Román Reyes (Dir): Diccionario Crítico de Ciencias Sociales

Sujetos colectivos
Alfonso Valero
Equipo de Estudios, EDE, Madrid

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Desde una perspectiva estructural podemos definir la sociología en tanto ciencia en la que se instrumentaliza el conocimiento de las sociedades, que tiene como objeto tanto los sitemas sociales y su funcionamiento, como las poblaciones y colectivos sociales, sus actitudes, sus opiniones y sus formas de vida social. La introducción en el campo de actividad 'profesional' que acota y privatiza la sociología, de la cuestión del sujeto de conocimiento y del objeto conocido, traslada, una vez más, a su interior, problemas teóricos aparentemente saldados, o transferidos a otras instancias del conocimiento, la política, al centro de la teoría sociológica.

Ya desde su genealogía, y desde luego en el pensamiento dialéctico de Marx, se encuentra explícito el doble objetivo sociológico, por una parte el conocimiento de la sociedad capitalista, de sus estructuras, de su funcionamiento, de la naturaleza de las relaciones sociales que instaura el capitalismo, de sus contradicciones y antagonismos de clase, y por otra la producción de un proyecto de liberación/transformación de la sociedad, resolución de la contradicción principal entre burguesía y proletariado o negación de la negación según la aplicación del método dialéctico.

Para concebir y realizar la acción social del cambio revolucionario, le fué preciso a Marx, como hoy nos parece necesario para hacer sociología desde una posición dialéctica enfrentarnos con el problema del(os) sujeto(s) colectivo(s), un sujeto social de conocimiento que Marx produce en la representación como el sujeto colectivo 'clase obrera', en antagonismo con el que domina la contradicción principal del sistema capitalista, 'clase burguesa', sujeto colectivo emergente por la toma de conciencia de sus condiciones materiales y simbólicas de existencia, que actúa -en la representación- como elemento productor del cambio generando un comportamiento de sujeto histórico transformador.

La deformación teórica y práctica a que fué sometido el pensamiento de Marx dejó el campo libre a la isntitucionalización de los marxismos, a las vanguardias de clase, a los partidos, a los dirigentes..., cadena que evoca sustituciones de poder jerarquizadas de unos grupos por otros finalmente objetivados y actuantes en el sistema social, y a una praxis cuyas realizaciones nos llevan hasta los escombros del muro de Berlín, a los actuales procesos de 'aggionarmiento' hacia el capitalismo de los llamados paises socialistas, y en general a un proceso de reconversión ideológica de la izquierda marxista en los paises capitalistas.

Hoy como ayer, la sociología que se constituye desde una perspectiva dialéctiva, ensaya el conocimiento de los sistemas sociales por las poblaciones que los integran, para que sean éstas, con el conocimiento del medio social en el que viven, quienes directamente conozcan sus necesidades, conformen y manifiesten sus opiniones y actitudes, y puedan establecer sus estrategias de vida, alcanzando un estadio de libertad y de presencia democrática que hoy se empieza a considerar posible.

La vida de los individuos se realiza en la representación. A partir del poder que les es atribuido organizan su actividad social, crean asociaciones, sindicatos y partidos, estructuran la sociedad, y asumen como suyas las contradicciones sistémicas entre los roles y las distintas posiciones sociales que el sistema social atribuye a los individuos, estructuradas según desiguales atribuciones de poder.

El colectivo de profesores de un centro de enseñanza, un grupo de padres de alumnos, un colectivo determinado quiado por una afinidad o interés común que para alcanzarlo se asocian y se organizan, un movimiento social, un partido político, un sindicato de trabajadores, una asociación de vecinos, los vecinos de un Ayuntamiento etc. todos ellos son colectivos sociales conformados por "sujetos" que homogeneizados por sus posiciones en la estructura social por elementos y relaciones sociales comunes, son susceptibles de asociarse libremente para la defensa o conquista de unos intereses u objetivos, dotados en tanto instituidos de vida sistémica, su funcionamiento se encuentra normativizado y reglamentado en el nivel de la representación, y a él someten y ajustan su comportamiento el conjunto de sus miembros. Se identifican y se reconocen por las posiciones que ocupan en la estructura social, todos ellos tienen virtualmente la capacidad de actuar como sujetos colectivos que se ponen de acuerdo para llevar adelante un proceso de conocimiento pleno que incluya un proyecto alternativo y un plan de transformación del medio social. En tanto actúan como son nombrados y significados por el poder, estructurados en posiciones sociales jerarquizadas y desiguales están reproduciendo el poder sistémico.

En el sistema de enseñanza el tema planea a los ancho y a lo largo de su proceso de reforma: la comprensividad y la diversidad. Los procesos de homogeneización sobre especializaciones, que culminan en las enseñanzas profesionales situadas al final de los estudios y sancionadas por los títulos correspondientes, productores, quizá, de colectivos abstractos conformados por unidades competentes intercambiables en su integración como partes funcionales de sistemas constituidos en tanto sujetos de actividades económicas, en contraste, cuando no en contradicción, con el objetivo del Sistema de lograr el desarrollo pleno de la personalidad de los alumnos/as íntimamente unida a su diversidad y a su condición de sujetos y, a partir de ahí, la cooperación y la solidaridad como procesos de socialización (conformación de sujetos colectivos), colocan el tema en el centro mismo de los análisis y de las investigaciones sociales y educativas.

Otro ejemplo de análisis de colectivos que expresan la tensión en su comportamiento de actuar y conformarse como sujetos sociales son las 'escuelas de verano' promovidas por Movimientos de Renovación Pedagógica, que pueden considerarse como los sujetos colectivos de esas actividades 'escolares' dirigidas a los maestros/as y profesores/as.

Las "escuelas de verano" como actividad de renovación pedagógica de los MRP (sujetos colectivos de la actividad), sufren, después de la transición deomorática del país, una variación generalizada en sus actividades consolidándose como 'sistemas' y no como plataformas, cuyo objetivo es sobrevivir y crecer, de forma que paulatinamente ajustan sus ofertas a las demandas manifiestas en la matrícula, en las asistencias o ausencias y en el interés de sus alumnos/as, sacrificando la razón de sus sujetos teóricos, que así pierden su condición de sujetos a favor del 'sistema' producido que pasa a ser el sujeto colectivo real de esa actividad formativa.

Esto nos lleva a analizar el concepto de sujeto y el lugar desde el cual es posible la producción de sujetos colectivos. El significante sujeto referencia en el nivel de la representación a una relación de actividad entre un ente de poder y un objeto o medio que entran en una relación dialéctica de unidad inestable que se resuelve de forma favorable para quien ejerce la posición de sujeto en esa relación.

El término sujeto es pues el significante simbólico de un ser con capacidad de relacionarse con el medio, de conocerlo y de operar en él las transformaciones necesarias para sobrevivir. La virtualidad que ofrece la lengua como sistema simbólico para conocer y operar sobre el medio como resultado del registro de las representaciones simbólicas y de significación se manifiesta como el más potente instrumento de conocimiento y de poder al servicio de los miembros de las sociedades humanas y de los sistemas sociales en los que se organizan.

Esa capacidad virtual de todos los miembros de la sociedad de operar y apresar el medio para sobrevivir es concebible como resultado de un proceso itinerante, abierto y auto-reflexivo de conocimiento pleno que se inicia con la significación del medio desde la autorreferencia del sujeto que conoce, continua con la producción de un proyecto simbólico de transformación del medio para satisfacer las necesidades, un plan de trabajo para la realización del proyecto alternativo, y, por último, la ejecución del trabajo de acuerdo con un plan, incluidos los comportamientos transformadores del medio para modificarlo.

La perspectiva sociológica dialéctica resitúa la capacidad y la actividad de conocer en todos los sujetos al considerar que es este tipo de actividad el que distingue a nuestra especie de las precedentes. Ni la división social y técnica del trabajo, ni la distribución funcional de una población en la organización social, ni la divisón jerárquica justifica que se excluya a ningún miembro de la sociedad de su capacidad de conocer, en definitiva de su condición humana.

El poder (de conocimiento) que se expropia y atribuye, es pues, el constituyente del 'ser', y el proceso de expropiación/ atribución tiene que ver con el 'nosotros' con la nueva unidad fundante de la sociedad que impone al que vive la aparición del 'otro' en el medio en el que vive, ese otro que no puede ser consumido y que, por ello, hace imposible resolver sobre el 'uno mismo' (el que vive y del medio del que vive) la dualidad o contradicción dialéctica entre el 'ser' y el 'medio'. El conocimiento pleno como capacidad que distingue a la especie humana de las demás especies vivas, es la actualización virtual de ser libre. Del ejercicio de este poder nace, o puede nacer el acuerdo y la sociabilidad, de su expropación surge y se alimenta el poder social, la dominación y la explotación.

Al reclamar la reposición del lugar del sujeto para los miembros de los sistemas sociales y al fundamentar el desarrollo de la sociabilidad, la cooperación y la solidaridad como elementos necesarios para la producción de sujetos sociales que teniendo actualizada su capacidad de conocimiento pleno ejercen como sujetos colectivos sobre los sistemas sociales que se constituyen en objeto de su conocimiento, la relación entre los sujetos colectivos y las técnicas dialécticas es evidente, y la relación entre éstas y los procesos de democratización que alimentan pueden comprenderse como el objetivo último sobre el que se asienta la sociología dialéctica.

Ahora bien, el paso de objeto a sujeto no plantea sólo un cambio de posición, sino además la adquisición de una capacidad de poder. En el sistema social en que vivimos hay una expropiación de poder por el sistema, el poder que el sistema registra en los individuos no nace de su capacidad personal, sino que le es atribuido por la sociedad/institución en forma de derechos y obligaciones controlados por la misma. Podemos constatar la presencia de dos movimientos en los procesos de actualización del poder social que el sistema distribuye en sus miembros. Por una lado está la cadena ascendente de expropiación, cadena de la que se alimenta el poder sistémico. La cadena descendente de atribución desigual del poder desde el lugar sistémico donde reside en forma controlada de derechos y obligaciones que otorga e impone a las diferentes clases funcionales y a los miembros de las mismas, cadena que hace aparecer, en las relaciones entre las clases y en las relaciones entre sus miembros, elementos jerarquizados y antagónicos que son los que, en la práctica, instrumentalizan la cadena de expropiaciones.

En las sociedades democráticas el poder que ejercen los ciudadanos para elegir a sus representantes es un poder que les ha sido atribuido, enunciado por el discurso democrático sistémico que como "yo de la enunicación" adquiere el significado de que todo poder procede o reside en el pueblo o conjunto de ciudadanos (sujeto colectivo fundante en la representación del discurso democrático).

En todos los grupos sociales o sujetos colectivos que se han producido en la historia se han constituido sobre un elemento común dominante que permite reconocerlos: el patrimonio es dónde reside el poder y la ley y es desde donde el poder es atribuido a los miembros del grupo. El "contrato social" sobre el que se sostiene la democracia, un "nosotros" que se pretende constituido por un consenso libremente asumido por los miembros de la sociedad, oculta en su representación la barbarie que se mantiene desde sus orígenes, oculta la dura historia de la privatización del medio, una atribución de poder que conlleva la expropiación general del poder constituyente del ser, tanto a los excluidos del medio por la privatización, como a los favorecidos por la atribución.

El paso del 'yo' al 'nosotros' y por tanto la conformación de sujetos colectivos se entiende como un proceso de emancipación soial, adquiere el sentido de que los miembros de la sociedad recuperen la posición de sujetos que les corresponde, fundamentado en el interés de cada sujeto en conocer/transformar el medio poniendo en común el despliegue de sus capacidades plenas; la necesidad de llegar a acuerdos para alcanzar objetivos e intereses comunes que implican la acción y la motivación de más de un sujeto; el desarrollo de nuestra sociabilidad debería pues potenciar la necesidad permanente de llegar a acuerdos puntuales, según los intereses de cada sujeto; la conformación de un 'nosotros' singular/plural/singular, en su singular diversidad que hay que respetar y desarrollar para que cada uno alcance su plenitud, el objetivo de sobrervivir sobre el medio como guía para el desarrollo de la capacidad de ser sujetos y para establecer relaciones de cooperación, simétricas y rizomáticas con otros sujetos.

Las técnicas dialécticas, por la lógica y capacidades que despliegan, coadyuvan en la producción de procesos de emancipaión social al trabajar sobre las virtualidades de los individuos y de los procesos sociales. Si la encuesta es la técnica de investigación paradigmática en las distributivas, y el grupo de discusión en las estructurales, la asamblea es la técnica paradigmática de las metodologías dialécticas.

La asamblea como técnica sociológica es hoy una 'utopía', la experiencia histórica ha mostrado su fracaso como instrumento y organización social del conocimiento y de la tranformacion social. Hasta ahora la 'asamblea' ha servido para la legitimación de tomas de decisión sobre opciones alternativas producidas desde su exterioridad, generalmente por organizaciones o grupos sociales dotados de un funcionamiento sistémico, y, en el mejor de los casos, más allá de un comportamiento sancionador han sido objeto de una información producida y recibida desde la exterioridad. Tampoco puede decirse que haya sido ejemplar su funcionamiento, siempre ha estado atravesada por la relación vanguardias/masas, sustituyento y en el mejor de los casos legitimando la 'verdad' de las vanguardias.


THEORIA  | Proyecto Crítico de Ciencias Sociales - Universidad Complutense de Madrid