DICCIONARIO CRÍTICO DE CIENCIAS SOCIALES
Critical Dictionary of Social Sciences
Román Reyes (Dir)
Presentación | Intro · History
El
pensamiento es tarea de vagos y maleantes. Hay que saber perderse para
trazar un mapa: vagar por los márgenes y por el desierto,
fuera de las fortalezas en las que están encerrados la verdad, el bien
y la belleza. Sólo los nómadas descubren otros mundos. Hay que saber
pervertir la ley (jugar con ella) y a veces subvertirla (ponerla en
cuestión) para cambiar y/o quitar la ley: provocar malos pensamientos
en los bien-pensantes, asediar las sedes de la verdad, el bien
y la belleza. Sólo los malditos mejoran este mundo. [JESÚS
IBÁÑEZ]
EDICIÓN 2008
Diccionario
Crítico de Ciencias Sociales, Ed. Plaza y Valdés,
Madrid y México, ISBN 978-84-96780-14-9 (Co-Ed.
Universidad Complutense de Madrid).
Esta pretende ser una edición
completa de una obra compleja, por definición inacabada. Con 432 firmas
y 983 entradas, reedita los dos tomos anteriormente publicados (Ed.
Anthropos 1988 y 1991), con las actualizaciones que un significado
número de coautores ha hecho, asi como las entradas que desde entonces
se ha recibido o solicitado, equivalentes a un 50% de la obra. De estas
últimas se difunden aproximadamente un centenar en la edición
electrónica que la UCM viene ofreciendo desde
1999. Esta oferta recibe una media de 84.463 visitas/mes
(2008), con destacada procedencia desde dominios .com (.us) (32,13%),
.es (18,7%) y .mx (14,56%). Están representadas 92 instituciones
académico-investigadoras comunitarias y 29 de terceros paises.
En tanto que proyecto en
permanente actualización se mantienen entradas redactadas bajo
condiciones históricas, académicas y/o sociales diferentes que, en
ocasiones, nos ha recomendado duplicar algunas, con idéntica u otras
firmas. Es obvio que una obra con explícita voluntad de fragmento ha
estado abierta a cualquier colaboración que, respetando los principios
democráticos básicos y los derechos de personas y pueblos, así como un
mínimo de rigor científico, se nos ha hecho llegar.
El proyecto fue co-diseñado en
1986 por los profesores de la Universidad
Complutense de Madrid Jesús Ibáñez († 1992), quien fijó la
filosofía y estructura del mismo, y Román Reyes, quien asumiría su
dirección, a los que se sumaron, en calidad de asesores
extraordinarios, los profesores Manuel Sacristán († 1985),
de la Universidad de Barcelona, para el mundo de
habla hispana, y François Châtelet († 1985), dela
Universidad de Paris-Vincennes/Sorbonne, para el área europea
y de su influencia.
Con la colaboración de un
amplio y representativo Consejo Asesor se invita a intelectuales,
investigadores y profesionales de los campos más diversos y de
orientaciones teórico-metodológicas y políticas dispares,
tanto conocidos como por
conocer, con especial atención ajóvenes promesas.
No se les encarga la redacción de términos previamente seleccionados o
de contenidos pre-definidos. Se invita a participar y escribir
de/sobre lo que se cree saber o lo
que se quisiera transmitir, tenga o no relación con la
correspondiente ocupación habitual, si ello puede ser objeto de
tratamiento o referencia crítica. Las condiciones de fabricación de
entradas quedan, en consecuencia, subordinadas al tipo de interés que
cada invitado estime le corresponda al texto que redacte o a la lectura
que considere más correcta o deseable.
Sin renunciar a la dimensión o
voluntad académica que toda producción intelectual conlleva, ello
suponía, en un primer momento y más allá de cualquier academicismo,
asumir la existencia de lagunas o sesgos con
respecto a la expectativa que se generara y especialmente en relación
con los diccionarios convencionales, a los que no se pretendía
suplantar. Para ello ya se había previsto una inmediata compensaciónen
un por entonces programado Anexo.
En 1999 el proyecto, al que se
habían adscrito otros docentes e investigadores afines, se transforma
en Grupo de Investigación (UCM 940052, CAM 1391) asumiendo ahora el
nombre de Theoria. Proyecto Crítico de Ciencias
Sociales. Ese mismo año se crea uno de los órganos más
representativos del Grupo de Investigación, Nómadas.
Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas (ISSN
1578-6730), en cuya presentación se lee:
“Con la publicación
del Diccionario Crítico de Ciencias Sociales.
Terminología Científico-Social abrimos ahora las
puertas a otros analistas del lenguaje institucional, especialmente a
aquellos que, por su fidelidad a los principios básicos del pensamiento
libre y de la creatividad, no consiguen hacerse oír a través de los
canales de difusión y medios de promoción instituidos. A ellas y a
ellos ofertamos las páginas de esta publicación periódica, con la
esperanza de que sirvan de puntual y eficaz plataforma de diálogo. La
referencia, en estos tiempos de crisis, no puede ser otra: los retos
que los guardianes de la modernidad nos hacen, aventurados diseñadores
de modelos, pretendidamente globalizables, de formas de expresión,
estilos de vida y organización socio-cultural. (…)
La presente edición recoge
también los frutos de esta oferta, incorporando notables entradas de
coautores hasta ahora desconocidos y que aceptaron el riesgo de pensar
por sí mismos, sometiendo posteriormente a debate sus textos o
discursos a través de Nómadas. Quede
constancia, por tanto, de nuestro agradecimiento por la generosidad de
estos jóvenes, agradecimiento que, obviamente, hemos de renovar por la
fidelidad que hacia la obra han demostrado el resto de sus coautores.
No olvidamos, por último, a
nuestros lectores. La frecuencia de visitas que la edición on-line de
este Diccionario Crítico de Ciencias Socialesviene
recibiendo, tal como se destaca al comienzo, no puede interpretarse de
otra forma que como expresión de una amplia acogida y recurrente uso de
la obra. Gracias. Confiamos en compensar ahora, con esta edición
impresa, las expectativas que hemos generado. La Editorial
Plaza y Valdés ha asumido el reto, complicidad para la que no
encontramos las palabras de agradecimiento que se merece.
ROMAN
REYES,
Madrid, Septiembre del 2008
EDICIÓN
1991
Terminología
Cientítico-Social. Aproximación Crítica (Anexo), Anthropos
Ed. del Hombre, Barcelona, ISBN 84-7658-067-3 (Co-Ed.
Universidad Complutense de Madrid). Agotado
La Terminología se
complementa ahora con un Anexo.
En él se incluyen algunos términos que entonces se quedaron en el
tintero y otros cuya relevancia se ha ido poniendo de manifiesto a lo
largo del tiempo transcurrido. Una obra abierta y fragmentaria supone
dos riesgos para el editor. Como es abierta, nunca se termina: las
partes por describir son muchas más que las escritas. Como es
fragmentaria, se puede consumir en fragmentos: en vez de comprar el
libro, se fotocopian las partes que interesan en el momento. Anthropos
ha aceptado correr esos riesgos. Lo que no es extraño en esta
editorial. Probablemente, más que cualquier otra de nuestro país, se ha
esforzado en abrirse a nuevas ideas y a autores nuevos. Docto,
según su etimología, es el que repite lo que le han dicho sin cambiar
una letra. El que está empachado de erudición. Las editoriales que
apuestan por lo seguro sólo publican obras de doctos y para doctos, con
lo que evitan que se diga algo que no haya sido dicho. Cada obra se
parece a su anterior como un huevo a otro huevo. Anthropos apuesta por
el riesgo. Es decir: por el pensamiento.
La
vida y el pensamiento son sistemas abiertos que sólo se reproducen
renovándose sin cesar. Hay vías nómadas, que exploran el saber, y vías
sedentarias, que lo explotan. Las primeras inventan, las segundas
archivan lo inventado. Los que han redactado los términos de laTerminología y
del Anexo circulan por vías
nómadas. Gracias a su trabajo, el lector se puede enterar de los nuevos
inventos teóricos y metodológicos en ciencias sociales. La corriente
principal de la producción en ciencias sociales no está muy abierta a
lo nuevo. Por eso es urgente abrir ventanas al futuro en esos campos.
Esta obra abre tantas ventanas que el lector corre el peligro de un
resfirado mental. Al principio asusta, pero --como decía
Laing-- tenemos que empezar a aprender lo que hemos olvidado
y a desaprender lo que hemos aprendido.
La
obra en su conjunto constituye una enciclopedia. Leamos esta palabra al
pie de la letra. Enciclopedar es
poner el saber (paideia) en ciclo (Kiclos).
La idea ha sido lanzada por Morin: su Método es
la suma metodológica y epistemológica de nuestro tiempo. En el caso de
Morin, fue el escritor el que enciclopedó. En este caso, debe
enciclopedar el lector. Por eso es un error consumir la obra en
fragmentos. Pues, para extraer la sustancia de cada fragmento, hay que
enciclopedarlo con todos los otros fragmentos. El escribir en
fragmentos es un gesto de humildad del responsable de la
publicación, Román Reyes, y de los
autores que se han cobijado bajo su ala. Por otra parte, reconocen la
imposibilidad de una sistematización absoluta. Por otra parte, incitan
al lector a bricolar con los fragmentos, a una lectura activa y
productiva. Cada lector debe intentar su sistematización, una
sistematización relativa y reflexiva.
Heidegger
hablaba de la diferencia entre la técnica y la esencia de la técnica.
El modo de desvelamiento de la técnica es el dejar mostrarse o dejar
aparecer: dejar que las personas y las cosas desplieguen sus
virtualidades. Estos conceptos se corresponden: con los conceptos de
ciencias y técnicas sedentarias y nómadas, de Simondon; con los
conceptos de ingeniero y bricoleur, de
Lévi-Strauss. El ingeniero no se sale de su camino (de su
método), así le parta un rayo. Hay una
dominación absoluta del objeto por el sujeto. El bricoleur vaga
por fuera del camino: da una oportunidad al objeto. El ingeniero tiene
un plan prefijado, y a él se deben someter las personas y las cosas.
El bricoleur va haciendo su plan
a medida que procede. Ese plan tiene en cuenta las singularidades de
las personas (fuerza de trabajo) y de las cosas (materia prima).
Utiliza fragmentos. Desechos. El ingeniero hace que todas las
diferencias se asemejen (apuesta por el consenso). Elbricoleur hace
que todas las semejanzas difieran (apuesta por el disenso). Sólo
el bricoleur aumenta la
variedad. Y el imperativo categórico de Von Foerster es: "Obra de tal
modo que tu acción aumente la variedad en el mundo".
La
lectura de un libro no es sólo un acto de consumo. Es también, y sobre
todo, un acto de producción. Al hilo de la lectura, el lector construye
su propio pensamiento. Para lo que debe desconstruir el pensamiento del
escritor. Es más fácil de desconstruir un pensamiento fragmentario que
un pensamiento sistemático. Por todas estas razones, me parece más útil
una terminología heterogénea que un tratado homogéneo. Al menos, para
el lector que no quiere ser simple consumidor.
EDICIÓN 1988
Terminología
Cientítico-Social. Aproximación Crítica, Anthropos Ed. del
Hombre, Barcelona, ISBN 84-7658-261-7 (Co-Ed. Universidad Complutense
de Madrid). Agotado
No
es fácil presentar una obra de dimensiones y complejidad tales como la
nuestra sin riesgo de olvidar al hacerlo características
básicasque con mayor precisión pudieran definirla. Todas y
cada una de las áreas aquí recogidas --áreas, por cierto, de
difícil demarcación-- configuran nuestra Terminología como
una obra de referencia crítica, a tenor de las firmas que aparecen y
del tratamiento que de los respectivos términos en ella se hace. Nunca
nos propusimos ofertar un nuevo diccionario; sencillamente para no
aumentar la confusión y, sobre todo, porque los ya existentes cumplen,
a nuestro entender, adecuadamente su función. Creemos que esta
selección llena un espacio hasta ahora no ocupado, selección que en
ningún momento pretende ser ni exhaustiva en sus dimensiones ni cerrada
en las definiciones que pudieran aventurarse.
Esto
no es más que una invitación --tal vez,
provocación-- al diálogo, lo más generalizado posible, a
propósito de ciertas tesis que, mucho antes que excluyentes,
consideramos complementables a partir del registro crítico que de ellas
nuestros lectores hagan. Si hay algo quetodavía hoy sigue
preocupando a investigadores sociales es ese inevitable y temible
riesgo que corren al definir/delimitar el lenguaje que utilizan ante el
reiterado acecho del reduccionista de turno: la imprecisión y la
probabilidad --algo tan valioso en
este campo-- se vuelven para ellos prácticas/estilos peligrosos.
El hecho, a su vez, de que el campo de actuación de las diferentes
ciencias consideradas sociales no esté suficiente ni inequívocamente
parcelado, nos obliga a reiterados solapamientos y traspolaciones. Tal
vez esto sea la fuente de una referencia metodológicamente útil al
sentar con ello las bases para una deseable epistemología
compartida, garante de una determinada forma de ocupación
genuinamente científica. Es muy probable que para aquellos que
necesiten una visión global del
espacio que nuestraTerminología promete
--en el supuesto de que alguien pudiera ofrecerla-- la obra
resulte demasiado diluida, cuando no excesivamente sesgada.
Partimos
de una idea en desarrollo: siendo como es, única y compacta la
realidad --y especialmente la realidad considerada
social-- ésta, sin embargo, se nos muestra desde diferentes
ángulos y la recibimos desde posiciones teórico-vivenciales asimismo
diversas. Lejos estuvo de nuestro intento, en consecuencia, dar
razón de la totalidad, cuando de lo único que hemos
podido hablar es del simple registro --como tal, no
definitivo-- de las condiciones en que esa realidad se nos
manifiesta, así como de aquellos otros a través de los que la realidad
en cuestión se juzga. Si optamos por determinadas áreas de la
investigación --y por determinados términos dentro de esas
áreas--, excluyendo sin duda otras y obviando a su vez tratamientos
stándar de otros tantos conceptos sobre los que hay una mayor
coincidencia, acuerdo o consenso a la hora de definirlos, ello se debe,
en primer lugar, a la vigente parcelación académico-científica de los
saberes, al mayor o actual interés polémico de los términos
seleccionados, en segundo, y, en definitiva, a la prioridad que, al
redactar el término en cuestión y/o al sugerirlo, le haya concedido
cada uno de los aproximadamente 360 invitados. Hemos de subrayar, sin
embargo, que la mayoría de esos invitados --teóricos
adscritos a las más diversas escuelas, tendencias o estilos, de
nacionalidades múltiples y de consagración y/o
reconocible pretigio asimismo dispar-- han
contribuido --¡a lo largo de casi dos años!-- con
algo más de 300 originales.
Y
como nada queda definitivamente dicho --porque nos declaramos
enemigos de la definición, siempre y
cuando ésta no se considere un provocador/estimulador punto de
partida-- entendemos que, en tanto que obra
crítica, esta Terminología es
necesariamente y desde ahorauna obra
abierta: a las sugerencias de aquellos que, siendo firmas de referencia
obligada en nuestro más específico ámbito cultural,
no fueron incluidos. Las dimensiones de este proyecto conllevan graves
e imperdonables olvidos. A ellos pido mis disculpas, al tiempo que la
invitación les llega ahora especial y públicamente para una próxima y
ya prevista revisión. Por último, esta nuestra voluntad de apertura la
hacemos extensible a todos aquellos otros que, teniendo acceso a la
obra, deseen contribuir a lo que originariamente quisimos que fuera:
una aproximación crítica --por
tanto, en reconversión permanente-- a cierta terminología
científico-social.
Esta
obra, como otras de naturaleza similar, tiene una génesis que se
confunde necesariamente con la habitual ocupación de docentes
universitarios y, en especial, con la investigación de las ciencias
llamadas sociales y de su status científico-social y metodológico. Por
ello habría que agradecer a las precedentes generaciones sucesivas de
estudiantes la oportunidad que nos ofrecieron para
re-pensar/verificar en público lo
que tuvo su origen en la reflexión solitaria. Nos interesa hacerlo
constar explícitamente, ya que son esos lamentablemente inhabituales
procesos de objetivación los que garantizan/legitiman el deseable mayor
grado de objetividad posible que semejante creatividad pudiera generar.
Somos conscientes de que el viejo problema de
la interdisciplinariedad vuelve a plantearse aquí, convirtiéndose a
veces en objeto de tratamiento preferente. Ello habría que cargarlo en
el haber crítico de los diferentes enfoques --pluralidad que
conscientemente hemos admitido-- y a la mayor o menor
incidencia de éstos en los diversos modelos teóricos, paradigmas que,
en consecuencia, dejarían provisionalmente entre paréntesis a aquellos
otros que los negaran o simplemente cuestionaran. A propósito de
algunas entradas, es asimismno constatable un recurrente --y,
por ello, entiendo que peligroso-- recuestionamiento del
status de las ciencias a las que dicen adscribirse, en la medida en
que disciplinas cercanas puedan
influir.
Es,
no obstante, hoy cierto que ya se habla menos de disciplinas
académicas cuanto de aspectos generales de la
especificidad relevante y de tratamiento dispar en función del área de
conocimiento --áreas de determinación obligadamente
flexible-- desde la que esos aspectos se traten/procesen y
desde la comunidad científica que se ocupe del tema. Por otra parte, el
universitario actual y especialmente el estudioso de las así
catalogadas ciencias sociales se
encuentra con un corpus teórico
diluido, no suficientemente acotado y sujeto a vaivenes y revisiones
periódicas por lo que al contenido/referente o constante
semántica --académico/disciplinar-- de los términos
que lo integran se refiere. Siguen siendo, no obstante, útiles los
manuales stándar o los diccionarios más o menos acreditados y al uso,
como, desde la perspectiva del inquieto ciudadano de nuestros días, el
tener al alcance un micro/macroordenador simplifica --y, por
consiguiente, alivia-- notablemente su tensión
teórico-vivencial: controlar el saber que otros posean es, de alguna
manera, apropiarse de su poder. Ello, no obstante, nunca significa que
la duda --y antes que la duda, la confusión-- se
disipe con las tradicionales herramientas ampliamente
(des)acreditadas por/en --en
muchos casos-- sólo para la
Academia.
La
obra que presentamos está pensada no para suplantar textos
vigentes --el espíritu inquisitorial es
virtud/defecto de los otros--, sino para
que sirva de complemento crítico a los ya existentes. Algunos de los
conceptos --por nosotros considerados básicos--
pueden resultarextraños o forzadamente
integrables en el nuevo corpus que
ofertamos, si queremos --como así es nuestro
propósito-- salvar una cierta homogeneidad del producto y una
determinada utilidad para sus consumidores. En una Europa en la que la
heterodoxia ya casi es historia, nos aventuramos, por ello y a pesar de
ello, a publicar lo que para alguien sería la más provocadora
invitación a la pérdida, a la
dispersión --en un mundo ya demasiado perdido y disperso--:
no saben estos (pseudo)críticos de salón que, como Wittgenstein nos
recomendara, estamos convencidos de que el óptimo estado de ánimo al
que investigador/pensador alguno puede aspirar es aquel que provoca
reiteradamente la expresión ich kenne mich nicht aus.
Y no es que hayamos perdido totalmente la
referencia, porque en esta comprometida empresa se han
embarcado --a riesgo de que, precisamente por ello, no
consigan un sillón/cátedra en cualquiera de las dos
Academias-- no sólo conocidos pensadores y
consagrados/comprometidos críticos, sino que asimismo han ofrecido su
voz y su pluma más de un meritorioprincipiante
--que en esto se es hasta la muerte--, en todo caso, incansables y
anónimos estudiosos todavía-no-reconocidos como talesdesde la
ciudad de los intelectuales o desde la
comunidad de profesionales --ya
(auto/hétero)acreditados-- de la palabra.
Es,
sin embargo, significativo que de esas 202 firmas registradas, 68
pertenezcan a docentes/investigadores adscritos a la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de
Madrid. No en vano en esa Facultad nació el proyecto y a ello
contribuyó destacadamente y desde sus orígenes el profesor de la misma
Jesús Ibáñez. Y tal vez esto sea explicable porque, paradójicamente, en
un centro de ciencias sociales como el nuestro aún no ha habido lugar
ni tiempo para el acuerdo: sobre la
génesis, proceso de fijación y vigencia de las teorías
científico-sociales, en primer y obvio lugar, así como sobre la
paralela génesis y consecuente proceso de fijación de los
correspondientes métodos, dependientes en su validez de la vigencia de
esas teorías. Es tal vez éste un intento de utilidad generalizable:
poder antes aclararse los propios investigadores sociales para, en un
segundo momento, ofertar "ideas claras y distintas" a aquellos que
precisen de nuestro controvertido oficio. El proyecto, no obstante,
tuvo por suerte una proyección mucho más amplia, de lo que ya es
indicativo que aparezcan aquí 19 firmas de docentes/investigadores
adscritos a universidades/centros de investigación no españoles: una de
ellas, la del profesor de la UNAM Raúl Benítez Manaut
--cordinador del área "Latinoamérica"--, figura además en el Consejo
Asesor.
Sería
injusto cerrar esta presentación --y situados ya en el
capítulo de los agradecimientos-- sin recordar a los
desaparecidos François Châtelet, Manuel Sacristán y Enrique Tierno
Galván. Sus originales, a pesar de sus propósitos, no llegaron a
tiempo, aunque sí pruebas suficientes de su interés e ilusión por una
obra que tristemente aparece después de sus muertes. Sus
teorías --ellos que fueron grandes maestros, en el mejor y
más amplio sentido de la palabra-- están, no obstante,
oportunamente recogidas en algunos de los términos de esta obra, que
hemos deseado fuese prioritariamente crítica. Por último he de
agradecer a la Deutsche Forschungsgemeinschaft y
al Institut für Politische Wissenschaft de
la Universidad de Heidelberg, así como al profesor del Instituto de
referencia, Dieter Nohlen, la valiosa y puntual colaboración que me
prestaran. El Decanato actual de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociología de la Universidad Complutense tampoco dudó en apoyar
infraestructural y humanamente la iniciativa, por lo que he de hacer a
su vez extensivo mi agradecimiento a los miembros del mismo.
ROMAN
REYES,
Madrid, Junio de 1987
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