Chernóbyl y la
ceguera tecnolátrica
Se ha dicho y repetido que el
comunismo ha fracasado. Pero ¿no ha fracasado también el capitalismo?
¿Se puede considerar éxito el de un sistema socioeconómico que conduce a
un mundo terriblemente injusto, cosifica el ser humano, aumenta unas
desigualdades ya escandalosas, fomenta la guerra, depreda la naturaleza
y aumenta la inseguridad?
Tal vez haya que cambiar el punto
de vista. Con la revolución tecnológica e industrial, los seres humanos
hemos inaugurado un nuevo metabolismo con la naturaleza lleno de
riesgos, y todavía no hemos aprendido a gobernar adecuadamente los
nuevos medios técnicos ni a aprovechar correctamente el potencial
liberador de la técnica. El industrialismo nació en una sociedad
donde la propiedad privada de los medios de producción y el hallazgo de
fuentes energéticas abundantes incentivaron un incremento espectacular
de la dominación humana sobre las fuerzas naturales, con grandes
acumulaciones de riqueza, explotación laboral de millones de personas y
aumento de las apetencias de las poblaciones. El socialismo trató de
sujetar a un control racional y consciente estas fuerzas recién
liberadas, en un marco de mayor equidad. Pero no se dio cuenta de la
peligrosa destructividad del industrialismo ni asumió —desarrollándolas—
las conquistas anteriores en materia de libertades civiles y políticas y
de derechos humanos. El resultado de los experimentos socialistas del
siglo XX fue desastroso. Pero el resultado del capitalismo lo está
siendo también.
Hoy estamos atrapados en este
doble fracaso, que tiene mucho que ver con la incapacidad mencionada
para gestionar el progreso técnico y ponerlo al servicio de la vida
humana. Además, y desde hace más de medio siglo, el industrialismo entró
en una fase nueva: la era nuclear. La era nuclear tiene ya dos
hitos históricos: las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki (1945) y
el accidente del reactor nuclear de Chernóbyl (1986). La nueva era de la
humanidad se caracteriza por la posibilidad de pensar lo impensable: la
autodestrucción de la humanidad.
Chernóbyl es un símbolo: el
símbolo más extremo de unos desarrollos técnicos antagónicos con la
vida. Las imágenes y los relatos del accidente del 26 de abril de 1986 y
de sus secuelas hablan por sí solos. Los hospitales donde reciben
atención los niños víctimas de las radiaciones (con horribles
malformaciones y minusvalías genéticas) hablan también por sí solos. Nos
interpelan a bocajarro: ¿queréis de verdad proseguir esta y otras líneas
de desarrollo técnico aun a riesgo de que se repita este
horror?
No nos engañemos: la respuesta
dominante, por ahora, es SÍ. Después de 20 años de moratoria nuclear en
Occidente, Finlandia está construyendo ya una nueva central y Francia ha
aprobado otra más. En países como Pakistán, la India, China, Irán y
otros no ha habido ni siquiera moratoria. La inminente escasez de
petróleo está dando nuevos argumentos a los pronucleares. El 20
aniversario del accidente de Chernóbyl ha puesto en evidencia la
tentativa generalizada de ocultar la gravedad del accidente y de hurtar
el debate público necesario. Los cálculos oficiales de organismos de la
ONU hablan de 4.000 muertes, pero otros cálculos las sitúan muy por
encima de los 10.000, a lo que hay que añadir los cientos de miles de
enfermos, las mutaciones genéticas en niños nacidos de padres
irradiados, la superficie de 175.000 km2 contaminados, las decenas de
miles de desplazados. Nunca se sabrá con seguridad el número de muertos
y enfermos debido a la insidiosidad del invisible peligro
radioactivo. Sin embargo, entidades que van de la OIEA hasta la OMS
contribuyen al muro de silencio sobre los daños. La verdad es otra de
las víctimas de la industria nuclear.
La locura biocida se impone. Se
están planeando inversiones multimillonarias para aplazar unos pocos
años la agonía de las energías fósiles y para ensanchar el parque de
centrales nucleares. Nadie parece plantearse que los recursos
disponibles estarían mejor empleados en energías solares renovables y
limpias. Nadie parece plantearse la conveniencia de promover la
eficiencia y el ahorro energético y de evitar el absurdo despilfarro
energético para finalidades banales o perfectamente prescindibles. Nadie
parece plantearse la necesidad de reducir el abuso de transporte con que
vivimos. La furia tecnolátrica y biocida tiene dominados a cientos de
millones de personas en el mundo, dispuestas a aceptar la cara más
horrible de la enfermedad y el dolor autoinfligidos, a cambio de poder
vivir en megalópolis desbordantes de luz y movimiento. En Rusia, pese a
la proximidad de Chernóbyl, sólo un 19% rechaza las centrales nucleares.
En la última campaña electoral catalana, Duran i Lleida enardecía a sus
huestes con un argumento aplastante contra los partidarios de cerrar las
nucleares: “¿Acaso vamos a alumbrar el estadio del Barça con velas?”. La
memoria de este personaje es tan corta que ya ni se acuerda que cuando
él era un adolescente el estadio del Barça se alumbraba gratuitamente
con luz solar, ya que los partidos se hacían los sábados y domingos
durante el día. Es una buena muestra de la falta de imaginación con que
se aborda el problema de la escasez de energía.
Los campos de exterminio nazis,
convertidos en museos, reciben visitas de miles de personas que pueden
hacerse una idea más tangible del Holocausto. ¿Habrá que organizar
visitas al sarcófago de Chernóbyl y al hospicio de niños mutantes para
partidarios de la energía nuclear? Probablemente no bastaría. La
humanidad ha crecido desafiando el riesgo, y algunos no se han percatado
de que el riesgo mayor de la era nuclear tiene una dimensión
completamente nueva respecto del riesgo tradicional. No se pueden
aplicar las categorías morales homéricas o el espíritu de sacrificio de
los modernos inventores o luchadores por la libertad a los riesgos que
amenazan colectivamente a la salud de miles de personas o al genoma
humano —riesgos sin correspondencia con las decisiones individuales de
sus posibles víctimas, y que además pueden extenderse a las generaciones
futuras—. Ignorar todo esto revela una quiebra moral
completa.
Una nueva concepción del riesgo
forma parte del proyecto pendiente consistente en formular y llevar a la
práctica un modelo de sociedad capaz de planear, gestionar, organizar y
aplicar las mejoras técnicas en beneficio de los seres humanos y de la
vida en general sobre el planeta. ¿Será esto posible? Ocurre ya, como
dijo Hannah Arendt, que no somos capaces de comprender cosas que ya
somos capaces de hacer. En tal caso, estamos condenados a ser “juguetes
y esclavos no tanto de nuestras máquinas como de nuestros conocimientos
prácticos, seres descerebrados a merced de todos los artefactos
técnicamente posibles, por mortíferos que sean”. Ahí está el reto que el
aniversario de Chernóbyl nos recuerda.
[Joaquim
Sempere]
Marbella no es
una anécdota
Marbella vuelve a ser portada
mediática por su política municipal. El enésimo escándalo ha puesto en
evidencia la ingente cantidad de recursos que pueden atesorarse cuando
se combina acción pública y especulación inmobiliaria. La investigación
que ha llevado a la cárcel al tercer equipo municipal sucesivo parece
haber llegado más a fondo que nunca. Pero el caso de Marbella no puede
quedar en simple anécdota, en la historia de una banda mafiosa
organizada alrededor del fallecido Jesús Gil. Más que una anécdota, es
un símbolo del modelo de desarrollo del capitalismo español en general y
del de la última década en particular. Ésta en la que el país se ha
caracterizado por un crecimiento más intenso que el de nuestro entorno y
que ha permitido alimentar ilusiones en torno a la desaparición del
desempleo o el déficit público.
Sin duda, en la Costa del Sol este
modelo se presenta en estado puro: urbanismo desmesurado, desprecio
medioambiental, llegada masiva de inmigración de lujo, asentamiento de
mafias de todo tipo —blanqueadores de dinero, traficantes de armas,
etc.—, venalidad judicial y policial, gestión municipal depredadora...
La expansión del GIL a principios de la década anterior fue en gran
parte favorecida por una situación social en la que se combinaba un
elevado desempleo, con una estructura social de aluvión, con una
organización social escasa o nula y seducida por las promesas de riqueza
que ya estaban presentes en la zona. La misma historia marbellí, y la de
otros municipios vecinos, ha permitido mostrar que el GIL era la
expresión de un proceso social profundo, y no un agente político de
cambio. Las mismas situaciones se han repetido cuando ha cambiado el
color de los partidos en el poder o cuando los mismos individuos no han
tenido problemas para cambiar de etiqueta partidista.
Pero la Costa del Sol es sólo la
expresión más aguda de un modelo que ha acabado por dominar todo el
país. Éste se caracteriza en primer lugar por el predominio de la
actividad constructora como eje del crecimiento económico. En ningún
otro país tiene la construcción tanto peso en el PIB (más del doble que
en la mayoría de países de nuestro entorno) y en el empleo (según la EPA
del 4º trimestre del 2005 uno de cada cinco trabajadores masculinos está
ocupado en él, y contadas las mujeres el porcentaje supera el 12%). Su
crecimiento está asociado en buena medida al otro gran impulsor de la
actividad: el turismo. En segundo lugar, este modelo de crecimiento ha
permitido la creación de un número reducido de grandes grupos
empresariales que tienen en la construcción y la gestión de servicios
públicos su gran área de negocio. Básicamente, seis grandes empresas de
relevancia internacional: ACS, FCC, Acciona, Ferrovial, OHL y Sacyr
Vallehermoso, aunque detrás existe una segunda división más modesta pero
con notable presencia en algunas comunidades autónomas. Este sector es,
a la vez, el gran promotor de los faraónicos planes de infraestrucuras
(Plan Hidrológico, AVE, autovías) y de la externalización de servicios
públicos, pues tiene capacidad de controlar cualquiera de estos
procesos. El cuadro se completa con la elite de los grupos bancarios y
alguna otra empresa de servicios y montajes (Agbar, las eléctricas,
Repsol, Indra, Abengoa). En tercer lugar, se debe destacar la enorme
interrelación del negocio de estos grupos con la gestión pública:
concesiones, contratas, gestión de servicios, recalificaciones, planes
de inversión pública. La última moda es la gestión completa de
equipamientos (mantenimiento, seguridad, servicios auxiliares) por parte
de estas empresas mediante contratos de larga duración (20-30 años).
Pero los negocios generados son tan grandes que, al menos en el área
inmobiliaria, queda mucho espacio para la presencia de numerosos
especuladores que medran rápidamente.
La corrupción entendida en sentido
amplio es consustancial al modelo. Y toma formas diversas, desde el pago
de comisiones para ganar contratos hasta la evasión fiscal sistemática,
pasando por el lavado de dinero negro y las irregularidades
especulativas de todo tipo. No es casualidad que en la serie de
affaires que se están destapando en diversas poblaciones ya
hayan aparecido implicaciones de filiales de ACS (Dragados y Cobra en
Telde, Urbaser en Orihuela), FCC (en Telde) y Acciona (Necso en
Orihuela). Aunque suene a tópico, es sólo la punta del iceberg y una
situación que se repite cada cierto tiempo, como si de vez en cuando se
organizara una pequeña limpieza en el negocio (el mismo Florentino Pérez
accedió a la jefatura de OCP —una de las empresas que dio lugar a ACS—
cuando su anterior presidente, Jesús Roa, tuvo que dimitir por el pago
de comisiones a la Junta de Andalucía). En este contexto lo que debería
resultar obvio es la implicación de las grandes instituciones
financieras y una parte del sistema legal —abogacía, notarios, parte de
la judicatura— en este negocio. Sonroja que nos tomen por tontos cuando
quieren hacernos creer que la economía sumergida funciona totalmente
fuera del sistema bancario. ¿De donde salen si no los billetes de 500
euros que parece son la moneda de pago en estas transacciones? O,
¿podemos creer que los ingentes ingresos que se generan en estos asuntos
se guardan debajo del colchón? Además, parece de ilusos creer en la
sagacidad de estos tiburones para legalizar las redes de empresas
ficticias (que habitualmente se muestran cuando salta un Marbella, o un
KIO) sin contar con la colaboración activa de ilustres notarios,
registradores de la propiedad y una larga lista de asesores fiscales y
legales.
Marbella es un tumor. Pero el
cáncer está mucho más extendido. Los que aplaudían a la alcaldesa
detenida, o los que apoyan a alcaldes corruptos en muchas otras
localidades no son estúpidos o engañados. Se trata, en muchos casos, de
gente que ha sacado tajada, o cuando menos miajas, del modelo. Empleos,
negocietes, favores que son la otra cara de la gran corrupción, lo que
le da legitimidad y apoyo social. De hecho es el conjunto del país el
que han conseguido que dependa del modelo. Un país donde preocupa el
tema de la vivienda y pocos se preguntan cómo puede ser que sea tan cara
cuando en los tres últimos años se han construido más pisos que en Reino
Unido, Francia y Alemania juntos. Y donde pocos se preocupan del
incumplimiento de Kyoto y la degradación del espacio porque tener una
política ambiental seria va en contra del crecimiento y el
empleo.
Hay, eso sí, conciencia de los
peligros que el modelo engendra. En los ámbitos económico —dependencia
extrema de la construcción—, ambiental y político. Es posible que la
campaña anticorrupción que denota la proliferación de casos descubiertos
en lugares diversos sea consecuencia de que alguien en las alturas (por
ejemplo en el Gobierno) haya caído en la cuenta que nos podemos
descalabrar de la montaña rusa. Pero difícilmente el modelo se va a
cambiar, porque ello supondría a corto plazo un frenazo económico que
ningún gobierno quiere asumir. Y porque supondría también un
enfrentamiento directo con el núcleo central del capitalismo español,
cuya mala leche es atávica (como prueban los ataques que ha padecido la
Consellería de Medi Ambient i Habitatge de la Generalitat por proponer
moderados proyectos). Y si el modelo no cambia, la limpieza de Marbella
será sólo temporal.
Hay sectores sociales conscientes
de la insostenibilidad, injusticia e irracionalidad del modelo actual.
Pero nos faltan las fuerzas, y a menudo las ideas, para generar un
cambio. Quizás el primer paso es tomar conciencia de que estamos ante
una gran dependencia del modelo y que urge encontrar las medidas
paliativas y alternativas que ayuden a esta sociedad a
desengancharse.
[Albert Recio
Andreu]
Reales
Cordones
Cuando nació la
infanta Leonor, hija del príncipe Felipe y de su esposa Leticia, la
clínica que les atendió durante el parto les hizo una oferta: mandar
sangre del cordón umbilical de la criatura a un banco privado de Estados
Unidos. Los futuros reyes de España aceptaron sin poner
reparos.
Esta conducta es reprobable por
varios motivos. El primero de ellos es que se trata de un acto egoísta.
En España existen bancos públicos para este tipo de sangre. Por sus
especiales características sirve para realizar trasplantes en pacientes
que sufren dolencias como leucemias, ya que al ser una sangre rica en
células madre, favorece el proceso regenerador. Sólo es preciso que
donante y paciente sean compatibles. Por eso se estimula que se done
esta sangre en los partos, del mismo modo que se promueven las
donaciones de sangre corriente. Depositar la sangre del cordón umbilical
en un banco privado para uso propio es como guardar unos litros de la
propia sangre por si uno la necesita para una transfusión: un acto
esencialmente egoísta en un contexto en el que la regla general es la
donación desinteresada. De este modo, los príncipes han convertido a la
infanta Leonor en una especie de “polizón” moral: la niña podrá
aprovecharse de las donaciones de los demás, pero reservará para su uso
exclusivo la que le extrajeron a ella. ¡Todo un ejemplo de solidaridad
real!
El segundo motivo por el que esta
conducta es reprobable estriba en que los bancos privados de sangre
umbilical no estaban permitidos en España cuando se produjo el envío a
Estados Unidos. Los príncipes incurrieron así en una práctica
fraudulenta favorecida por la globalización y el “dumping biojurídico”:
hay países, como Estados Unidos en los que la legislación es más
permisiva (por ejemplo en materia de selección del sexo de los hijos) y
esa circunstancia permite montar negocios que no están permitidos en
otros países y atraer a los clientes de esos otros lugares. Es lo que
ocurre en el caso de los bancos privados de sangre: algo que no se puede
hacer en España sí pueden hacerlo las personas (ricas) en Estados
Unidos.
Esta vulneración de la ley no
sería más que una anécdota en caso de que la hubiese cometido otra
persona. De hecho ya existe una normativa europea que regula este tipo
de bancos y que debe ser introducida en nuestro país en breve. El
problema estriba en que quien la ha cometido no es cualquier
persona sino el futuro rey de España. Es decir, alguien que dentro de
pocos años representará a ese país en el extranjero, promulgará sus
leyes, mediará entre las altas instancias estatales y encarnará la
defensa de la Constitución y del Estado de Derecho. Y ¿cómo puede
aceptar un ciudadano español que una persona que ha vulnerado el derecho
cuando lo ha creído conveniente para sus intereses (o los de su hija),
pueda representar al Estado, al Derecho o a la Constitución
española?
Este es uno de los casos en que se
pone claramente de manifiesto la diferencia entre un régimen monárquico
y uno republicano. Un aspirante a la presidencia de la república que
hiciera una trampa de este calibre con el derecho de su país, sería
atacado de tal forma por sus rivales políticos y por la prensa que,
probablemente tendría que abandonar toda pretensión de llegar a ser
presidente. En cambio, aquí, nos tenemos que conformar con lo que hay,
porque al jefe del estado no lo elige el pueblo, sino los
espermatozoides de su real progenitor.
[José Antonio
Estévez]
Luna de
abril
República
Finalmente se ha conmemorado
modestamente un 14 de Abril, y ya aparecen gentes dispuestas a denigrar
a la República. Pero no mencionan sus lados sombríos: el Bienio Negro,
por ejemplo, o su final, cuando Besteiro y Casado dieron un golpe
anticomunista para rendir Madrid a Franco, en contra de la política de
Negrín y roja de aguantar y aguantar hasta el estallido de la guerra
mundial, que estaba en el aire, y aliarse entonces con las democracias.
Al traidor Besteiro le han dado boleta de prócer los intelectuales del
Psoe. Porque estamos en España, que decía el poeta.
Lo que importa ahora es la
Tercera, la República Soñada. No vendrá si sus símbolos no se
hacen visibles. Recuérdalo tú, recuérdalo a otros. O sea:
pásalo.
El gran
hermano
La Unión Europea se dispone a
gastar mil millones de euros anuales en tecnología de vigilancia y
control. Orwell ya es un profeta del pasado.
Tropas en
Afganistán
Se veía venir y ha ocurrido ya:
tiros contra las tropas españolas, y por tanto más tropas. Pero los
soldados están decorosamente en Afganistán: integrados en una misión
caritativa de la ONU que de paso da cobertura legal a los invasores
norteamericanos. ¿Por qué les pegarán tiros los afganos a las tropas
españolas, si solo protegen la recuperación del país? Y ¿no nos soltarán
más bombazos aquí los amigos de los desagradecidos
liberados? Si estás contra la guerra, también hay que estar
contra la guerra en Afganistán. Vivimos en la época de las “guerras
asimétricas”, llamadas ‘operaciones de pacificación’ por la prensa
libre.
Gran
guiñol
Maragall abre una crisis de
gobierno para aparentar que manda. Y le obsequian imponiéndole a
Vendrell el Recaudador. Iniciativa, inasequible al desaliento,
se mantiene impasible. Toca poder. Coloca a los suyos.
La estela cultural
del terrorismo
Los años de terrorismo han dejado
su poso cultural. Alguien descerebrado aporta unos incendios. El
Presidente de Navarra dice que “Hay que detener el proceso de paz”. Es
un presidente que quiere detener el proceso de paz. Una
eminencia, sí. En cambio Díaz Usabiaga, el capo del sindicalismo
abertzale, pide ahora que el Estado no detenga a nadie. Ínclito
sindicalista.
¿Votar tapándose la
nariz?
Pues mirad: yo ya no. Ya no más.
Votar el blanco es decirles simplemente que no es eso. Mejor moral sin
política que política sin moral.
Sociedad de la
Información
Los “expertos” nos lo repiten cada
día: vivimos en la sociedad de la información. Difusión instantánea de
la noticia: ha volcado un lanchón en Indonesia, descarrila un tren en la
Argentina. Sin embargo, nada, casi nada, sobre Iraq, salvo las
cotidianas explosiones. Nada de informes o entrevistas, como si ese país
no tuviera sus cineastas, sus escritores, sus historiadores, sus
profesores universitarios (por cierto: alguien los va matando). Mucha
opinión y nada de información. Lo que significa que la guerra sigue, que
hay dos bandos, que los americanos van a lo suyo, proteger oleoductos, y
que el caos no lo arregla nadie. Antes gobernaba un sátrapa asesino;
ahora, las hermanitas de la caridad de las barras y estrellas. Piezas
del museo arqueológico de Bagdad se subastan en Londres.
Córdoba: ejemplo y
contraejemplo
Córdoba ha sido siempre una de las
ciudades más bellas de España. Y tras más de veinte años de gobiernos
municipales de izquierda lo es mucho más. Los trabajos arqueológicos, la
remodelación de espacios, la apertura de nuevas plazas, fuentes y
jardines, la rehabilitación para uso público de viejos palacios y
conventos la han convertido en una joya. Córdoba es lo contrario de
Marbella: la especulación inmobiliaria se ha frenado en seco en la
ciudad, que crece con orden y sin romper la limitación de alturas en su
enorme y paseable parte antigua. Se impide la urbanización ilegal en la
Sierra cercana. Merece la pena, lector, una visita que será inolvidable.
Córdoba no es sólo, ni mucho menos, su maravillosa mezquita.
Pero ¡ah, la mezquita! Al viejo
vandalismo que destruyó parcialmente ese monumento para insertar en él
una anodina catedral cristiana —que hoy sólo produce tristeza y rabia—
se le ha añadido una ignominia nueva. Hasta no hace mucho se visitaba
sin más y gratuitamente, pero ahora el obispado, mediante unos conserjes
y unas taquillas, ha inventado el negocio del siglo. Entrar en la
mezquita, bautizada de catedral, vale 8 euros —1.331 pesetas—, y según
las publicaciones la visitan más de tres millones de personas al año. El
angelical cabildo catedralicio se embolsa así, por la cara, unos cuatro
mil millones de pesetas cada ejercicio. Para “culto y pastoral”, y
—dicen— “restauración”. ¡Restauración! ¿Van a irse con su catedral a
otra parte?
Acerquemos el día republicano de
secularizar todo eso, que es patrimonio nuestro.
[JRC, 27 de abril
2006]
LLamamiento internacional urgente para salvar a los
profesores iraquíes
Manifiesto y lista de
firmantes
IraqSolidaridad (http://www.iraqsolidaridad.org/),
10 de enero de 2006. Traducido del inglés para IraqSolidaridad por
Beatriz Morales. Actualizado: 28-03-06
Un aspecto poco conocido de la tragedia que asola Iraq es la
sistemática liquidación de los profesores del país. Aún siguiendo
cálculos conservadores, más de 250 docentes han sido asesinados y otros
muchos cientos han desaparecido. Con miles de ellos que huyen del país
por temor a perder la vida, Iraq no sólo está sufriendo una importante
fuga de cerebros sino que la clase profesional laica del país ?que se ha
negado a ser cooptada por la ocupación? está siendo diezmada, con las
trascendentes consecuencias que esto tiene para el futuro de Iraq. Ya el
14 de julio de 2004, el veterano corresponsal Robert Fisk indicaba desde
Iraq:
"El personal universitario sospecha que existe una campaña para
privar a Iraq de sus profesores, para completar la destrucción de la
identidad cultural del país que empezó en el momento en que el ejército
estadounidense entraba en Bagdad."
La oleada de asesinatos no parece partidista ni sectaria, y
tiene por objetivo tanto hombres como mujeres, y abarca todo la
extensión del país. Es indiscriminada en relación a las especialidades:
entre los muertos hay profesores de Geografía, Historia y Literatura
árabe, así como de Ciencias.
Según NN.UU. aproximadamente un 84% de las instituciones de
educación superior de Iraq ya han sido quemadas, saqueadas o destruidas.
El sistema educativo iraquí era uno de los mejores de la zona; uno de
los mayores logros del país era el buen nivel educativo de su
pueblo.
Esta situación es un reflejo de la ocupación en su conjunto: una
catástrofe de proporciones increíbles desplegada en un clima de
indiferencia criminal. Según el Derecho Humanitario internacional,
EE.UU., como poder ocupante, es el responsable último de la protección
de los ciudadanos iraquíes, incluyendo a sus profesores.
Con esta petición queremos romper el silencio.
- Hacemos un llamamiento a
las organizaciones que trabajan para hacer respetar o defender el
Derecho Humanitario internacional para que incluyan estos crímenes en
sus agendas.
- Pedimos que se emprenda
inmediatamente una investigación independiente internacional para probar
estos asesinatos extrajudiciales. Esta investigación deberá examinar
también el aspecto de la responsabilidad para identificar claramente a
los culpables de esta situación. Hacemos un llamamiento al relator
especial sobre Ejecuciones Sumarias del Alto Comisionado de Derechos
Humanos de Naciones Unidas de Ginebra para que actúe en tal
sentido.
Un llamamiento a
actuar para salvar a los profesores iraquíes
1. Hacemos un llamamiento a
todas las personas, especialmente a profesores y estudiantes, para que
ayuden a acabar con el silencio que rodea el actual crimen de asesinato
de los profesores iraquíes y la destrucción de la infraestructura
educativa iraquí, y a apoyar el derecho y esperanza de los profesores de
vivir en un Iraq independiente y democrático, libre de la ocupación y de
la hegemonía extranjera.
2. Urgimos a las
instituciones y organizaciones académicas a declarar su solidaridad con
sus colegas iraquíes.
3. Urgimos a los profesores
a forjar vínculos entre los educadores iraquíes, tanto en el exilio como
dentro de Iraq, y las universidades de todo el mundo.
4. Urgimos a las
organizaciones de estudiantes a establecer relaciones con las
organizaciones de estudiantes de Iraq.
5. Urgimos a los educadores
para que movilicen a sus colegas y ciudadanos preocupados para que
secunden la causa de la salvación de la riqueza intelectual iraquí
organizando seminarios, coloquios y forums acerca de la difícil
situación de los profesores iraquíes.
Los profesores e intelectuales del mundo deben actuar ahora para
salvar las vidas de sus colegas en Iraq.
Esta petición ha sido lanzada por el Tribunal Brussells
(Bélgica) en colaboración con la Campaña Estatal contra la Ocupación y
por la Soberanía de Iraq (CEOSI) y suscrita por la Sesiones portuguesa y
alemana del Tribunal Internacional sobre Iraq, el Comité Sueco contra la
Guerra e International Action Center (EEUU), así como por la
Asociación Internacional de Estudios sobre Oriente Medio (IAMES, en sus
siglas en inglés), la Asociación Alemana de Estudios sobre Oriente Medio
(DAVO, en sus siglas en alemán) y la Asociación Europea de Estudios
sobre Oriente Medio (ENRAMES, en sus siglas en inglés).
La Universidad Autónoma de Madrid, en el marco de la iniciativa
Tribunal Internacional sobre Iraq y en colaboración con la CEOSI,
albergará en abril de 2006 un seminario internacional sobre el asesinato
de docentes universitarios en Iraq.
Primeras
personalidades internacionales firmantes [selección]
Noam Chomsky, catedrático del Massachusetts
Institute of Technology, EEUU.; Tony Benn, ex
diputado laborista y presidente de Stop the War Coalition,
Reino Unido; Eduardo Galeano, escritor, Uruguay;
Hans von Sponeck, ex asistente del secretario general
de NNUU y director del programa "Petróleo por Alimentos" entre
1998-2000, Alemania; Howard Zinn, professor y escritor,
EEUU.; John Pilger, periodista y documentalista
cinematrográfico, Reino Unido/Australia; Curtis F. J.
Doebbler, jurista; François Houtart, director
de Tricontinental Center (Cetri), Bélgica); Immanuel
Wallerstein, catedrático de la Universidad de Yale, EEUU.;
Michel Chossudovsky, catedrático de Economía de la
Universidad de Ottawa y director del Centre for Research on
Globalization, Canadá; Raymond W. Baker,
presidente de IAMES (International Association of Middle East
Studies); Guenter Meyer, Centre for Research
on the Arab World, Universidad de of Mainz, Alemania; Tareq
Ismael, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de
Calgary, Reino Unido; Jan Fermon, abogado, Progress
Lawyers Network, Bélgica; Dahr Jamail, periodista,
EEUU; Bert De Belder, coordinador de Medical Aid
for the Third World, Bélgica. Los premios Nobel de Literatura de
2004 y 2005, John M. Coetzee (Sudáfrica) y
Harold Pinter (Reino Unido), respectivamente; la
escritora Naomi Klein (Canadá); Richard
Falk (catedrático de la Universidad de Princeton, EEUU); y
Tony Negri (catedrático de Teoria del Estado, Italia)
unen sus firmas en el manifiesto internacional en apoyo a los profesores
y profesoras iraquíes, que puede ser suscrito en el e-Mail de la CEOSI:
iraq@nodo50.org
La biblioteca de Babel
Guillermo Portilla Contreras Mutaciones del Leviatán. Legitimación de los nuevos
modelos penales Universidad Internacional de Andalucía-Akal, Madrid,
2005, 283 págs. |
Mutaciones del
Leviatan es un estudio crítico sobre la superación del modelo
penal garantista y el surgimiento de un nuevo sistema de
intervención penal de excepción. Este análisis se practica
mediante una colección de artículos organizados en tres grupos. El
libro comienza con el examen de la teoría de sistemas y otros
proyectos universalistas que legitiman la continua reafirmación de
los valores occidentales |
a
través de la neutralización de cualquier forma de disidencia moral;
continua con las consecuencias que estos planteamientos tienen sobre
el sistema penal: justifican la suspensión generalizada de las
garantías penales; culmina con la exposición de manifestaciones
concretas de este nuevo modelo de derecho penal y sus
características.
[Juan
Fuentes] |
José Luis Gordillo (coord.) La
protección de los bienes comunes de la humanidad. Un desafío para la
política y el derecho del siglo XXI Trotta,
Madrid, 2006, 157 págs. |
Es éste un libro de reflexión
y de confrontación. Reflexión moral, jurídica y política acerca de
cómo concebir, administrar y proteger los bienes comunes de la
humanidad. Confrontación frente al ‘ecologismo de libre mercado’ que
propone mercantilizarlos. La publicación reúne seis textos: “El
ecologismo de libre mercado”, de Maite Padilla, “Libre mercado
versus sostenibilidad”, de Roberto Bermejo, “La
auto-organización ecológica de las empresas: ¿un juego sin
conflictos y sin reglas?”, de François Ost, “¿Globalización del
comunismo? Huellas y deudas ecológicas”, de Enric Tello, “El fin de
la tragedia de los bienes
|
comunes”, de
Federico Aguilera y “El usufructo, un modelo para el derecho de uso
del patrimonio medioambiental”, de Jacques Sambon.
En el contexto
contemporáneo de crisis ecológica, este libro plantea –al tiempo que
ofrece análisis y propuestas– la necesidad de pensar los bienes en
común para poder mejorar la vida presente y futura en
común.
[Antonio
Madrid-Antonio
Giménez] |
Xavier Pedrol (ed.) Cornelius Castoriadis. Escritos
políticos Libros de la Catarata, Madrid, 2005, 157
págs. |
Castoriadis ha sido uno de los
pensadores contemporáneos más estimulantes, fundamentalmente por los
procesos de reflexión que su obra ha impulsado. Xavier Pedrol ha
seleccionado ocho textos que presentan una parte de su pensamiento
político. Acompañan a estos textos, una introducción y un listado
bibliográfico. En la introducción, se nos presenta al autor en su
contexto y se explica qué interés tiene leer hoy a Castoriadis.
|
Su escritura
busca dar respuesta a cuestiones fundamentales del filosofar
contemporáneo: la articulación entre individuo y sociedad, la
naturaleza del poder, o la institución de la democracia. Se trata de
una lectura de profundidad para la que Pedrol presta una guía en su
introducción.
[Antonio
Madrid] |
Francisco Medina 23F, la verdad Plaza & Janés, Barcelona, 2006. |
El 23-F, visto con la
distancia de los años, empieza a adoptar los contornos de la
verdadera “agenda oculta” de la transición. Vale la pena, pues,
atender a todo lo que se escriba sobre ese acontecimiento. El libro
de Medina no es el trabajo de un historiador profesional, sino una
crónica periodística (otra más, como buena parte de lo que se ha
publicado sobre este asunto). No obstante, ofrece algunos datos
nuevos y una visión de conjunto que tiene interés. Lo mejor: la
narración sobre la alegría con la que algunos de los próceres más
prominentes de la transición (Luis María Ansón, Alfonso Osorio,
Carlos Ferrer Salat, Manuel Fraga, Juan Carlos de Borbón, Enrique
Múgica, Felipe González, Gregorio Peces-Barba, Ramón Tamames, Miguel
Herrero de Miñón y otros) echaron la lengua a pacer durante el
verano, el otoño y el invierno de 1980. En comidas, cenas,
recepciones y reuniones muy selectas, unos y otros se sondearon
sobre su posible apoyo a un gobierno de concentración nacional
presidido por el General Armada (fiel servidor del rey desde que
|
éste
tenía 17 o 18 años). Al parecer, sólo Carrillo dijo radicalmente que
no. Lo peor del libro: Medina lo explica todo a partir de la
información que, supuestamente, le proporciona un “garganta
profunda” (como en el Watergate de Nixon) cuya identidad
nunca llega a desvelar. Sin embargo, lo que esa misteriosa fuente
explica no es tan diferente a lo que otros han contado en artículos,
libros y autobiografías. Y el retrato de grupo que se puede extraer
de todo ello no resulta, precisamente, muy favorable para los padres
de la actual Monarquía parlamentaria. Más bien induce a pensar que
entre éstos abundaron los que lo tenían claro desde el principio y
los toreros de salón que se las daban de grandes estrategas y, al
final, sólo resultaron ser unos arribistas engreídos, frívolos e
irresponsables.
[José Luis
Gordillo] |
AA.VV. El nuevo rostro del capitalismo. Rupturas y
continuidades en la economía-mundo (I) Monthly Review-Selecciones en castellano (nº4), Hacer y
Món-3, Barcelona, 2005. |
Monthly Review en castellano
cumple dos años con la aparición de su cuarto volumen, que incluye
los siguientes artículos: “El nuevo rostro del capitalismo:
crecimiento lento, excedente de capital y endeudamiento gigantesco”
(J. B. Foster, H. Magdoff), “La Nueva Economía: mito y realidad” (J.
B. Foster y H. Magdoff), “Las crisis gemelas del capitalismo:
económica y medioambiental” (F. Magdoff), “Capitalismo y ecología:
la naturaleza de la contradicción” (J. B. Foster), “Trabajadores
desechables: el ejercito de la reserva industrial en la actualidad”
(F. Magdoff y H. Magdoff), “El Cuarto Mundo: subdesarrollo endémico
en África” (S. Amin), |
“Argentina: programa para una recuperación económica
popular” (Economistas de Izquierda), “Talleres globales de
explotación salvaje: El caso de Reebook” (B. D’Mello), “El
imperialismo del arroz: la amenaza de la agroindustria a la
producción arrocera del Tercer Mundo” (M. Clement).
Y en homenaje al
reciente fallecimiento de Andre Gunder Frank se ha reeditado su
artículo clásico de 1966, “El desarrollo del subdesarrollo”, una
buena relectura ante los cambios que se vienen produciendo en
Latinoamérica.
[Joan Lara Amat y
León] |
Cine
André Téchiné Les temps qui changent Francia, 2005, 90’ (Otros tiempos, estreno : 7 de abril
de 2006). |
La nueva película de André
Téchiné nos sitúa ante un espejo que permite contemplar las
distancias entre la vida (personal, profesional) que tenemos y
nuestras verdaderas querencias. Los personajes se ven abocados a
decidir entre la conservación y la transgresión de la norma social
impuesta de vivir al día, que lleva a acomodar la conciencia a los
hechos |
consumados. El film conserva las constantes de la magnífica
filmografía de Téchiné, donde culturas, generaciones, clases y
gustos sexuales aparecen mezclados y enfrentados, poniendo de
relieve la problemática conformación de la propia
identidad.
[Antonio
Giménez] |
Foro
de Babel
Amnistía Internacional (sección
española) La discriminación, raíz de la violencia.
¡No a las leyes discriminatorias! 7 de marzo de 2006, http://www.memoriadelfuturo.org/ |
Informe de la sección española
de AI que alerta sobre las enormes brechas mundiales entre hombres y
mujeres propiciadas por legislaciones que siguen asumiendo la
desigualdad natural entre personas. Esto explica las numerosas
formas de violencia consentidas en un sistema aún mayoritariamente
patriarcal. Los avances en este sentido que se han dado en países
como el nuestro no deben servir para obviar la situación real en el
mundo. El informe subraya que la letra de los convenios |
internacionales al respecto no se traduce inmediatamente en
la práctica.
[Jessica
Bolancel]
Con orgullo, con
modestia y con gratitud
Manifiesto
reivindicativo de los valores del republicanismo español con motivo
del 75 aniversario de la proclamación de la II República. Texto y
adhesiones en http://www.memoriadelfuturo.org/ |
Revista mientras tanto
Contenido
del nº 97 Notas editoriales:
“Dilemas de la izquierda ante el debate estatutario”;
“Desconcierto y división de la izquierda en el debate estatutario”;
“Modesta contribución al debate sobre el Estatut”; “Autoritarismo de
escaparate en Barcelona”; “La revuelta de la banlieu: ¿dónde
está la izquierda?”. Semimonográfico: «Materiales para la memoria»:
Sergio Gálvez, "Las víctimas y la batalla por el derecho a la memoria:
la comisión interministerial para el estudio de la situación de las
víctimas de la guerra civil y el franquismo"; Jordi Borja, “Memoria
histórica y progreso democrático”; Xavier Doménech, "Espejo roto"; Jordi
Font, “Entre el souvenir memorial y la construcción de una historia
crítica de la memoria”; Ermengol Gassiot, “Arqueología forense de la
guerra civil: justicia y memoria de la represión fascista”; Artículos de Josep Torrell, “Mi
memoria del cine” y "Los muertos que vendrán"; Octavi Pellissa,
“¡Alemania, Alemania!”; y Giaime Pala, “Entre paternalismo e
igualitarismo”. El extremista
discreto. Cita.
Avance del nº
98 Notas editoriales:
“El clima de crispación
y enfrentamiento civil provocado por el PP dentro de la ofensiva
reaccionaria internacional”, “Comentarios a la ley de igualdad”.
Dossier sobre el
petróleo:
Textos de Quim Sempere, “Los riesgos y el potencial político de la
transición a la era post-petróleo”; Ernest García, “Del pico del
petróleo a las visiones de una sociedad post-fosilista”; Jordi Roca,
“Protocolo de Kioto y emisiones de gases invernadero en España”; Josep
Puig i Boix, “De los combustibles fósiles y nucleares a los sistemas
energéticos limpios y eficientes del siglo XXI”; Mariano Marzo, “El
hombre del hidrocarburo y el ocaso de la era del petróleo”; Eduardo
Giordano, “Economía política del petróleo y militarismo”; Greg Palast,
"La OPEP y la conquista económica de Irak". El extremista
discreto. Cita.
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