmente implicados en la defensa
de los derechos humanos más elementales (como la vida, la libertad
o la integridad física), sino que esto es un asunto, a lo sumo,
de conveniencia política. Es una muestra más de la decadencia
moral de la clase política europea, que cada vez aparece más
corrupta, insensible y motivada exclusivamente por el mantenimiento
del poder y sus privilegios. Es algo a tener en cuenta cuando se arroguen
la facultad de dar lecciones a otros acerca de la defensa de los derechos
humanos.
[José
Antonio Estévez]
El
largo camino hacia la igualdad de género
La
sociedad española está aún lejos de alcanzar una
efectiva normalización de las relaciones personales, sin que
importe el modo que tenemos cada uno de sentirnos hombre o mujer. Sin
embargo, empiezan a ser palpables algunos avances igualitarios fruto
de una movilización social sostenida y de una ambiciosa legislación
que, a pesar de sus lagunas (aún se tiene una concepción
restringida de las ideas de género e igualdad de oportunidades)
y sus limitaciones (su eficacia se despliega fundamentalmente en el
sector público-estatal), ha de ser juzgada positivamente. Para
ello hay que recordar algunos datos:
En
el primer año de aplicación de la Ley contra la violencia
de género, los juzgados especiales recibieron 148.000 asuntos,
condenaron a 16.036 hombres violentos y dictaron 27.336 órdenes
de protección. La Dirección General de Registros y Notariado
ha eliminado la preeminencia del varón heterosexual en el Libro
de Familia al permitir desde 2006 que cada pareja decida el orden de
inscripción y que las homosexuales se registren como dos “don”
o dos “doña”, o “progenitor” o progenitora”.
La ley de matrimonio homosexual ha dado lugar a 1.275 matrimonios en
2005 (una juez de Madrid fue la primera en casarse con otra mujer como
parte de la lucha cultural contra la homofobia y la lesbofobia arraigadas
en los tribunales). El Congreso ha aprobado La ley de igualdad de género
(mejorándola respecto al texto inicial —del que ya hablamos
en el mientrastanto.e nº 35 de 2006—, sobre todo en lo referente
a los permisos por maternidad y a la nulidad de los despidos por este
motivo) y acaba de rechazar la iniciativa legislativa popular presentada
por el Foro de la Familia para prohibir el matrimonio homosexual. Aunque
tardíamente, el Ministerio de Justicia ha acordado archivar todos
los historiales policiales por homosexualidad y transexualidad y ha
reconocido una indemnización y una pensión equivalentes
a la de otros presos políticos a los supervivientes de la aplicación
de las leyes de Vagos y Maleantes y de Peligrosidad Social. Además,
el Congreso y los gobiernos de Andalucía y Extremadura han realizado
actos de desagravio a ese colectivo social. El gobierno se ha comprometido
a revisar la Ley de Reproducción Asistida en lo concerniente
a la discriminación de los matrimonios de lesbianas que se someten
a una inseminación artificial. En algunas comunidades (la última
ha sido Cataluña) se contempla financiar públicamente
las operaciones de cambio de sexo a personas transexuales. Y en general,
se aprecia un cierto apoyo institucional a las sexualidades históricamente
perseguidas (valga como ejemplo la reciente creación por el Ayuntamiento
de Barcelona de un Consejo Municipal de Gays, Lesbianas y Hombres y
Mujeres Transexuales).
Este
proceso de normalización estatal tiene naturalmente altibajos
y contradicciones. El gobierno impulsor de estas normativas ha negado
la pensión a los homosexuales que han perdido a su conviviente
sin estar casados (aunque diversos juzgados de lo social conceden la
prestación, la Seguridad Social la recurre por sistema apelando
a criterios sobre todo económicos). La ley de igualdad, beligerante
en el ámbito de la administración, se limita en el privado
a establecer un marco general para la autorregulación y para
la negociación colectiva de “planes de igualdad”,
y deja intacta la obsoleta Ley 34/1984 General de Publicidad. A pesar
de la introducción de la asignatura de formación en la
ciudadanía, la escuela concertada sigue privilegiando las relaciones
de la Iglesia católica con un Estado que se muestra tibio ante
la proliferación de libros y declaraciones reaccionarias sobre
la familia (unas del ex primer prelado del Opus Dei en España,
el arzobispo de Burgos Francisco Gil Hellín, durante el Encuentro
Mundial de las Familias en Valencia, nos recuerdan que “La familia
es atacada con odio por toda una corte de becerros del poder, del dinero
y del placer que no toleran que sea un dique de contención ante
quienes van contra la ley natural”) y sobre la propia asignatura.
Numerosos cargos públicos —como el denunciado diputado
del PP por Melilla Arturo Esteban—, se mofan de la igualdad de
género a través de chanzas y chascarrillos sexistas. Y,
sobre todo, no podemos pasar por alto que la iniciativa popular para
la prohibición del matrimonio homosexual ha venido precedida
de multitud de firmas —1,5 millones según sus promotores—
y de los votos en contra del PP —salvo los de dos desobedientes
diputadas demostrativos de la especificidad de la problemática
del género—, de UDC y de un diputado del PNV. La ley en
vigor, además, está pendiente del fallo sobre el recurso
de inconstitucionalidad del PP.
Lo
que en ningún caso podemos perder de vista es que la discriminación
de género despliega sus efectos sobre todo en el ámbito
de la vida cotidiana. Es ahí donde nos hallamos ante una agresión
masiva, continua y omnipresente por parte del complejo lúdico-industrial
(televisión, Internet, videojuegos). Como recordó el propio
el ex-Consejero de Justicia de la Generalitat Josep M. Vallés
“La llamada al consumo inmediato de todo tipo de objetos incluye
el tratamiento humillante de otros seres humanos” (El País,
24.02.2006, p.36 Catalunya), lo que incluye todas aquellas representaciones
de los afectos que aún se perciben mayoritariamente como inadecuadas.
En este apartado, no hay cambios visibles en la acción antidiscriminatoria
de los poderes públicos. Por un lado, el agresor (el sector industrial
publicitario y el audiovisual que lo sostiene) goza de una amplia libertad
para autonormar los límites de sus contenidos. Por otro lado,
la Directiva de la UE Televisión in Fronteras ha suprimido
el límite de 3 horas diarias de cortes publicitarios en televisión
—con la salvedad de la prohibición de interrupciones durante
la emisión de los servicios religiosos— y ha decidido no
limitar la propaganda comercial en los juegos de Internet, las apuestas
y los contenidos de la Red. El panorama no puede ser más desalentador
si miramos que en 2005, en España, las televisiones de ámbito
nacional y autonómico emitieron 2.264.813 anuncios —más
del doble que 10 años atrás— que ocuparon 755.479
minutos, según los datos de Sofres.
Hay
que actuar —en el campo administrativo, pero sobre todo en el
ideológico y en el económico— contra la industria
del entretenimiento que se parapeta en la legalidad y en una falsa libertad
de expresión. Es preciso organizarse para exigir la activación
de todos los instrumentos legales y fiscales disponibles (regulación
de contenidos de los programas audiovisuales, videojuegos, mensajes
publicitarios degradantes de la persona) y la puesta en práctica
de programas educativos de largo alcance. Para paliar algunos tumores
enquistados en nuestras sociedades (como el altísimo índice
de embarazos no deseados —fruto de la adhesión de los jóvenes
a la comprensión consumista e irresponsable del sexo que ven
en los audiovisuales—, la coerción sexual que ejercen muchas
pandillas de adolescentes sobre los más débiles, o las
recurrentes palizas homófobas) y sobre todo para avanzar en el
objetivo más ambicioso de llegar a una amplia alianza de género
entre hombres y mujeres que haga posible que las diferencias de género
sean percibidas socialmente como irrelevantes.
Una
experiencia poco conocida pero muy indicativa de la línea a seguir
la constituyen los Grupos de hombres por la igualdad de género
(en España constituidos desde 2001 en AHIGE: www.ahige.org)
que se reúnen para reflexionar en torno al significado de “ser
hombre” en la sociedad actual, o las asociaciones de padres de
gays, lesbianas y transexuales que han tenido que aprender a reconocer
a sus hijos y ahora luchan por la normalización social de las
sexualidades subordinadas (www.ampgil.org).
Se trata de compromisos reales con la igualdad a través del desnudamiento
de los rígidos principios patriarcales y heterosexistas que operan
como verdaderas barreras para la superación de los roles de género.
En este sentido, los movimientos feminista y de liberación gay
y transexual siguen siendo necesarios para un replanteamiento global
del significado de “hombre” y “mujer”. Y las
políticas de género han de profundizar en el lado del
cambio normativo, pero ampliando sus estándares clasificatorios
y sin perder de vista el terreno cultural y simbólico que queda
por recorrer. Lo cierto es que la mayoría de hombres que se identifican
a sí mismos como “heterosexuales” no quieren aún
abordar estos temas y ven la política sexual como un asunto que
concierne a “otros”.
[Antonio
Giménez Merino]
Hacia
las lunas de marzo
El
politicismo de la justicia
Que
la administración de justicia es política no se puede
negar: se trata de uno de los poderes del estado. Pero que
esa administración se comporte de manera politicista,
que trate de asumir funciones que le corresponden al poder legislativo
o al gobierno, es una novedad que el Partido Popular está impulsando
escandalosamente. El PP recurre sistemáticamente al tribunal
constitucional o a los tribunales contra sus inevitables derrotas parlamentarias,
asunto este último del que no nos ocuparemos de momento.
El
politicismo del poder judicial destruye la confianza (más bien
escasa) que podíamos tener en las instituciones del régimen
actual: unas instituciones que nos metieron primero en la Otan, que
además ignoraron el compromiso público de no integración
en la estructura militar de esta organización, que luego nos
implicaron en la primera guerra del golfo pérsico, después
en la guerra contra Serbia, luego de palanganeros en Afganistán
y finalmente en la guerra de Irak. Las mismas instituciones que además
han renovado los benéficos pactos de los Estados Unidos
con el régimen anterior (cuando nuestros derechos y libertades
fueron intercambiados por bases militares); unas instituciones que han
impulsado políticas neoliberales, que aceptaron dinamitar en
Maastrich las garantías sociales de la Constitución de
1978 y que son impermeables a la voluntad
de las gentes, reducidas a decidir alternativas: si gobierna Guatemala
—el Psoe— o Guatepeor —el Partido Popular—.
Empezamos a entender a los que decían: “Después
de Franco, las instituciones”.
En
el poder judicial estamos viendo hazañas de todos los colores:
sentencias políticas del Tribunal Supremo, plegándose
a las exigencias de las asociaciones de víctimas del terrorismo
para no excarcelar a condenados que han cumplido condena; aceptación
de la doctrina del derecho penal del enemigo en el cómputo
del cumplimiento efectivo de las penas, o sea, cómputos de condena
contra reo; informes del Consejo general del poder
judicial que ni le competen ni le han pedido; y, más recientemente,
perversión del principio del juez natural, cuando el
juez concreto ya ni era natural: me refiero al escandaloso
comportamiento de la Audiencia Nacional
Que
un magistrado monte en cólera por la resolución que ha
acordado uno de los tribunales de la Audiencia Nacional, que logre imponer
a sus colegas la sustitución de ese tribunal por el Pleno de
esa Audiencia —una jurisdicción especializada y, no nos
vamos a engañar, especial, ya que juzga según leyes de
excepción— para conseguir una resolución distinta
y de sentido contrario, es completamente anómalo e ilegítimo.
Pero el paso se ha dado. Un paso por encima
de la ley.
Luego
nos volverán a machacar con el famoso “estado de derecho”.
Cuando lo que corresponde, ¡ay! Es todavía luchar contra
las ilegalidades y las inmunidades del poder.
Abstencionismo electoral
El
referéndum andaluz ha atraído a menos ciudadanos incluso
que el referéndum del estatuto de Cataluña. Marca un nuevo
hito en el distanciamiento entre la población y la “clase
política”.
La
despolitización de la población tiene raíces varias.
Pero una de ellas es el creciente convencimiento de muchos ciudadanos
de que la participación política establecida carece crecientemente
de sentido en un sistema hermético a sus requerimientos. El asunto
de la abstención es ambivalente, pues si por un lado es una respuesta
lógica y espontánea —completamente distinta del
abstencionismo ácrata en algunas elecciones de la época
republicana, por ejemplo—, por otro es crecientemente peligrosa
ante la ofensiva de la derecha por recuperar el poder y volver a instalarse
en el gobierno con su actual discurso neoautoritario.
En
el estrecho margen de movimientos políticos en que se mueve la
población española, el gobierno del Psoe es, con todas
sus vergüenzas, la menos mala de las situaciones realmente posibles
hoy. Y corre el peligro de venirse abajo en la próxima convocatoria
a elecciones legislativas. Las insidias del Partido Popular, a través
de medios como la radio de la Conferencia Episcopal, han calado fuertemente
en sectores de población que van más allá del espectro
político propio de aquel partido. Hay también zonas enteras
del país cuya economía se mueve al compás de la
especulación inmobiliaria y que proporcionarán muchos
votos al Partido Popular; hay gente de primitivo españolismo
encorajinada emocionalmente contra el Estatuto catalán, y también
gentes desencantadas por el incremento de las diferencias sociales abismales
que generan las políticas neoliberales: gentes que en su día
votarán, si lo hacen, contra quien gobierne. Por todas estas
razones la continuidad del gobierno del Psoe no se puede dar por descontada.
La ceguera de tantos respecto de la situación de los más,
traducida políticamente, puede dar sorpresas desagradables. La
derecha no se abstiene de votar. Y no hay que engañarse: con
el PP de nuevo en el poder el autoritarismo quedaría introducido
en España por muchos años.
Obama
Barack
Obama es un precandidato del partido demócrata a las elecciones
norteamericanas. Giulini, el alcalde neoyorkino de la tolerancia cero,
será probablemente el candidato republicano: un derechista claro.
El caso de Obama, situado a la izquierda de los Clinton, suscita interés:
es una novedad que encuentra simpatías entre los votantes norteamericanos
hartos de Bush. El senador por Illinois se opuso a la guerra de Iraq,
sostiene que los USA han de “desescalar” su presencia en
ese país y defiende un programa de política social interna
que tiene sus raíces en el de Roosevelt.
Es
obvio que ningún presidente norteamericano se ha apartado jamás
de la política exterior que defiende con uñas y dientes
los intereses de las multinacionales norteamericanas. No es de esperar
que lo haga Obama en la hipótesis de que llegara a la presidencia.
Dicho esto, este precandidato significa sin embargo un cambio que podría
resultar menos dañoso para el mundo que el que representan otros.
Tanto que en este momento la mayor curiosidad es ver cómo va
a tratar de frenarle el complejo militar-industrial-intelectual que
dirige realmente la política norteamericana: ¿matándole,
como a los Kennedy? ¿Echándole mierda encima, como se
ha hecho otras veces, antes de la convención del partido demócrata?
El lector no debe perder de vista la trayectoria de Obama, significativa
para comprender cómo funciona la dirección política
de la globalización. Veamos qué tipo de perdigonadas recibe.
Muere una soldado española en Afganistán
Una
chica gallega a quien se le ocurrió enrolarse y que fue a parar
a Afganistán ha muerto en un ataque a un convoy militar español.
Hay otros soldados heridos. Los militares españoles en Afganistán
no hacen funciones de Cruz Roja o de ONG. Forman parte de una fuerza
militar multinacional de la Otan que colabora con el ejército
invasor norteamericano, avalada por unas Naciones Unidas claudicantes
ante los hechos consumados. La verdad es la verdad, la diga Agamenón
o su porquero.
Hay
que lamentar la muerte de esa chica. Y hay que lamentar las muertes
de otras chicas y chicos de cualquiera de los dos bandos. La violencia
—la guerra, la ocupación militar— no soluciona nada:
además de segar vidas humanas, crea otros problemas adicionales
a los que había antes de ella. Las muertes de soldados españoles
en Afganistán son completamente inútiles y no tienen justificación.
Mueren para que los norteamericanos controlen el gas y el petróleo
de esa región del mundo.
Es
preciso salir de Afganistán. Nadie está allí en
nuestro nombre. Hay que obligar al gobierno a reconsiderar
—la educada palabreja es la que usa Llamazares— la presencia
española allí. No en Afganistán; no en nuestro
nombre.
Y
así las cosas, hay que preguntarse qué esperan las Plataformas
contra la Guerra para convocarnos a una gran manifestación por
esta causa. Qué esperan, sobre todo, para coordinarse —hasta
“confederalmente”, si se quiere— a lo ancho y a lo
largo del territorio español. ¿Acaso las frena el nacionalismo
de unos y otros? Sean cuales sean las diferencias políticas entre
personas, hay que estar por un saludable internacionalismo para las
cuestiones de la guerra y de la paz.
Tribunal Constitucional y Consejo del Poder Judicial
El
Tribunal Constitucional acaba de dejar en manos de la Iglesia los contratos
laborales de los profesores de religión. No llevar una vida acorde
con lo que los ayatollahs del catolicismo romano consideran correcto
podrá ser causa de despido.
Verdaderamente
el TC ha ido demasiado lejos. Su decisión no es la esperable
en un estado aconfesional y en una sociedad mayoritariamente laica,
y en todo caso pluralista en materia de creencias. Esta decisión,
junto con otras que la preceden en materias distintas, ha vuelto cuestionable,
si no la existencia de este organismo, sí, al menos, la forma
de su composición.
Los
“teóricos del derecho” dicen que el Tribunal Constitucional
es un “depositario del poder constituyente” de la soberanía
popular, lo que le autoriza a decidir la interpretación
de la constitución en el cambio social histórico. Y la
cuestión es que si esa alta institución detenta tal “depósito
de poder constituyente”, entonces lo correcto es que sus miembros,
quienes dan vida a la institución, en vez de ser elegidos por
el poder legislativo del estado lo sean por la propia soberanía
popular; entre elegibles técnicamente cualificados,
como ahora, pero conservando el pueblo soberano la capacidad de seleccionar
tomando en consideración sobre todo la ideología
política y social de los candidatos a jueces constitucionales.
El
sistema político norteamericano separa claramente los poderes
legislativo y ejecutivo del estado al disponer elecciones separadas
y en tiempos distintos para esas instituciones. Esa separación,
encaminada a dar mesura y equilibrio interno el poder estatal de los
Estados Unidos, debería ser imitada por nuestro sistema político.
Es preciso reclamar la elección directa por la ciudadanía
de los magistrados del Tribunal Constitucional, y a mayor abundamiento
de los vocales del Consejo General del Poder Judicial. Este último
preside un poder del estado con insuficiente legitimación democrática,
puesto que ese poder tiene una estructura funcionarial (es decir, en
lo esencial burocrática, no democrática), con débil
representación indirecta de la soberanía sobre su cúspide
a través de la institución parlamentaria. El escándalo
de la prolongación de los mandatos del Consejo del Poder Judicial
por el filibusterismo del PP a la hora de elegir a sus sustitutos debería
dar lugar a una acción inmediata por parte de los restantes grupos
parlamentarios; a una ley que impida tal situación escandalosa,
en el que un grupo político no mayoritario puede bloquear antidemocráticamente
la renovación de un órgano tan importante como el Consejo
General del Poder Judicial.
Con la Iglesia hemos topado
Verdaderamente,
llevamos la cruz. La cruz de pagar con nuestros impuestos los emolumentos
del clero católico, seamos o no creyentes. La cruz de financiarles
el negociete que se traen con la enseñanza. La cruz de que los
hechiceros tengan asignada hora de adoctrinamiento y proselitismo en
la enseñanza pública (no digamos en la privada): la famosa
“clase” —que no es una clase— de religión.
La cruz de escuchar insidias por los medios de masas que posee y dirige
la Conferencia Episcopal. La cruz de las misas retransmitidas por la
radio pública cada semana —¿no pueden hacerlo sus
propias emisoras?—. La cruz de mantener ejemplarmente la discriminación
contra las mujeres en su rebaño. Y además de esas cruces
y otras que no menciono, el escarnio de las cruzadas contra el uso del
preservativo, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto...
por no hablar del tácito apoyo de purpurados tan eminentes como
Cañizares y Rouco, representativos y significativos de la deriva
de la iglesia española, al partido más derechista del
país.
Es
hora de exigir la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede (por usar
la denominación oficial) suscritos por el gobierno de Adolfo
Suárez hace casi treinta años, que la Iglesia española
ha incumplido por lo demás. Eso ha de estar en los programas
no reaccionarios de las próximas elecciones legislativas. Hasta
aquí hemos llegado y con la iglesia hemos topado.
El “escudo” de missiles norteamericano
El
complejo militar-industrial norteamericano quiere instalar un “escudo”
de missiles, cuyos sensores estarían naturalmente en Europa,
para protegerse de eventuales ataques a los Estados Unidos de no se
sabe quién. El “programa” no es sólo para
alimentar la industria de guerra: busca también y sobre todo
consolidar el poder militar y político USA sobre el mundo mundial.
Este armamentismo americano encuentra comprensión en algunos
regímenes europeos. La desmovilizada opinión pública
europea parece esperar, para protestar e intervenir, a que los esforzados
marines acaben echando abajo la puerta de su casa. Entretanto,
y hasta el día de hoy, Mr. Pesc no ha abierto la boca.
No
se me olvida: recordad a los secuestrados de Guantánamo también
este mes.
[Juan-Ramón
Capella]
La
biblioteca de Babel
Gerardo
Pisarello
Los derechos sociales y sus garantías.
Elementos para una reconstrucción
Madrid, Trotta, 2007. |
El proceso de globalización neoliberal de los últimos
treinta años ha comportado un paulatino vaciamiento normativo
de los derechos sociales —desde el derecho a la salud hasta
el derecho a la vivienda, pasando por el derecho a la educación
o a la asistencia social—. No resulta un fenómeno
ajeno a esta vulneración continuada la debilitada posición
que la cultura jurídico-política dominante asigna
a los derechos sociales en la mayoría de los ordenamientos
jurídicos.
Convencido
de ello, Gerardo Pisarello se propone en este libro desvelar los
“mitos” o perjuicios ideológicos en que se
asienta esta percepción dominante de los derechos sociales
y ofrece desde una perspectiva explícitamente garantista
y democrática-participativa |
una lectura alternativa de los mismos. En concreto, la crítica
al mainstream jurídico-político en esta
materia se aborda desde cuatro perspectivas diferentes: histórica,
filosófico-normativa, teórico-jurídica
y dogmática-constitucional. En los cuatro niveles de
análisis el autor se desenvuelve con gran competencia
hasta el punto de pasar desapercibidas sus inevitables preferencias.
De hecho, no creo dejarme llevar sólo por la amistad
si afirmo que se trata de una reflexión sólida
y madura, donde el conocimiento de la materia, el rigor y la
claridad expositiva se aunan de un modo fecundo, difícil
de encontrar en el ámbito de la reflexión jurídica
que produce sólitamente la academia.
[Xavier
Pedrol]
|
Nicanor
Parra
Obras Completas & algo †, vol.I (1935-1972)
Círculo de lectores/Galaxia Gutemberg, Barcelona, 2007. |
Vale
la pena en estos tiempos, en tantos aspectos sombríos y
propensos al desánimo para la izquierda social, no dejar
que acaben con nuestro sentido del humor. Es virtud revolucionaria
indispensable y lamentablemente demasiado a menudo descuidada,
¡ay!, por cosas más importantes. Fuera sólo
por ello —aunque podrían alegarse no pocos más
buenos motivos— unas páginas de lectura, cada día,
antes de acostarse, de la (anti)poesía de Nicanor Parra
resultan altamente recomendables. Para todos representa una saludable
prevención, y para los amigos —si es el caso—
o simplemente conocidos seriosolemnes, siemprecabreados o ceñofruncidoseternos
—que seguro alguno hay— una inmejorable medicina.
Tomad nota, pues, no dejéis de leerla y aconsejadla.
El desenmascaramiento de hipocresías y falsedades,
la irreverencia respecto los idola tribu y la crítica
implacable de las “instituciones apolilladas” del
estado y de la Iglesia, (actitudes, hoy como ayer, tan necesarias)
se unen, siempre con ironía desmitificadora en pos de la
fuerza liberadora de la risa, en este primer volumen de sus Obras
Completas, que contiene su famoso libro de 1954 Poemas y antipoemas
junto con otros menos conocidos y de difícil acceso.
|
Como
aperitivo y muestra de este talante valgan —incluso sin
su acompañamiento gráfico— estos artefactos,
que apuntan a varios de los temas más recurrentes en
su poesía: en primer lugar, cómo no, la antipoesía
(“antipoesía: máscara contra los gases asfixiantes”,
p. 462), y la independencia del poeta (“Hasta cuándo
siguen fregando la cachimba / Yo no soy derechista ni izquierdista
/ Yo simplemente rompo con todo”, p. 327); o el sexo (“KAPUT:
en mi delirio sólo veo catástrofes y fantasías
de orden sexual”, p.371) y la religión (“QUO
VADIS NICANOR? A quemar la zarza, a ver si se nos aparece Dios”,
p.364); o, en fin —¿qué otro fin podría
ser?—, la muerte (“la muerte es un hábito
colectivo”, p.373).
El
volumen, cuidadosamente editado y supervisado por el propio
autor, que hasta cumplidos los noventa fue muy reacio a permitir
esta empresa —en el caso del poeta chileno nada sencilla
por lo demás—, cuenta con un breve prefacio de
Harold Bloom, una larga introducción de Niall Binns y
un prólogo de Federico Schopf, además de una cronología,
un índice de primeros versos y una minuciosa tabla de
contenidos. Una única contraindicación cabe señalar
para quienes han de madrugar: que sin daros cuenta os den la
una y media de la noche y con la luz encendida.
[X.
P.]
|
Foro
de webs
HUMAN
RIGHTS WATCH
Web:
www.hrw.org
Pág. en español: hrw.org/spanish/
Human
Rights Watch realiza investigaciones sobre violaciones a los derechos
humanos en más de setenta países de todo el mundo, con
particular atención a las prácticas de gobiernos de cualquier
tendencia política, carácter étnico u orientación
religiosa. Se ha convertido en una fuente esencial de información
para aquellas personas e instituciones interesadas en derechos humanos,
tomando el derecho internacional humanitario como pauta evaluar la conducta
de las partes en conflictos armados de carácter interno o internacional.
La
página Web de HRW informa que ésta tiene su origen en
1978 con la creación de su división Helsinki, contando
hoy en día con cinco divisiones regionales que se ocupan de Africa,
las Américas, Asia, el Oriente Medio y Europa. HRW también
cuenta con tres divisiones de estudios temáticos, sobre tráfico
de armas, derechos del niño, y derechos de la mujer. Tiene oficinas
en Washington, D.C., Nueva York, Los Angeles, Londres, Bruselas, Moscú,
Dushanbe y Hong Kong. HRW es una organización independiente y
no gubernamental financiada mediante contribuciones individuales y de
fundaciones privadas provenientes de todo el mundo. No acepta fondos
gubernamentales directa o indirectamente.
Último Informe de HRW
El
informe “Ghost Prisoner: Two Years in Secret CIA Detention”
(“El prisionero fantasma: dos años detenido en secreto
por la CIA”, descargable en lengua inglesa: http://hrw.org/reports/2007/us0207/us0207web.pdf
), de 27 de febrero de 2007, contiene la descripción detallada
de una prisión secreta de la CIA por un ex-prisionero palestino
puesto en libertad el año pasado.
Human
Rights Watch ha enviado una carta pública a George W. Bush solicitándole
información sobre el destino y el paradero de los detenidos “desaparecidos”
que en algún momento estuvieron en poder de la Agencia Central
de Inteligencia. La carta
contiene dos listas con 38 personas de las que HRW tiene evidencias
o indicios de su confinamiento en las prisiones de la CIA y cuyo paradero
actual se desconoce.
Revista
mientras tanto
Contenido del número
100
mientras
tanto
BCCBBHBCCBBBCBBBCBBBBCCB |
Otoño
2006
100
CARTA
DE LA REDACCIÓN
Los cien primeros números de mientras tanto
ARTÍCULOS
UN CUARTO DE SIGLO DESPUÉS. DEL COMPÁS DE ESPERA
A UNA NEBULOSA INCIERTA
Miguel Candel
TIEMPO DE CONTRARREVOLUCIÓN
Juan-Ramón
Capella
SOCIALISMO Y ALTERNATIVAS AL CAPITALISMO. SUGERENCIAS PARA EL
DEBATE
Albert Recio
¿CUÁL ES LA HERENCIA Y CUÁL ES EL FUTURO
DEL ECOLOGISMO?
Joaquim Sempere
POR UN ECOLOGISMO DE LA RAZÓN
Ladislao Martínez
POR QUÉ LUCHAR
Jorge Riechmann
LAS FLAQUEZAS DEL CONSENSO AMBIENTALISTA Y EL DILEMA DEL ECOLOGISMO
Ernest García
TRABAJO PRODUCTIVO/REPRODUCTIVO, POBREZA, Y LA GLOBALIZACIÓN
DE LA REPRODUCCIÓN
Lourdes Benería
HUNGRÍA EN 1956: LOS LÍMITES DE LA DESESTALINIZACIÓN
Josep Fontana
RESEÑA
828, modelo para armar. A propósito de la historia cultural
rusa
por Josep Torrell
CITA
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mientras
tanto bitartean mientras tanto mentrestant
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Contenido del número
101
mientras
tanto
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Invierno
2007
101
NOTAS
EDITORIALES
El proyecto de Ley de Memoria histórica
Quim Sempere
Corrupción
y delincuencia económica
Albert Recio
ARTÍCULOS
LAS RAZONES DEL TERRORISMO ‘GLOBAL’
Danilo Zolo
CÉSARES AMERICANOS Y CATONES ISLÁMICOS
Domenico
Losurdo
ESTADOS UNIDOS SABE MATAR, PERO MATA MEJOR CON BOMBAS DE URANIO
Ernesto Carmona
LAS OTRAS VIOLENCIAS EN EL MUNDO, UN RETO PARA EL MOVIMIENTO
POR LA PAZ
Tica Font
LA GRAN MURALLA. ALGUNAS TESIS SOBRE EL CAPITALISMO GLOBALIZADO
EN CHINA
Ángel Zaragoza
EL VIETNAM HACIA DENTRO
Giaime Pala
SOBERANÍA ALIMENTARIA
Ernest Cañada
SOBRE LA PENA DE MUERTE
Karl Marx
DOCUMENTO
CÓMO DESMONTAR LOS CUATRO PILARES DEL NEOLIBERALISMO
Y CON QUÉ SUSTITUIRLOS
Discurso de Álvaro García Linera
CITA
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tanto bitartean mientras tanto mentrestant
BCCBBHBCCBBBCBBBCBBBBCCB
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