Román Reyes (Dir): Diccionario Crítico de Ciencias Sociales

Biotecnología  
 
M° Rosario Sánchez Morales
Universidad Nacional de Educación a Distancia

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En las sociedades más desarrolladas científica y técnicamente se encuentran pocos temas tan polémicos e inquietantes, tan controvertidos y perturbadores, como los derivados de las investigaciones en materia de Biotecnología y, a la delicada naturaleza de su contenido, hay que añadir el vertiginoso ritmo de su desarrollo.

Para delimitar el tema es necesario empezar por analizar lo que enciclopédicamente se entiende por Biotecnología. Esta ha sido definida como: "El conjunto de procesos industriales que implican el uso de los sistemas biológicos, aplicación de los principios de la ciencia y la ingeniería al tratamiento de materias por medio de agentes biológicos en la producción de bienes y servicios" o bien se la ha definido diciendo: "La Biotecnología es el fruto de los progresos contemporáneos de la biología molecular y la genética"

Por tanto, hablar de Biotecnología es discernir sobre dos objetos de estudio bien concretos y diferenciados, esto es:
1. Estudio, investigación y aplicaciones derivados del conocimiento y manipulación en células de origen animal y vegetal y
2. Estudio, investigación y aplicaciones que se desprenden del conocimiento y manipulación de células de origen humano e incluye tanto la genética aplicada en humanos como las modernas técnicas reproductivas.
 
APROXIMACION HISTORICA

1. Biotecnología no humana.- Posee una larga historia cuyos antecedentes hay que situar antes del 6.000 a.C. con el arte de la fermentación . Actividad ésta que persistirá con los egipcios 2.000 años más tarde. Sin embargo, y bajo la influencia del Islám, dejó de ser práctica común tanto en Egipto como en Irán. Posteriormente, en el siglo XIV d.C., se hizo corriente en muchas regiones del mundo la destilación de bebidas alcohólicas.

La segunda étapa biotecnológica se ubica, en el siglo XVII, con Antony von Leeuwenhoek (1632-1723) -descubridor del mundo microbiano- y, a partir de su muerte, el estudio de esta área del saber avanzó con lentitud hasta que en 1820 se logró mejorar la precisión de los microscopios. Mas hubo que esperar a Pasteur (1822-1895) y a la demostración de que todos los procesos de fermentación eran el resultado de la actividad microbiana  para que se sentasen las bases de la futura industria biotecnológica.

La tercera fase biotecnológica comenzó durante la segunda guerra mundial y su clave explicativa se encuentra en la figura de Fleming .

Una cuarta étapa coincide con los años setenta, en ella se adaptan los conocimientos sobre el origen de la vida a la producción de fármacos y sustancias naturales escasas, así como a la mejora de los métodos usados en la ganadería y la agricultura. En el año 1977, se estableció la primera empresa de Ingeniería genética del mundo (Genentech) y en 1982 se crea la primera fábrica biotecnológica diseñada para la producción de insulina humana. Estas nuevas empresas representan  para occidente una nueva era industrial y su creciente desarrollo depende de la alta tecnología )

2. Técnicas de reproducción asistida e Ingeniería genética.- Las modernas técnicas reproductivas hemos de considerarlas como netamente contemporáneas. Sin embargo, sus orígenes se remontan a unos cuantos siglos atrás. Una primera étapa, situada entre lo real y lo imaginario, nos permite emplazar el origen de la inseminación artificial en los pueblos babilónicos y árabes, al practicar la polinización en palmeras . Dentro de ese período otra fecha a tener en consideración, es el año 1322, en el que un árabe de Daifure consiguió inseminar a una yegua con esperma de un semental, acto que culminó con el nacimiento de un potro  y, coincidiendo con el final del siglo XVII, hallamos los primeros casos verificables, realizados por Malpighi y Bibbiena, al intentar fecundar huevas de gusano de seda. En el siglo XVIII, Elkhein y Jacobi probaron la realización de esta misma práctica con truchas y pájaros. En España  parece que el primer intento con seres humanos tiene lugar en el siglo XV. Marañón recoge de Munzer, en su Itinerarium por España y Portugal (1494-1495), la forma en la que los médicos españoles llevaron a cabo cierta manipulación en la reina doña Juana de Portugal, segunda esposa de Enrique IV, a la que le aplicaron, aunque sin éxito, esperma de éste . De gran importancia deben ser consideradas las prácticas realizadas por el abate naturalista Spallanzini (1779), pues consiguió, con éxito, inseminar a una perra de raza babets, la cual parió tres crías.

Un segundo período, que corresponde a la primitiva fase experimental en humanos, se inicia en 1785, fecha en la cual Thouret, decano de la facultad de medicina de París, logró fecundar a su estéril mujer con la ayuda de una inyección intravaginal e introduciéndole su propio semen . Más tarde, en 1791, el cirujano inglés Hunter consiguió fecundar a la mujer de un lord. Hasta 1823 no renació un nuevo interés científico hacia este tipo de prácticas y las nuevas experiencias fueron recogidas por Girault, quien publicó doce observaciones sobre inseminación, relativas a veintisiete casos, en las cuales se consiguieron resultados positivos para ocho de ellos y en uno un embarazo gemelar. Es en este momento cuando ya podemos hablar del inicio de una etapa en la que la finalidad perseguida era de tipo terapéutico, tal y como hoy lo entendemos. Por otra parte, conviene mencionar las investigaciones de Mendel (1822-1884), quien, con sus trabajos, sentó las bases de los modernos estudios genéticos. A mediados del siglo XIX se realizaron en España las primeras prácticas y las llevó a cabo el catedrático de obstetricia de la facultad de medicina de Valencia, Dr. Sancho Martín, el cual presentó un aparato, por él ideado, para la realización de las inseminaciones. En 1876, Gerard dio a conocer setenta y dos operaciones, de las cuales cuarenta finalizaron con resultados positivos.

Por tanto, puede afirmarse que, a pesar de los reparos de índole moral y jurídica, propios de la época, la inseminación artificial, al final del siglo XIX, se encontraba en un estado de avanzado desarrollo, hecho que favoreció las investigaciones sobre los orígenes de la vida, las cuales evolucionaron progresivamente, de tal modo que, en 1860, permitieron a Pasteur demostrar que un material misterioso, latente, convertía la "materia muerta" en "vida" nueva . Una aportación muy importante fue la de Darwin, el cual postuló que distintos tejidos y órganos del cuerpo desprendían diminutos gránulos o "gémulas", los cuales se multiplicaban y formaban minúsculas copias de sus tejidos originales . Otra aportación importante de la época fue la de August Weismann, quien, en 1883, señaló que la herencia se transmite mediante una sustancia a la que llamó plasma germinal . A través de este largo proceso de estudio e investigación nació la era de la "biología molecular" y se llegó al convencimiento de que la continuidad de la vida dependía de un factor químico. Pero no fue hasta finales del siglo XIX cuando los científicos determinaron que el núcleo era la sede de la vida heredada y que los cromosomas contenían tanto proteínas como ácidos nucleicos.

La tercera étapa coincide con el comienzo del siglo XX. La inseminación artificial inicia un considerable ascenso, fundamentalmente, en países como EE.UU., Inglaterra, Suecia y Rusia. No obstante, no fue hasta comienzos de los años veinte cuando se dan las condiciones científicas propicias para el estudio del esperma. Ello permitió la iniciación de investigaciones genéticas y de reproducción humana . Y, a partir de los años 1940, se emprende un quehacer científico más complejo en el campo de la genética y de la reproducción, del que hay que destacar los intentos continuos habidos para conseguir experimentos partenogenéticos  y las investigaciones de Lardy y Phillips, estudios que permitieron conocer el poder de la yema de huevo como conservador del semen. También en este mismo período de tiempo, y coincidiendo con la segunda guerra mundial, proliferan los bancos de semen. En los años cincuenta se perfeccionó la técnica de la congelación de esperma y se sentaron las bases para la posterior consecución de los niños probeta. Por otro lado, a finales de esta década, los científicos ya sabían que el ADN era el material genético que programaba el desarrollo del hombre y prepararon el campo para un importante y próximo descubrimiento: detallar la estructura del ADN .

En los años 1970, surgió una nueva étapa en la genética, a la que se conoce como "la nueva genética" y está basada en la tecnología de los ácidos nucleicos. Por otro lado, 1978 es un año decisivo, nace en Inglaterra el primer bebé probeta, Louise Brown. En España, este largo proceso investigador condujo al nacimiento, en 1984, de la primera niña probeta, Victoria Ana Perea y, en octubre de ese mismo año, nacieron los primeros gemelos. 1984 fue un momento importante en el desenvolvimiento de estas técnicas, nació Zoe Leyland, la primera niña probeta tras la aplicación de la técnica de la congelación. En este mismo período salen a la luz una serie de casos interesantes, tales son el nacimiento en Francia del primer niño por fecundación post-mortem, el caso de la determinación del destino de unos  embriones tras el fallecimiento de sus padres, el caso de Baby M... Y, finalmente, en los años noventa, encontramos las ocurrencias de las madres abuelas, de la maternidad en mujeres de sesenta años, de la maternidad en parejas homosexuales, de la maternidad en mujeres vírgenes, de la selección de sexo... En cuanto al tema de la terapia genética aplicada en humanos, los años 80 y 90 suponen una étapa de gran desarrollo, prueba de ello son los recientes resultados en materia de diagnóstico genético, así como del extraordinario esfuerzo de la comunidad científica internacional por la consecución del Proyecto Genoma Humano.
 

REPERCUSIONES SOCIALES DE LA BIOTECNOLOGIA

(Para la presentación de este apartado nos vamos a centrar, fundamentalmente, en el caso de la genética aplicada en humanos y en las modernas técnicas reproductivas, dado que sus impactos inciden de manera más inquietante en la esfera social).

La Biotecnología no humana.- Destacar las repercusiones de la Biotecnología en la esfera social, requiere situarla dentro de un marco operativo respaldado por instituciones de gran envergadura (véase el caso de las multinacionales) e incluso por los propios Estados. Entre las finalidades que persigue cobra preeminencia el intento de buscar salidas viables a la crisis energética a través de la generación de nuevos combustibles, la producción de fármacos exóticos, de compuestos químicos industriales, de alimentos, etc... En definitiva, se trataría de una respuesta que ofrece la propia tecnología ante su inoperancia y, en ocasiones, abusos. Siguiendo a John Todd, del New Alcheny Institute, cinco son los requisitos que deben darse en relación a su aplicabilidad benefactora: que funcione de manera más efectiva en los niveles más bajos de la sociedad; que la gente de bajo poder adquisitivo pueda utilizarla; que esté basada en consideraciones de tipo ecológico; que permita la evolución de pequeñas y descentralizadas comunidades; que necesite cantidades relativamente pequeñas de recursos . En definitiva, que se inscriba dentro de un marco social más equitativo y que respete, en todo momento, el equilibrio ecológico.

El caso de la genética humana.- Para mostrar los impactos sociales de la genética aplicada en humanos hay que diferenciar sus distintos ámbitos de actuación y señalar sus particularidades. Estos son: a) el diagnóstico genético, cuyos usos se centran en el ámbito parental, fetal y laboral; b) la terapia genética tanto en células somáticas como germinales; y c) los avances en relación al Proyecto del Genoma Humano.

Si nos circunscribimos al diagnóstico genético, las ventajas son evidentes; por ejemplo, para una pareja de riesgo que decide acudir libremente a una consulta de este tipo a la hora de decidir tener o no descendencia (Pensemos que buena parte de las enfermedades de origen genético se pueden diagnosticar a través de un estudio familiar). Otro tipo de aplicaciones se centran en sondeos que tienen lugar en contextos no clínicos tales como la esfera laboral, el ámbito de las compañías de seguros, de las compañías médicas, en escuelas y tribunales de justicia (o en cualquier otro ámbito cuyo objetivo se concrete en la optimización de los recursos humanos y en la rentabilidad económica). Su práctica en estas últimas situaciones puede acarrear repercusiones personales y sociales para aquellos individuos diagnosticados como susceptibles a contraer determinadas enfermedades. Por todo ello, se precisa ser cautelosos para que el uso de estas técnicas no genere un nuevo tipo de individuos, el de los "sanos-enfermos", lo que daría lugar a que se viesen en situaciones discriminatorias.

En el caso de la terapia génica, nos encontramos con un procedimiento muy reciente. Fue en el año 1990 cuando se llevó a cabo, por primera vez, el tratamiento de una enfermedad utilizando genes. Su tónica de actuación es la reserva y la cautela, postura para cuya justificación basta con pensar que este tipo de técnicas se ha aplicado, hasta el momento, en células somáticas y que, mientras que no se disponga de los conocimientos suficientes, existe consenso dentro de la comunidad científica para no utilizar terapias en la línea germinal, pues sus repercusiones se dejarían ver en la descendencia y, en consecuencia, en el futuro acervo genético de la humanidad.

Respecto al Proyecto Genoma Humano, destacar que se trata de uno de los proyectos científicos más importantes que se están llevando a cabo en la actualidad. Su finalidad se centra en la tarea de crear un mapa de los aproximadamente 50.000 a 100.000 genes humanos. El proyecto fue iniciado en el año 1988 y proyectado para un período de tiempo de 15 años. En esa fecha (esto es, 1988) se calculó que con 3.000 millones de dólares se estaría en disposición de realizar el mapa, secuenciado y cartografiado del genoma (según las últimas informaciones se llevan empleados más de 5.000 millones de dólares en esta investigación). Una vez interpretados los datos se espera brindarán la oportunidad de entender qué tipo de genes se asocian con determinados trastornos metabólicos e incluso con determinadas conductas y, en ese sentido, se espera proporcionarán los conocimientos suficientes para la realización del diagnóstico y la terapia génica consecuentes.

El caso de las Técnicas de Reproducción Asistida. Uno de los ámbitos en donde estas técnicas han incidido de manera más evidente es el relativo a la mujer y, por ende, al marco familiar. Merced a estas técnicas, y a pesar de su baja ocurrencia cuantitativa, conceptos sociales primarios, como son la paternidad y la maternidad, e incluso la propia concepción de la relación familiar y de la familia, varían. Es más, la vinculación biológica, que ha sido el rasgo definidor de la familia, con las nuevas técnicas reproductivas ve reducida su fuerza en favor de la vinculación socio-cultural (pensemos en el caso de la introducción dentro del marco de la pareja de la figura del donante de gametos). Por su peculiaridad y por la gran polémica que levantan no se pueden dejar de mencionar  dos de sus casos: la posibilidad de fecundación asistida en mujer sola y la fecundación post-mortem. En ambas situaciones se posibilita el nacimiento de un niño programado que va venir el mundo intencionalmente sin padre. Finalmente, por su importancia, cabe destacar el caso de la maternidad subrogada. En este supuesto, el controvertido tema de los participantes dentro del grupo familiad se puede complicar de una manera extraordinaria, hasta llegar al punto de hablar de la copresencia de tres padres y tres madres para un solo hijo.

Límites a la investigación en materia de Biotecnología Humana. A la vista de la información lograda hasta el momento  -y siguiendo a Packard-, en los últimos años, muchos biogenéticos, alarmados por las posibilidades que abren sus conocimientos, se han comprometido con una actitud ética y social. En este contexto debemos situar la famosa moratoria de Asilomar del año 1975, en la que, por primera vez, miembros de la comunidad científica, integrada en este caso por biólogos moleculares, se pusieron de acuerdo en aceptar una moratoria en determinado tipo de  investigaciones genéticas. Más recientemente, en los años 1988, 1989, 1991, 1993 y 1994, se han celebrado reuniones internacionales en Valencia, Maguncia y Bilbao en donde, desde una perspectiva interdisciplinar, se trataron cuestiones socio-éticas relacionadas con la puesta en marcha del Proyecto Genoma Humano. La inquietud que despiertan estas investigaciones llevaron, por ejemplo, a Jacques Testart, padre del primer bebé probeta francés, a abandonar parte de sus trabajos por considerar se estaban introduciendo en un terreno tan delicado que podría llevar a perversiones tales como la fecundación del óvulo por el óvulo, la autoprocreación femenina, la clonación, el banco de tejidos de recambio, el embarazo masculino y la posible gestación en el animal .

A modo de conclusión, cabe decir que los impactos de la Biotecnología no humana, nos lleva a conceptualizarla como un intento de la propia tecnología por presentar alternativas y respuestas ante situaciones insatisfactorias.

Por otra parte, desde una dimensión sociológica, traducir las implicaciones de la Biotecnología humana en la esfera individual y social requiere un esfuerzo considerable; el cual debe ir encaminado a situar la problemática, tal y como se presenta en estos momentos, a proporcionar información y estudios prospectivos, ante cuyas predicciones la sociedad debe manifestarse, de tal forma, que este tipo de apuestas se puedan inclinar por una dimensión lo más plural e interdisciplinar posible. En consecuencia, además de las aportaciones que se realizan desde las esferas científica-médica, ética y jurídica es necesaria la incorporación efectiva de otros ámbitos del saber y de entre ellos destacamos  el papel a desempeñar por la Sociología y la Psicología.

Por otra parte, todas las problemáticas, que subyacen a las aplicaciones de estas técnicas, hacen necesaria una adecuada información y un debate social suficientes que conduzcan a la formación de una ciudadanía madura e informada. De no ser así, la sociedad se mostrará inquieta y el peligro de llegar a lo que algunos autores vienen denominando como el "hombre de cristal" (un hombre extraordinarimante vulnerable y biológicamente transparente) planeará amenazadora e ininterrumpidamente. Por otro lado, un tipo de ciudadanía desinformada puede conducir a una sociedad hipocondriaca, en donde el sujeto sano se convierta en un individuo permanentemente inquieto y temeroso ante su futuro biológico. Si a esto añadimos las posibilidades que ofrecen las técnicas de fecundación asistida, nos hallaríamos con un nuevo factor de riesgo, tal es el "factor Frankenstein". Dentro de esta misma dimensión, otro tema de interés es el de la igualdad de acceso a los servicios genéticos para con los individuos y sus familiares. Otra problemática, relacionada con una política global, se refiere a lo que algunos denominan "impactos del neocoloniamismo tecnológico", considerado como un factor que incrementa las desigualdades entre países ricos y pobres.

En consecuencia, debemos cuestionarnos si esta nueva visión de un hombre creador, que "juega a ser Dios", que busca cambiar la idea del hombre en el cosmos, nos conducirá a un nuevo tipo de sociedad en donde se manipule y supravalore la carga biológica en menoscabo de la social, con las consecuentes repercusiones para los sujetos no ajustados al "modelo ideal". Así las cosas, las sociedades, donde estas técnicas van adquiriendo un lugar significativo, demandan respuestas efectivas ante la posibilidad de nuevos perfiles sociales desconocidos hasta el momento e insisten en la necesidad de debates públicos y de mecanismos legales que sitúen con precisión los límites de actuación.


THEORIA  | Proyecto Crítico de Ciencias Sociales - Universidad Complutense de Madrid